LA PLATA, Mayo 27, (PUNTO CERO) La pronta sanción del Proyecto de Ley 2072-D-2009, que propicia la creación de una biblioteca específica para personas ciegas y disminuidas visuales, fue reclamada por la senadora radical Nora Luján Arbio (Cuarta sección) mediante un Proyecto de Declaración presentado la semana pasada en la Cámara Alta bonaerense.
En su proyecto de Declaración la senadora Arbio solicita al Poder Ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires gestione ante las autoridades del Honorable Congreso de la Nación la sanción de la mencionada iniciativa, cuya autora es la diputada nacional Ivana María Bianchi.
La puesta en marcha de la norma permitiría lograr a través de la cultura un mejor nivel de integración social del discapacitado visual. También apunta a actualizar el material bibliotecario, proveer de materiales didácticos a personas con discapacidad visual e interconectar a las Bibliotecas Oficiales y Populares para que los estudiantes puedan cursar sus respectivos estudios sin dificultades.
Asimismo, contará con los servicios de biblioteca en sistema Braille, servicio de libro hablado o biblioteca parlante y servicio de biblioteca en tinta y macrotipo para disminuidos visuales. Este último servicio no es brindado por la Biblioteca Braille, dependiente del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.
“Si bien nuestra provincia es pionera en materia de educación especial, y la Biblioteca Braille cumple una excelente función desde hace más de 50 años, esta norma nacional ayudaría a cumplimentar y completar su elogiable labor”, dice Arbio.
La legisladora trenquelauquenche señala que en la Argentina el matrimonio conformado por Pablo Lecuona y Mara Vilar fundó Tiflolibros, la primera biblioteca digital para ciegos de habla hispana, y agrega que para ser utilizarlo, el usuario debe hacer llegar una copia de su certificado de discapacidad visual, recibiendo por e-mail una contraseña para entrar gratis al catálogo on line y elegir entre casi 19.000 títulos.
La idea – Tiflolibros - comenzó a gestarse hace siete años, cuando aparecieron los programas lectores de pantalla. En ese momento compraron una pc y un escáner, pero para que estos textos estuvieran disponibles en Internet hubo que armar una asociación civil y conseguir permiso de autores y editoriales.
“Volviendo al proyecto específicamente, el artículo quinto establece que las bibliotecas deberán ser creadas en un plazo máximo de cinco años, bajo pena de sanciones administrativas y económicas”, recuerda Arbio. (PUNTO CERO).
En su proyecto de Declaración la senadora Arbio solicita al Poder Ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires gestione ante las autoridades del Honorable Congreso de la Nación la sanción de la mencionada iniciativa, cuya autora es la diputada nacional Ivana María Bianchi.
La puesta en marcha de la norma permitiría lograr a través de la cultura un mejor nivel de integración social del discapacitado visual. También apunta a actualizar el material bibliotecario, proveer de materiales didácticos a personas con discapacidad visual e interconectar a las Bibliotecas Oficiales y Populares para que los estudiantes puedan cursar sus respectivos estudios sin dificultades.
Asimismo, contará con los servicios de biblioteca en sistema Braille, servicio de libro hablado o biblioteca parlante y servicio de biblioteca en tinta y macrotipo para disminuidos visuales. Este último servicio no es brindado por la Biblioteca Braille, dependiente del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.
“Si bien nuestra provincia es pionera en materia de educación especial, y la Biblioteca Braille cumple una excelente función desde hace más de 50 años, esta norma nacional ayudaría a cumplimentar y completar su elogiable labor”, dice Arbio.
La legisladora trenquelauquenche señala que en la Argentina el matrimonio conformado por Pablo Lecuona y Mara Vilar fundó Tiflolibros, la primera biblioteca digital para ciegos de habla hispana, y agrega que para ser utilizarlo, el usuario debe hacer llegar una copia de su certificado de discapacidad visual, recibiendo por e-mail una contraseña para entrar gratis al catálogo on line y elegir entre casi 19.000 títulos.
La idea – Tiflolibros - comenzó a gestarse hace siete años, cuando aparecieron los programas lectores de pantalla. En ese momento compraron una pc y un escáner, pero para que estos textos estuvieran disponibles en Internet hubo que armar una asociación civil y conseguir permiso de autores y editoriales.
“Volviendo al proyecto específicamente, el artículo quinto establece que las bibliotecas deberán ser creadas en un plazo máximo de cinco años, bajo pena de sanciones administrativas y económicas”, recuerda Arbio. (PUNTO CERO).
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