Mauricio Macri apoyará de manera explícita al candidato a presidente anti K que consiga más votos en las elecciones primarias y obligatorias del próximo 14 de agosto.
Así lo aseguraron fuentes muy cercanas al jefe de gobierno de la Ciudad, a quien se lo nota muy tranquilo de cara a la segunda vuelta del domingo que viene.
Vamos paso a paso. Primero hay que disfrutar del excelente resultado de Miguel (Del Sel) en Santa Fe. Después hay que ganarle otra vez a (Daniel) Filmus y a la Presidenta. Y luego hay que esperar los números del 14 de agosto. Las elecciones para presidente empiezan al otro día, analizó Macri ante un grupo de asesores.
El jefe de gobierno, ahora transformado en un gran elector, no tiene una predilección especial ni por Eduardo Duhalde ni por Ricardo Alfonsín. Además, las encuestas que manejan Jaime Durán Barba y su equipo de consultores los muestra demasiado cerca a uno de otro.
Nosotros lo tenemos un poco más alto a Duhalde, pero ambos están muy lejos de la intención de voto de Cristina, quien hoy gana en primera vuelta, con mucha diferencia sobre ambos, me explicó alguien muy cercano a Macri.
Él, igual que toda la oposición, suponen que el 14 de agosto quedará definido quien será el principal adversario de la jefa de Estado, cuando se conozca la cantidad de votos que obtenga el segundo.
Macri tiene más empatía con Duhalde que con Alfonsín. El jefe de gobierno respeta al ex presidente. Lo define, en privado, como un buen piloto de tormentas que en los últimos años maduró y empezó a buscar las coincidencias. No le gusta parte del equipo político que lo rodea. En reuniones de muy pocas personas, se preguntó qué podía sumar al futuro, por ejemplo, el regreso de Carlos Ruckauf.
A Ricardo Alfonsín, lo considera un hombre de bien, pero sin la densidad suficiente como para transformarse en presidente. Presupone que siempre saldrá perdiendo en la comparación con su padre, el ex presidente Raúl Alfonsín, y que esa es una mochila demasiado pesada de soportar.
Si dependiera sólo de su voluntad, Macri llamaría a votar por Duhalde.
Es una lástima que toda la energía de la oposición se encuentre dispersa justo en el momento en que aparece más claro que más de la mitad de los argentinos no está harta de la prepotencia y el maltrato kirchnerista comentó Macri a quienes lo acompañaron a la Sociedad Rural Argentina después del durísimo discurso de Hugo Biolcati, el sábado pasado.
El jefe de gobierno de la Ciudad pasó un fin de semana relativamente tranquilo. Pidió al jefe de gabinete Horacio Rodríguez Larreta y al secretario general Marcos Peña que identifiquen a los responsables de las llamadas telefónicas que Filmus y Carlos Tomada denunciaron como parte de una campaña sucia. Suspiró aliviado cuando comprobó que no afectarían en nada su victoria en la segunda vuelta y después explicó a sus amigos lo que tiene pensado hacer luego de las primarias obligatorias.
Voy a apoyar a quien tenga más posibilidades de ganarle a Cristina, pero antes le voy a pedir que nos explique qué es lo quiere hacer con el país más allá del discurso, dice.
Macri considera hoy, igual que Durán Barba, que es prácticamente imposible derrotar a la Presidenta. Igual, interpreta que sería para él más costoso, en términos políticos, no pronunciarse por ningún candidato a presidente que hacerlo por uno, aunque pierda.
Si durante los últimos años me la pasé diciendo que será muy malo para el país cuatro años más de lo mismo sería un hipócrita que si no prestara mi ayuda a quien tenga las posibilidades de evitarlo, develó la incógnita ante su círculo íntimo. (El Cronista Comercial).
Así lo aseguraron fuentes muy cercanas al jefe de gobierno de la Ciudad, a quien se lo nota muy tranquilo de cara a la segunda vuelta del domingo que viene.
Vamos paso a paso. Primero hay que disfrutar del excelente resultado de Miguel (Del Sel) en Santa Fe. Después hay que ganarle otra vez a (Daniel) Filmus y a la Presidenta. Y luego hay que esperar los números del 14 de agosto. Las elecciones para presidente empiezan al otro día, analizó Macri ante un grupo de asesores.
El jefe de gobierno, ahora transformado en un gran elector, no tiene una predilección especial ni por Eduardo Duhalde ni por Ricardo Alfonsín. Además, las encuestas que manejan Jaime Durán Barba y su equipo de consultores los muestra demasiado cerca a uno de otro.
Nosotros lo tenemos un poco más alto a Duhalde, pero ambos están muy lejos de la intención de voto de Cristina, quien hoy gana en primera vuelta, con mucha diferencia sobre ambos, me explicó alguien muy cercano a Macri.
Él, igual que toda la oposición, suponen que el 14 de agosto quedará definido quien será el principal adversario de la jefa de Estado, cuando se conozca la cantidad de votos que obtenga el segundo.
Macri tiene más empatía con Duhalde que con Alfonsín. El jefe de gobierno respeta al ex presidente. Lo define, en privado, como un buen piloto de tormentas que en los últimos años maduró y empezó a buscar las coincidencias. No le gusta parte del equipo político que lo rodea. En reuniones de muy pocas personas, se preguntó qué podía sumar al futuro, por ejemplo, el regreso de Carlos Ruckauf.
A Ricardo Alfonsín, lo considera un hombre de bien, pero sin la densidad suficiente como para transformarse en presidente. Presupone que siempre saldrá perdiendo en la comparación con su padre, el ex presidente Raúl Alfonsín, y que esa es una mochila demasiado pesada de soportar.
Si dependiera sólo de su voluntad, Macri llamaría a votar por Duhalde.
Es una lástima que toda la energía de la oposición se encuentre dispersa justo en el momento en que aparece más claro que más de la mitad de los argentinos no está harta de la prepotencia y el maltrato kirchnerista comentó Macri a quienes lo acompañaron a la Sociedad Rural Argentina después del durísimo discurso de Hugo Biolcati, el sábado pasado.
El jefe de gobierno de la Ciudad pasó un fin de semana relativamente tranquilo. Pidió al jefe de gabinete Horacio Rodríguez Larreta y al secretario general Marcos Peña que identifiquen a los responsables de las llamadas telefónicas que Filmus y Carlos Tomada denunciaron como parte de una campaña sucia. Suspiró aliviado cuando comprobó que no afectarían en nada su victoria en la segunda vuelta y después explicó a sus amigos lo que tiene pensado hacer luego de las primarias obligatorias.
Voy a apoyar a quien tenga más posibilidades de ganarle a Cristina, pero antes le voy a pedir que nos explique qué es lo quiere hacer con el país más allá del discurso, dice.
Macri considera hoy, igual que Durán Barba, que es prácticamente imposible derrotar a la Presidenta. Igual, interpreta que sería para él más costoso, en términos políticos, no pronunciarse por ningún candidato a presidente que hacerlo por uno, aunque pierda.
Si durante los últimos años me la pasé diciendo que será muy malo para el país cuatro años más de lo mismo sería un hipócrita que si no prestara mi ayuda a quien tenga las posibilidades de evitarlo, develó la incógnita ante su círculo íntimo. (El Cronista Comercial).
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