Un informe del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) reveló que el 72,6 por ciento de la población se considera donante de órganos y un 42 por ciento dijo haber expresado su voluntad sobre el destino de sus órganos después de la muerte.
Una encuesta realizada para el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) reveló que el 72,6% de la población se considera donante de órganos y un 42% dijo haber expresado su voluntad sobre el destino de sus órganos después de la muerte, de los cuales casi el 90% respondió afirmativamente.
Los datos se conocieron luego de que el Ministerio de Salud de la Nación anunciara que la voluntad afirmativa o negativa de las personas de ser donantes de órganos constará desde ahora en el Documento Nacional de Identidad (DNI), a partir de una medida en conjunto con el Ministerio de Interior y Transporte.
Los resultados de la encuesta "demuestran la gran aceptación y reconocimiento de la gente” en relación a la donación de órganos, remarcó el titular del INCUCAI, Carlos Soratti, al tiempo que lo atribuyó al “nivel de información creciente tanto como al desarrollo del sistema sanitario para que la actividad se pueda llevar a cabo".
Realizado sobre una muestra de 700 personas que habitan grandes centros urbanos y localidades con menos de 50 mil habitantes, el estudio refleja que el 88,4% de los encuestados que expresaron una decisión respecto al destino de sus órganos y tejidos aseguró querer donarlos.
La expresión de la voluntad, en esos casos, fue explicitada a través de canales oficiales como la renovación del DNI o al momento de votar.
"Esta tendencia se refuerza en los mayores de 65 años, quienes dieron su visto positivo para la donación en un 93,9%, mientras que el grupo más reticente fue el de los jóvenes de 18 a 29, lo que permite arriesgar que la percepción sobre la inminencia de la muerte lleva a reflexionar de modo más certero sobre la posibilidad de la donación", dice el texto de la encuesta.
En tanto, sobre el nivel de conocimiento de los encuestados frente a la temática, el 53,9% dijo estar entre “muy informado” e “informado” sobre este procedimiento que puede salvar la vida de otros.
"Estos índices cambian sensiblemente según los niveles de educación de los entrevistados", explica la encuesta que precisa que mientras que entre quienes poseen nivel terciario o universitario hay un 69,7% que se considera informado, entre los encuestados que poseen nivel primario la cifra desciende al 37, 5. Asimismo, la muestra arrojó que más de la mitad de los encuestados (56,6) aseguró conocer la normativa nacional que establece que todas las personas son donantes salvo que hayan manifestado lo contrario de forma expresa, tal como establece la Ley de Donante Presunto (Ley 26.066).
Al mismo tiempo, un 95,1% afirmó conocer que existe una lista de espera de personas en condición de ser trasplantadas. "No obstante, pese a que la ley se encuentra en plena vigencia, más del 90% de las personas consultadas indicaron no haber recibido consejo por parte de su médico en favor de expresar su voluntad de donar órganos y tejidos para trasplante", destaca el relevamiento.
Ante la consulta sobre el aprovechamiento de las células de sangre del cordón umbilical, más del 75% de los consultados se mostraron de acuerdo con que las mismas sean guardadas para cualquier persona que lo necesite, mientras que el 16.6 lo consideró para uso propio, de su hijo o de un familiar que lo necesite.
En cuanto a su disponibilidad en centros de salud, el 86.6% aseguró que las células reservadas en bancos privados deberían encontrarse a merced de la población general que la requiera. Las tareas que ejerce el organismo que coordina y fiscaliza las actividades de donación y trasplante de órganos, tejidos y células en nuestro país, también tuvieron su lugar en el cuestionario.
En este sentido, el trabajo que viene realizando el Estado Nacional – a través del INCUCAI- fue evaluado como “bueno” y “muy bueno” por el 80,6% de los entrevistados. De ellos, el 85,1 calificó que era “muy importante” el rol social que cumplía el organismo. En 2012, la Argentina alcanzó una tasa de 15,7 donantes por millón de habitantes, manteniéndose a la vanguardia en la región.
En ese período, se contabilizaron 630 donantes reales que permitieron que 1.460 personas recibieran un trasplante de órganos, alcanzando un récord histórico a nivel nacional. Esto representó que se generó un donante cada 14 horas, a la vez que se realizó un trasplante de órganos cada 6 horas.
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