OLAVARRIA, Marzo 26, (PUNTO CERO-El Popular) El ex titular de la comisaría Primera de Olavarría, Carlos Alberto Faure, fue condenado por el Tribunal Oral Criminal de Tres Arroyos a un año de prisión en suspenso en un juicio abreviado por haber pedido una coima a un camionero en Tres Arroyos. Además, le dictaron la inhabilitación perpetua para ejercer función pública, por "tráfico de influencias agravado".
Según la modalidad del juicio abreviado el fiscal, el defensor y el imputado acordaron el tipo de delito y la sanción correspondiente.
El ex jefe policial había sido exonerado de la fuerza policial en junio del año pasado por orden del ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, León Arslanian, tras haber sido acusado de exigirle 6.000 pesos a un hombre para evitar que un fiscal de Bahía Blanca ordenara su detención.
Junto con Faure había sido echado el oficial Nelson Brito, imputado en la misma causa, resoluciones que se tomaron tras una pesquisa llevada a cabo por la Auditoría General de Asuntos Internos.
La investigación se inició después de que Faure y Brito secuestraran un camión durante un operativo de control vehicular y detectaran irregularidades en el estado del vehículo.
En la causa se hizo constar que los ex policías exigieron al conductor del camión unos 6.000 pesos para "influenciar" a un fiscal de Bahía Blanca y que éste no ordenara su detención. Pero, ante la insistencia de los efectivos para que el camionero les entregara el dinero, éste decidió denunciar a los policías ante la justicia bahiense.
Tras la denuncia, los investigadores intervinieron los teléfonos de los policías y se montó un operativo conjunto con personal de Asuntos Internos, que instalaron un micrófono oculto entre las ropas del chofer con el fin de grabar las futuras conversaciones.
Días después se pautó un encuentro entre el hombre y los policías en la estación de la Policía Comunal de Tres Arroyos, a cargo en ese entonces de Faure, donde finalmente se acordó el pago de 2.000 pesos.
Los voceros oficiales señalaron que, de acuerdo con la pesquisa, durante ese encuentro, el jefe policial le manifestó al camionero que ya había hablado con el fiscal y que "iban a quedar las cosas como un problema entre gitanos y nada más".
Finalmente, en un tercer encuentro en la vía pública -que fue seguido por los efectivos de Asuntos Internos- el denunciante entregó la suma de dinero acordada.
Cuando el pago se hizo efectivo los pesquisas aprehendieron a Brito, a quien se le secuestraron los billetes entregados en su poder, y posteriormente a Faure durante un procedimiento llevado a cabo en la estación de la Policía Comunal.
Antecedentes
Faure había asumido en Tres Arroyos en junio de 2005 en reemplazo del capitán Aldo López, relevado en medio de una acentuada presión política, a raíz de la intensa ola de inseguridad que soportaba esa ciudad.
El ex policía había pasado por la jefatura de la comisaría Primera de Olavarría, cargo que dejó el 1 de octubre de 2003. Había llegado en junio de 2002 y durante ese lapso protagonizó una agitada interna policial y fue blanco de una serie de cuestionamientos.
Una de las denuncias que tuvieron como destinatario a Faure fue desestimada en diciembre de 2003 y en ella se lo acusaba de reincorporar a un policía que estaba en disponibilidad preventiva.
También se mencionaba un supuesto intento de extorsión, pero la Justicia determinó que no existían elementos que probaran los delitos denunciados. La presentación la hizo un oficial de la fuerza y decía que efectivos a cargo de Faure habrían extorsionado a un comerciante local para que dejaran de asaltarlo.
También en el período de gestión de Faure un vendedor de autos al que le robaron un vehículo de la puerta de su casa denunció a los principales funcionarios de la comisaría Primera por presunto "mal desempeño en sus funciones".
Con esa acusación resurgieron las sospechas que pendían sobre algunos policías por una supuesta vinculación con el comercio clandestino de autopartes.
El capitán Faure descartó esa hipótesis y aseguró en esa ocasión que ese tipo de locales eran inspeccionados regularmente, pese a que una serie de allanamientos realizados por policías de la comisaría Segunda habían demostrado que hubo locales funcionando en jurisdicción de la Primera que no estaban en regla.
Pero los días previos a la salida de Faure estuvieron signados por una feroz interna policial que desató una crisis en seguridad de características graves. En ese contexto se creó una fuerza de investigadores paralela a las comisarías y crecieron los rumores que hablaron de la conformación de grupos parapoliciales.
Esa interna se originó en agosto de 2002, cuando Faure reveló públicamente un proyecto por el cual se pretendía unificar las dos comisarías locales para reducir la cantidad de efectivos abocados a tareas administrativas y sacar más hombres a las calles. Esa iniciativa, alentada por el Municipio y bien recibida por el Ministerio de Seguridad bonaerense, despertó el malestar de gran parte de los policías que prestaban servicios en la seccional Segunda, cuya sede física desaparecería y el personal sería absorbido por la comisaría Primera. Pero la posibilidad de unificación se diluyó con el correr de los meses ante una serie de denuncias cruzadas que apuntaron a la figura de los responsables de las comisarías.
Entre los incidentes que trascendieron públicamente hubo uno de aristas delicadas, en el cual Faure acusó a un comisario retirado de haber querido armar un "grupo de tareas".
Según la modalidad del juicio abreviado el fiscal, el defensor y el imputado acordaron el tipo de delito y la sanción correspondiente.
El ex jefe policial había sido exonerado de la fuerza policial en junio del año pasado por orden del ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, León Arslanian, tras haber sido acusado de exigirle 6.000 pesos a un hombre para evitar que un fiscal de Bahía Blanca ordenara su detención.
Junto con Faure había sido echado el oficial Nelson Brito, imputado en la misma causa, resoluciones que se tomaron tras una pesquisa llevada a cabo por la Auditoría General de Asuntos Internos.
La investigación se inició después de que Faure y Brito secuestraran un camión durante un operativo de control vehicular y detectaran irregularidades en el estado del vehículo.
En la causa se hizo constar que los ex policías exigieron al conductor del camión unos 6.000 pesos para "influenciar" a un fiscal de Bahía Blanca y que éste no ordenara su detención. Pero, ante la insistencia de los efectivos para que el camionero les entregara el dinero, éste decidió denunciar a los policías ante la justicia bahiense.
Tras la denuncia, los investigadores intervinieron los teléfonos de los policías y se montó un operativo conjunto con personal de Asuntos Internos, que instalaron un micrófono oculto entre las ropas del chofer con el fin de grabar las futuras conversaciones.
Días después se pautó un encuentro entre el hombre y los policías en la estación de la Policía Comunal de Tres Arroyos, a cargo en ese entonces de Faure, donde finalmente se acordó el pago de 2.000 pesos.
Los voceros oficiales señalaron que, de acuerdo con la pesquisa, durante ese encuentro, el jefe policial le manifestó al camionero que ya había hablado con el fiscal y que "iban a quedar las cosas como un problema entre gitanos y nada más".
Finalmente, en un tercer encuentro en la vía pública -que fue seguido por los efectivos de Asuntos Internos- el denunciante entregó la suma de dinero acordada.
Cuando el pago se hizo efectivo los pesquisas aprehendieron a Brito, a quien se le secuestraron los billetes entregados en su poder, y posteriormente a Faure durante un procedimiento llevado a cabo en la estación de la Policía Comunal.
Antecedentes
Faure había asumido en Tres Arroyos en junio de 2005 en reemplazo del capitán Aldo López, relevado en medio de una acentuada presión política, a raíz de la intensa ola de inseguridad que soportaba esa ciudad.
El ex policía había pasado por la jefatura de la comisaría Primera de Olavarría, cargo que dejó el 1 de octubre de 2003. Había llegado en junio de 2002 y durante ese lapso protagonizó una agitada interna policial y fue blanco de una serie de cuestionamientos.
Una de las denuncias que tuvieron como destinatario a Faure fue desestimada en diciembre de 2003 y en ella se lo acusaba de reincorporar a un policía que estaba en disponibilidad preventiva.
También se mencionaba un supuesto intento de extorsión, pero la Justicia determinó que no existían elementos que probaran los delitos denunciados. La presentación la hizo un oficial de la fuerza y decía que efectivos a cargo de Faure habrían extorsionado a un comerciante local para que dejaran de asaltarlo.
También en el período de gestión de Faure un vendedor de autos al que le robaron un vehículo de la puerta de su casa denunció a los principales funcionarios de la comisaría Primera por presunto "mal desempeño en sus funciones".
Con esa acusación resurgieron las sospechas que pendían sobre algunos policías por una supuesta vinculación con el comercio clandestino de autopartes.
El capitán Faure descartó esa hipótesis y aseguró en esa ocasión que ese tipo de locales eran inspeccionados regularmente, pese a que una serie de allanamientos realizados por policías de la comisaría Segunda habían demostrado que hubo locales funcionando en jurisdicción de la Primera que no estaban en regla.
Pero los días previos a la salida de Faure estuvieron signados por una feroz interna policial que desató una crisis en seguridad de características graves. En ese contexto se creó una fuerza de investigadores paralela a las comisarías y crecieron los rumores que hablaron de la conformación de grupos parapoliciales.
Esa interna se originó en agosto de 2002, cuando Faure reveló públicamente un proyecto por el cual se pretendía unificar las dos comisarías locales para reducir la cantidad de efectivos abocados a tareas administrativas y sacar más hombres a las calles. Esa iniciativa, alentada por el Municipio y bien recibida por el Ministerio de Seguridad bonaerense, despertó el malestar de gran parte de los policías que prestaban servicios en la seccional Segunda, cuya sede física desaparecería y el personal sería absorbido por la comisaría Primera. Pero la posibilidad de unificación se diluyó con el correr de los meses ante una serie de denuncias cruzadas que apuntaron a la figura de los responsables de las comisarías.
Entre los incidentes que trascendieron públicamente hubo uno de aristas delicadas, en el cual Faure acusó a un comisario retirado de haber querido armar un "grupo de tareas".
Y se produjo también una grave acusación, en agosto de 2002, cuando el entonces presidente de la Sociedad Rural de Olavarría declaró públicamente que podría haber efectivos policiales involucrados en casos de abigeato o que "hacen la vista gorda", ante un preocupante aumento de casos en esa modalidad delictiva. (PUNTO CERO-El Popular).
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