(La Política OnLine). El intendente de La Plata quiere ser el gobernador de Buenos Aires en 2011 y para eso lanzará una corriente provincial. Será los últimos días del mes y con un acto en Capital Federal, al que no asistirá el intendente de Tigre, Sergio Massa. Furiosos con el sciolismo, aliado a Alak en su cruzada contra el gobierno platense, en el bruerismo acusan de “destituyente” al jefe de gabinete bonaerense, Alberto Pérez.
El intendente de La Plata, Pablo Bruera, acusó recibo de la embestida del kirchnerismo del pasado lunes, cuando su enemigo y antecesor, el ministro de Justicia Julio Alak, reunió en el club Hípico local a funcionarios nacionales y provinciales y a sectores del peronismo platense para consolidar una campaña en su contra.
Sin perder tiempo, el jefe comunal ya planificó su contraataque: lanzará el 26 de febrero en el estadio de Ferro su propia corriente provincial, con miras a las elecciones del año que viene. Así lo anunciará el viernes por la noche en el club La Protectora.
Con esta jugada intentará iniciar un armado bonaerense que según fuentes del municipio se presentará como un espacio “en sintonía con el modelo que encabeza Cristina Fernández de Kirchner desde la presidencia” pero no con “la estrategia confrontativa” de su esposo, con quien Bruera ya no oculta sus insalvables diferencias.
“Si lo seguimos a Néstor, el justicialismo pierde el año que viene; hay que armar un camino alternativo pero dentro del PJ”, repiten en el oficialismo platense y admiten que en la última semana el kirchnerismo inició el más fuerte ataque sobre la gestión comunal.
Bruera ya no esconde sus intenciones de gobernar la provincia desde el año que viene y para conservar la intendencia ya instruyó a su hermano y diputado provincial Gabriel, para que lo suceda en 2011. Con esa estrategia, continuará con las pintadas con el slogan Bruera Massa, que inundó las paredes de la provincia este verano.
“Bruera se quiere hacer conocido en la provincia y las pintadas dieron resultado porque todos los medios hablaron de ello”, se jactan cerca del intendente. Para evitar suspicacias, aclaran que en el lanzamiento de la corriente “no va a estar Massa, porque si está es el acto de él”, explican.
Pero aclaran que Bruera habla con Massa todos los días y que en verdad existe un acuerdo político entre ambos. Ambos tienen intenciones de ser gobernadores, pero saben que no es el momento de definir quién será el segundo de quién.
En el Ejecutivo confirmaron a La Política Online que el jefe comunal de La Plata también habla con muchos intendentes que están en la misma situación o en una similar que él pero que no se animan a aparecer por temor a represalias.
Scioli, el nuevo enemigo
A quien no agrada para nada la “campaña” que está llevando a cabo Bruera es al gobernador Daniel Scioli, quien ya hizo pública su intención de renovar su mandato al frente de la provincia de Buenos Aires.
El lunes pasado, el mandatario le envió un mensaje nítido al intendente platense: cuatro de sus ministros, comandados por el jefe de gabinete Alberto Pérez, se mostraron junto a Alak en la cena del club hípico armada para por el ministro para
Y Bruera se enfureció con Scioli, pero fundamentalmente con Pérez, que según los funcionarios del bruerismo, en la cena manifestó que “no había lugar” para los intendentes no alineados con Kirchner.
Eso desató la bronca en el oficialismo platense, en donde incluso acusan al jefe de gabinete de “destituyente” y de “operador”. Y no tienen reparos para hablar de la gestión de Scioli: “Es un desgobierno”, disparan.
Los brueristas desestiman el poder de Alak para romper el Concejo Deliberante e impulsar desde allí interpelaciones al intendente. “Si se lanza con eso esperan denuncias penales”, advierten. Y lo desafían: “Ojala se presente a la interna del PJ. Ya le ganamos una vez y le vamos a volver a ganar”, se vanaglorian.
El intendente de La Plata, Pablo Bruera, acusó recibo de la embestida del kirchnerismo del pasado lunes, cuando su enemigo y antecesor, el ministro de Justicia Julio Alak, reunió en el club Hípico local a funcionarios nacionales y provinciales y a sectores del peronismo platense para consolidar una campaña en su contra.
Sin perder tiempo, el jefe comunal ya planificó su contraataque: lanzará el 26 de febrero en el estadio de Ferro su propia corriente provincial, con miras a las elecciones del año que viene. Así lo anunciará el viernes por la noche en el club La Protectora.
Con esta jugada intentará iniciar un armado bonaerense que según fuentes del municipio se presentará como un espacio “en sintonía con el modelo que encabeza Cristina Fernández de Kirchner desde la presidencia” pero no con “la estrategia confrontativa” de su esposo, con quien Bruera ya no oculta sus insalvables diferencias.
“Si lo seguimos a Néstor, el justicialismo pierde el año que viene; hay que armar un camino alternativo pero dentro del PJ”, repiten en el oficialismo platense y admiten que en la última semana el kirchnerismo inició el más fuerte ataque sobre la gestión comunal.
Bruera ya no esconde sus intenciones de gobernar la provincia desde el año que viene y para conservar la intendencia ya instruyó a su hermano y diputado provincial Gabriel, para que lo suceda en 2011. Con esa estrategia, continuará con las pintadas con el slogan Bruera Massa, que inundó las paredes de la provincia este verano.
“Bruera se quiere hacer conocido en la provincia y las pintadas dieron resultado porque todos los medios hablaron de ello”, se jactan cerca del intendente. Para evitar suspicacias, aclaran que en el lanzamiento de la corriente “no va a estar Massa, porque si está es el acto de él”, explican.
Pero aclaran que Bruera habla con Massa todos los días y que en verdad existe un acuerdo político entre ambos. Ambos tienen intenciones de ser gobernadores, pero saben que no es el momento de definir quién será el segundo de quién.
En el Ejecutivo confirmaron a La Política Online que el jefe comunal de La Plata también habla con muchos intendentes que están en la misma situación o en una similar que él pero que no se animan a aparecer por temor a represalias.
Scioli, el nuevo enemigo
A quien no agrada para nada la “campaña” que está llevando a cabo Bruera es al gobernador Daniel Scioli, quien ya hizo pública su intención de renovar su mandato al frente de la provincia de Buenos Aires.
El lunes pasado, el mandatario le envió un mensaje nítido al intendente platense: cuatro de sus ministros, comandados por el jefe de gabinete Alberto Pérez, se mostraron junto a Alak en la cena del club hípico armada para por el ministro para
Y Bruera se enfureció con Scioli, pero fundamentalmente con Pérez, que según los funcionarios del bruerismo, en la cena manifestó que “no había lugar” para los intendentes no alineados con Kirchner.
Eso desató la bronca en el oficialismo platense, en donde incluso acusan al jefe de gabinete de “destituyente” y de “operador”. Y no tienen reparos para hablar de la gestión de Scioli: “Es un desgobierno”, disparan.
Los brueristas desestiman el poder de Alak para romper el Concejo Deliberante e impulsar desde allí interpelaciones al intendente. “Si se lanza con eso esperan denuncias penales”, advierten. Y lo desafían: “Ojala se presente a la interna del PJ. Ya le ganamos una vez y le vamos a volver a ganar”, se vanaglorian.
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