martes, febrero 09, 2010

Mercedes: Golpe comando en el municipio: historia de una investigación exitosa.

(El Nuevo Cronista). Manuel Ramírez ofició de entregador, trabaja en Recaudación y cometió errores que delataron su participación. Enrique Manrique, Alberto Panessi y Jorge Pasuchi están acusados de ser partícipes necesarios. Faltan los autores materiales del robo. Se prevén allanamientos en otras ciudades.
La justicia investigó rápida y bien el caso del robo al municipio (imagen genérica)
Lo dijo el doctor Ariel Fusco durante la conferencia de prensa: “Las primeras horas son cruciales”. Y así fue.
La punta del ovillo provino de los empleados de Recaudación, y fue abonada por las propias torpezas del primer detenido: Manuel Ramírez. El joven –empleado en Recaudación desde hace tres meses- apenas entró ese viernes, levantó el volumen de la radio más de lo habitual. Además fue a quien los cacos eligieron para que ate a sus compañeros.
Con eso alcanzaba para que los investigadores pongan la lupa sobre su accionar. Pero eso no fue todo. Esa mañana –poco antes de declarar- acusó un problema personal que lo obligó a retirarse momentáneamente. A los investigadores les dijo que su mujer lo había llamado por teléfono porque estaba descompuesta. Pero en su celular no había ningún registro de la existencia de tal llamada. En realidad no había ningún registro de nada: ni siquiera tenía contactos.
Para ese entonces el fiscal general Pablo Merola había dispuesto que sea el fiscal Juan Bidone quien tome en sus manos la investigación. El fiscal Zunino estaba muy atareado merced a los cuatro hechos producidos en el centro (ver páginas 6 y 7).
La conducta sospechosa de Ramírez comenzó a ser más tenida en cuenta cuando los investigadores confirmaron que los vehículos habían escapado por la calle 44 y que nunca llegaron a la 15. Ramírez vive en la calle 44 entre 15 y 17.
A primeras horas de la tarde la policía dialogó con algunos vecinos del lugar quienes le confirmaron la existencia de movimientos extraños las noches anteriores y brindaron un detalle escalofriante: el empleado municipal utilizaba para movilizarse un Gol rojo que coincidía con los datos de uno de los vehículos con los que huyeron los malvivientes. Es más, en horas de la tarde algún vecino sugirió que Ramírez había estado intentando vender el auto ese mismo día por un precio irrisorio. Poco después alguien dijo que Manuel había salido con el auto y volvió a pie. El Gol rojo utilizado para huir no tenía pedido de captura como ocurre con el 99% de los vehículos utilizados en robos.
Bidone creyó que esos elementos, más otros que forman parte del secreto de sumario, eran suficientes para que el juez de Garantías concediera el allanamiento.

Primera detención
Poco después de las 21 horas del viernes, una patrulla policial esperaba a Ramírez en la entrada del barrio Esperanza. Algunos vecinos no entendían bien a qué se debía la presencia policial. Cerca de las 22 venía el empleado municipal en su motocicleta cuando detectó la presencia policial. Testigos presenciales del hecho aseguran que el joven se arrojó de la moto y quiso salir corriendo. Lo cierto es que fue rápidamente detenido.
Una vez en el domicilio, la policía habría encontrado la ropa que los dos delincuentes habrían usado esa mañana en el robo. A partir de ahí todo comenzó a ser más fácil.
Cerca de la medianoche llegaron al lugar los fiscales Merola, Bidone y hasta el jefe de la departamental. Hablaron poco con los medios presentes y se manifestaron optimistas. Todo ello se podía ver en sus rostros.
Para eso entonces la policía también había dado con el vehículo utilizado para el asalto a pocas cuadras del lugar. Además, hay un testigo de identidad reservada que compromete a Manuel Ramírez en el robo. Por su condición, se desconoce de quién se trata y qué información posee. Ramírez fue asistido por su hermana que es abogada.
Se desconoce si fue a raíz de los dichos del testigo de identidad reservada o del propio imputado, entre el sábado y el domingo se realizaron más operativos.
Fueron tres las detenciones que se produjeron entre la noche del sábado y la madrugada del domingo. La policía allanó la vivienda de Enrique Manrique, Alberto Panessi (hijo del fallecido ex jefe de compras de la municipalidad: Jorge Panessi) y Jorge Pasuchi. Estas personas fueron imputadas como partícipes necesarios del hecho, es decir, si bien no actuaron directamente, sus acciones colaboraron para que se cometa el hecho en sí.
Durante el allanamiento en casa de Pasuchi, también fue aprehendida su esposa ya que se encontraron en el lugar un arma 9 mm cargada, cocaína, documentos y dinero falso. La droga sería para consumo personal.
Salvo la mujer –que quedó detenida por tenencia de moneda falsa y cuyas actuaciones serán derivadas a la justicia federal- a todos se los acusa de ser partícipes necesarios del hecho. Fueron alojados en dependencias policiales de la zona y se espera que el día de hoy presten declaración ante el fiscal interviniente.
Al cierre de esta edición, la fiscalía preparaba otra serie de allanamientos pero fuera de Mercedes. Según fuentes extraoficiales irían atrás de los autores materiales.

Allanamientos en 24 horas. Frenética investigación
El viernes desde temprano se vio a la figura del fiscal general Pablo Merola conduciendo personalmente los primeros pasos de la investigación. Se vio desfilar por el edificio comunal a personal de Policía Científica y se pusieron a disposición las imágenes que las cámaras colocadas en la ciudad habrían estado tomando al momento del hecho, cuya recepción se encuentra en Control Urbano.
Horas más tarde, la causa pasó a manos del fiscal Juan Ignacio Bidone. Simultáneamente se conformó una mesa de trabajo con asiento en la comisaría local que contaba con la intervención del Jefe Departamental, Mario Martin, el comisario Marcelo Oberti y subcomisarios de la zona. A cada uno de ellos les fue asignado un sector de la investigación. Para colaborar con los mismos se contó con el apoyo de móviles y personal de la policía de Chivilcoy, San Andrés de Giles, Luján y Suipacha, sumando alrededor de 50 efectivos afectados a los operativos.
Las pericias realizadas utilizando las cámaras de seguridad brindaron pocos datos a la causa. Es que el domo ubicado en avenida 29 y calle 24 realiza tomas parciales de los distintos puntos de su perímetro. En este caso, habría tomado a los vehículos que esperaron a los asaltantes pero las imágenes no habrían sido suficientes, en principio, para aportar datos de relevancia.
En poco más de 24 horas, tras la utilización de cruces telefónicos, imágenes de las cámaras, y el testimonio de varios empleados que estuvieron presentes al momento del ingreso y egreso de los ladrones, se dispusieron los cinco allanamientos.

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