miércoles, septiembre 14, 2011

Dejaste huellas… Carlos Winter. Por Beatriz Rivero.

La mayoría de las personas entran y salen de nuestra vida, pero sólo pocas dejan huellas, presencia. Vos Carlos, sos una de ellas. Tu vida fue ejemplo de tenacidad, desafío, optimismo, amor. Viviste intensamente todas las etapas de tu vida, y seguramente, en el recuento general, con mucha felicidad, porque lograste formar una hermosa familia con Patricia, sus tres chicas y esos dos bellos nietitos.
Cuando llegaste al barrio, allá por los años 80 junto a Patricia, era común verlos trabajando en lo que luego se transformó en su hogar, en la esquina de Darregueyra y José Verdi. Ambos lograron, con mucho esfuerzo, hacer un gimnasio por el que pasamos y siguen pasando, muchas personas, niños, adolescentes y adultos, que viven en la zona.
Trabajando con ahínco, lo ampliaron, agregaron elementos de gimnasia y lo optimizaron. Y vos, Carlos, siempre ahí, dando tus clases con pocas palabras, ¿para qué más?, y con esa sonrisa buena, tan característica.
¡Qué placer verte correr, estirar las piernas en la pared de tu casa, hacer gimnasia y practicar con tus hijas en la vereda! La gente pasaba y te miraba, pero vos concentrado en lo que fue la pasión de tu vida, seguías feliz con tu rutina diaria.
A los veintiocho años tuviste tu primer cáncer. Luchaste con él, con fuerza, con esperanza de ganarle y ¡lo lograste!
Fuiste el compañero inseparable de Patricia. Cuando ella brillaba con sus ballets en los escenarios de los teatros porteños y de la provincia, vos estabas ahí coordinando todos los detalles para el lucimiento del grupo. Y seguías dando clases, hasta que un día se te ocurrió algo diferente: Gimnasia Acrobática. No fue fácil conseguir referencias sobre el tema, no había profesores. Entonces comenzaste a practicar con tus hijas, que heredaron, como es lógico suponer, la misma pasión de ustedes. Luego el grupo se amplió incorporando a alumnos del gimnasio y ¡hasta tus dos nietitos! ¡Fueron sensación! Actuaron en muchos programas de TV, en teatros capitalinos, en la Costa y en Córdoba. En esta instancia, fue Patricia la que te acompañaba silenciosamente, apuntalándote y gozando con tus logros. Era maravilloso ver las figuras que formaban, con tanta destreza y fuerza para lograrlas ¡Cuánta felicidad demostraba tu rostro cuando los aplaudían al terminar sus rutinas! El saludo final era sobrio y llamativo, imborrable ¡único! Como dijo Hernán: “es una marca registrada”.
Siempre la familia trabajó unida: en el gimnasio y en escuelas de la zona. Fueron reconocidos por el famoso productor y director Gerardo Sofovich, al ser convocados para participar en obras como “Varieté para María Elena”, con Aníbal Pachano, “La fiesta está en El Tabarís”, con Florencia De La V y “Gracias a la Villa”, en Carlos Paz.
Participaciones en T.V.:
• Feliz Domingo
• Susana Giménez
• Show Match
• La Noche del 10
• Sábado Bus
• Casting de la Tele
• Sábado Show
• La Cocina del Show
Carlos entrenó a muchos bailarines de Tango, Salsa y Rock and Roll, también adiestró en acrobacia a famosos como Marixa Balli, Valeria Archimó, Los Midachi, Belén Francese, Nataly Weber, y otros.
Realizó shows en Mar de Ajó durante trece temporadas, junto a toda su familia, incluyendo a sus dos nietos. Los turistas se deslumbraban al ver esas presentaciones (como si estuvieran en el mejor teatro).

Y… otra vez esa maldita enfermedad persiguiéndote. Y vos, otra vez dando batalla, como un bravo guerrero ¡Y vaya si le diste lucha! Lograste superarlas a varias de ellas.
En silencio, con la mirada triste pero siempre con esa hermosa sonrisa. Te caías y te levantabas. Nos decías “no es fácil, es muy dura esta enfermedad, pero dabas media vuelta y seguías haciendo maravillosas piruetas.
Muchas veces nos hiciste rever nuestras actitudes frente a la vida, porque al observar cómo eran las tuyas, nos diste ejemplos de serenidad, tesón y humildad. Sí, Carlos, porque cuando el éxito llegó a tu vida, te mostraste igual que antes, con total sencillez, como cuando pintabas con tus propias manos los aparatos que usábamos en el gimnasio, porque a pesar de sufrir por los problemas de salud, siempre seguiste creyendo que había que pelearla; y si no podías entrenar, andabas en bicicleta, y si las fuerzas no te ayudaban para pedalear, salías a caminar. Y seguías y seguías…
Hasta que no pudiste más y decidiste irte luego de mirar a tu alrededor y ver que toda la familia estaba ahí, acompañándote, todos juntos, unidos como siempre. Y cerraste los ojos, tranquilo, también como siempre, con la sensación de que dejabas todo en orden, que tu tarea se había cumplido y que quedaba el semillero en tu familia, esa que te protegió, te cuidó , te dio mucho amor y rezó tanto para que no sufras, para que te sanes.
Es por eso que todos lo que te conocimos valoramos tanto cómo sos, no pertenecés al común de la gente. Se me confunden los tiempos verbales, me cuesta hablar en pasado.
Sé que dejaste una huella en todos los corazones de las personas que tuvieron el honor de conocerte, querido Carlos Winter.
Por último, es importante destacar el agradecimiento que la familia hace a Gerardo Sofovich por haber confiado en él y por haberlos ayudado tanto, al Señor Intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, por haber colaborado siempre que se lo solicitaban y al Señor Director de Deportes Antonio Labonia “que siempre se interesó por la salud de mi papá, hasta su último segundo de vida”, (emotivo recuerdo de Ivanna, su hija mayor).
Beatriz Rivero


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