La tragedia de Flores reavivó la discusión sobre la demora por el soterraramiento de las vías del tren Sarmiento. En el Congreso se está tratando un proyecto para convertir en subterráneo a todo el tendido de trenes y construir autopistas en la superficie. Pero eso chocaría con los negocios inmobiliarios y ambientales que se evalúan para los mismos predios.
Tras la tragedia de Flores, el soterramiento del tren Sarmiento llegó a la primera plana de los medios una vez más. Y más allá del cruce entre el Gobierno nacional y el de la Ciudad por definir responsabilidades, quedó en evidencia la necesidad del avance de las obras.
Con el arribo al país de la tuneladora que hará las excavaciones, se apuró la discusión sobre qué destino tendrán los terrenos que ocupan actualmente las vías y las estaciones, que pertenecen a la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (Adif, ex Onabe) y por ende son federales.
Como adelantó LPO, corren versiones que indican que allí se podrían emplazar espacios verdes, una idea similar al High Line Park de Manhattan, un parque montado en las vías elevadas de un ferrocarril en desuso. Este proyecto cuenta con el visto bueno de la Sociedad de Arquitectos de la Ciudad.
Pero también se habla del emplazamiento, dentro de esos nuevos espacios verdes, de negocios dedicados a la gastronomía, lo que podría motivar negociados por las concesiones entre el Gobierno y el sector empresario.
Y si bien aún no se ha comenzado siquiera con las obras en el Sarmiento, estas iniciativas tienen un competidor: un proyecto para soterrar todos los trenes de la Ciudad y construir autopistas sobre las vías en desuso.
El proyecto es impulsado por la Fundación Metas Siglo XXI, cuyo presidente es Guillermo Laura, que diseñó las autopistas 25 de Mayo y Perito Moreno y supo ser el titular de Autopistas del Sol.
Según señaló Laura en la edición de hoy de La Nación, si no se utiliza inmediatamente la franja de tierra libre que dejarían los soterramientos de las vías, esos terrenos se convertirán “en una villa miseria lineal”.
Hay antecedentes que confirman la teoría de Laura. En 1977, para construir la ex AU3, el entonces intendente Osvaldo Cacciatore expropió 800 viviendas en Villa Urquiza y Saavedra. Pero luego la autopista no se construyó y esas casas fueron ocupadas.
Las autopistas en trinchera
Según explicó a LPO el vicepresidente de la fundación de Laura, Osvaldo Ottaviano, el proyecto crea el Programa de Modernización de la Infraestructura del Transporte Terrestre (Promitt).
Se trata de una iniciativa que está circulando desde hace años y plantea, entre otras cosas, la construcción de una red de autopistas de 13 mil kilómetros a lo largo del país y el soterramiento de todas las vías de tren en el área metropolitana de Buenos Aires.
Además de soterrar las vías, el proyecto contempla un Sistema Multimodal para la Región Metropolitana de Buenos Aires. Esto es, la construcción de autopistas en trinchera por sobre los túneles por los que pasarían los ferrocarriles.
Según Ottaviano, las autopistas estarían en un nivel inferior a las calles de la Ciudad, que se volverían a unir con la desaparición de las vías recuperando la traza urbana. Laura explicó en La Nación que unas 1941 calles son atravesadas por las siete líneas férreas de la región metropolitana.
Ottaviano afirmó que lo que se busca es independizar estas obras de los presupuestos del Estado nacional, el provincial y el de la Ciudad de Buenos Aires. Para esto, la ley promueve un sistema de financiamiento propio, mediante el cobro de una tarifa electrónica.
En el título III del proyecto (ver aparte) se establece “el sistema inteligente de road-pricing (tarifa por pulso vial) que se percibirá incorporando la patente electrónica universal en todos los automotores que circulen por la región”.
Un mecanismo similar es utilizado en otras ciudades del mundo como Santiago de Chile o Londres. Se evitarían los peajes con la colocación de pórticos que leen los sensores dispuestos en los vehículos y habría un cobro mayor para aquellos automóviles más caros o para quienes contaminen más.
El proyecto fue presentado en 2008 y según Ottaviano se destrabó este año en la Comisión de Transporte de la Cámara de Diputados de la Nación. Además de contar con las adhesiones de la Legislatura bonaerense, el Senado de Santa Fe, y las legislaturas de Córdoba, Mendoza y San Luis, el texto lleva la firma de 15 diputados de diversos bloques, entre ellos el radical Oscar Aguad, el peronista Jorge Obeid y el macrista Federico Pinedo.
Que justamente el proyecto cuente con el apoyo del presidente del bloque del PRO, puede ocasionar un cruce de intereses si, como indican algunas versiones, el primo y socio de Macri, Ángelo Calcaterra, busca explotar los terrenos colocando restaurantes y otro tipo de inmuebles por sobre las vías. (La Polïtica OnLine).
Tras la tragedia de Flores, el soterramiento del tren Sarmiento llegó a la primera plana de los medios una vez más. Y más allá del cruce entre el Gobierno nacional y el de la Ciudad por definir responsabilidades, quedó en evidencia la necesidad del avance de las obras.
Con el arribo al país de la tuneladora que hará las excavaciones, se apuró la discusión sobre qué destino tendrán los terrenos que ocupan actualmente las vías y las estaciones, que pertenecen a la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (Adif, ex Onabe) y por ende son federales.
Como adelantó LPO, corren versiones que indican que allí se podrían emplazar espacios verdes, una idea similar al High Line Park de Manhattan, un parque montado en las vías elevadas de un ferrocarril en desuso. Este proyecto cuenta con el visto bueno de la Sociedad de Arquitectos de la Ciudad.
Pero también se habla del emplazamiento, dentro de esos nuevos espacios verdes, de negocios dedicados a la gastronomía, lo que podría motivar negociados por las concesiones entre el Gobierno y el sector empresario.
Y si bien aún no se ha comenzado siquiera con las obras en el Sarmiento, estas iniciativas tienen un competidor: un proyecto para soterrar todos los trenes de la Ciudad y construir autopistas sobre las vías en desuso.
El proyecto es impulsado por la Fundación Metas Siglo XXI, cuyo presidente es Guillermo Laura, que diseñó las autopistas 25 de Mayo y Perito Moreno y supo ser el titular de Autopistas del Sol.
Según señaló Laura en la edición de hoy de La Nación, si no se utiliza inmediatamente la franja de tierra libre que dejarían los soterramientos de las vías, esos terrenos se convertirán “en una villa miseria lineal”.
Hay antecedentes que confirman la teoría de Laura. En 1977, para construir la ex AU3, el entonces intendente Osvaldo Cacciatore expropió 800 viviendas en Villa Urquiza y Saavedra. Pero luego la autopista no se construyó y esas casas fueron ocupadas.
Las autopistas en trinchera
Según explicó a LPO el vicepresidente de la fundación de Laura, Osvaldo Ottaviano, el proyecto crea el Programa de Modernización de la Infraestructura del Transporte Terrestre (Promitt).
Se trata de una iniciativa que está circulando desde hace años y plantea, entre otras cosas, la construcción de una red de autopistas de 13 mil kilómetros a lo largo del país y el soterramiento de todas las vías de tren en el área metropolitana de Buenos Aires.
Además de soterrar las vías, el proyecto contempla un Sistema Multimodal para la Región Metropolitana de Buenos Aires. Esto es, la construcción de autopistas en trinchera por sobre los túneles por los que pasarían los ferrocarriles.
Según Ottaviano, las autopistas estarían en un nivel inferior a las calles de la Ciudad, que se volverían a unir con la desaparición de las vías recuperando la traza urbana. Laura explicó en La Nación que unas 1941 calles son atravesadas por las siete líneas férreas de la región metropolitana.
Ottaviano afirmó que lo que se busca es independizar estas obras de los presupuestos del Estado nacional, el provincial y el de la Ciudad de Buenos Aires. Para esto, la ley promueve un sistema de financiamiento propio, mediante el cobro de una tarifa electrónica.
En el título III del proyecto (ver aparte) se establece “el sistema inteligente de road-pricing (tarifa por pulso vial) que se percibirá incorporando la patente electrónica universal en todos los automotores que circulen por la región”.
Un mecanismo similar es utilizado en otras ciudades del mundo como Santiago de Chile o Londres. Se evitarían los peajes con la colocación de pórticos que leen los sensores dispuestos en los vehículos y habría un cobro mayor para aquellos automóviles más caros o para quienes contaminen más.
El proyecto fue presentado en 2008 y según Ottaviano se destrabó este año en la Comisión de Transporte de la Cámara de Diputados de la Nación. Además de contar con las adhesiones de la Legislatura bonaerense, el Senado de Santa Fe, y las legislaturas de Córdoba, Mendoza y San Luis, el texto lleva la firma de 15 diputados de diversos bloques, entre ellos el radical Oscar Aguad, el peronista Jorge Obeid y el macrista Federico Pinedo.
Que justamente el proyecto cuente con el apoyo del presidente del bloque del PRO, puede ocasionar un cruce de intereses si, como indican algunas versiones, el primo y socio de Macri, Ángelo Calcaterra, busca explotar los terrenos colocando restaurantes y otro tipo de inmuebles por sobre las vías. (La Polïtica OnLine).
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