Las entidades financieras destacaron que tienen "disponible la línea de créditos establecida por el Banco Central" hace casi un mes. Los préstamos tendrán una tasa fija del 15 por ciento y un plazo mínimo de tres años. Los bancos que no presten serán sancionados.
Los bancos de capital extranjero nucleados en la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA) comenzaron a publicitar líneas de crédito destinadas a la producción, ya que están obligados a prestar un 5 por ciento de sus depósitos a ese sector.
"Los bancos de ABA apoyamos la inversión productiva", se señala en una solicitada que esa entidad publicó este martes en matutinos porteños.
En el texto, las entidades financieras destacaron que tienen "disponible la línea de créditos establecida por el Banco Central" hace casi un mes.
"Esta operatoria constituye una herramienta importante para impulsar proyectos productivos en beneficio de la actividad económica del país", destacó ABA.
El Banco Central dispuso que los bancos privados más importantes del país ofrezcan una nueva línea de financiamiento para inversiones productivas, con un piso cercano a los 15 mil millones de pesos.
Las entidades que concedan estos préstamos deberán establecer una tasa de interés fija y a un plazo mínimo de tres años.
El lunes, la presidenta Cristina Kirchner criticó al sector: "la verdad, son bastante mezquinos los bancos", acusó la jefa de Estado, por la falta de publicidad sobre las nuevas líneas de crédito para la inversión que dispuso el Central.
"Cuando es para consumir, que son cuotas con intereses muy importantes, hay mucha propaganda y difusión", se quejó Cristina Kirchner.
La solicitada de referencia fue rubricada por los bancos Itaú, Francés, Santander Río, Standard Bank, Citibank y HSBC.
Según lo dispuesto por el gobierno, los préstamos tendrán una tasa fija del 15 por ciento y un plazo mínimo de tres años; cada banco deberá colocar, por lo menos, el equivalente al 5 por ciento de sus depósitos del sector privado que posee, y las entidades tienen hasta fin de año para acordar todos los créditos, pero cuentan con la posibilidad de prolongar el desembolso durante seis meses más si se trata de proyectos de envergadura.
La nueva línea crediticia, que obliga a los bancos de capital extranjero a prestar con un objetivo determinado y hubiera sido imposible sin la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, contempla la adquisición de bienes de capital y la construcción de instalaciones necesarias para la producción de bienes y servicios, que a su vez pueden ser bienes de origen nacional o importados.
El 50 por ciento de los fondos que se presten deberán ir a las Pymes y cuando una empresa no pueda acceder al crédito que desea porque excede sus capacidades se podrán formalizar créditos sindicados.
Si los plazos exceden los tres años, las partes podrán acordar entre ellas los cargos del período adicional en materia de tasas. La línea no puede destinarse a fondear capital de trabajo, ni a prefinanciamiento de exportaciones.
Por último, la disposición del gobierno establece que los bancos, públicos o privados, que no cumplan en tiempo y forma serán sancionados.
La medida, según comentarios periodísticos, no es ajena al contexto macroeconómico. Durante la crisis de 2008-2009, el sistema bancario respondió en forma procíclica: cortó e interrumpió financiamiento. En ese momento, la política fiscal expansiva fue el principal instrumento. Ahora, según sostuvo la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, el gobierno quiere que el sector bancario tenga “un comportamiento contracíclico”.
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