Un análisis efectuado por el economista Mario Brodersohn, de la consultora Econométrica S.A., advierte sobre el error de responder a la crisis europea actual según los esquemas con los cuales se enfrentó la de 2008/2009 en Estados Unidos. He aquí el texto completo.
Cristina Kirchner enfrento dos crisis financieras internacionales. La primera fue en el 2008/09 en Estados Unidos con la crisis de los préstamos hipotecarios sub prime y la quiebra del banco Lehman Brothers. La segunda es la actual crisis fiscal y del euro en Europa. Hay grandes diferencias entre la crisis del 2008/09 y la crisis europea actual.
En primer lugar, señala el trabajo de Brodersohn, el mundo realmente se nos vino encima en la crisis del 2008/09. El precio internacional de la soja cayó un 35% y una fuerte sequía provocó una contracción en la producción de cereales y oleaginosas del 37%. Por primera vez en la gestión kirchnerista hizo su entrada en escena la restricción externa al crecimiento económico. La respuesta del gobierno fue similar a los “stop and go” de las décadas del 60 al 90. En el 2009 fue necesario un “stop” del 2.5 % en el PBI para reducir las importaciones en un 35 % y de esta forma contrarrestar la caída del 20% en las exportaciones.
La realidad actual es muy distinta a la de la crisis internacional del 2008/09. El precio internacional de la soja no solo no cayó sino que aumentó casi un 50% en los últimos doce meses y el del maíz en los últimos 60 días aumento un 45%. El mundo no se nos viene encima, tal como ocurrió en el 2009. Lo que se nos viene encima, como veremos en los puntos siguientes, son los desequilibrios internos de la economía.
En segundo lugar, en el 2008 teníamos una sólida posición fiscal, externa, cambiaria y energética que sustentaban las condiciones básicas para una política keynesiana anticíclica. En el 2012 sucede todo lo contrario. En efecto, en el 2008 el superávit fiscal era de 8.700 millones de dólares (2.6 % del PBI) mientras que el proyectado para el 2012 es deficitario en 7.700 millones de dólares un (1.6 % del PBI). En cuatro años hay un vuelco fiscal de 16.400 millones de dólares (4.2 puntos del PBI).
El superávit externo de la cuenta corriente del Balance de Pagos era en el 2008 del 2.1% del PBI mientras que en la actualidad es prácticamente nulo. Con esos superávit gemelos el gobierno en el 2008 podía pagar con recursos genuinos los intereses y amortizaciones de la deuda pública externa e interna. En la actualidad, en cambio, tenemos que cubrir esos vencimientos de deuda con las reservas internacionales y con emisión monetaria.
En tercer lugar, el tipo de cambio multilateral en el 2009 se mantenía alto e internacionalmente competitivo debido a que el gobierno privilegió defender la política de tipo de cambio alto. En efecto, devaluó en el 2009 un 17.9 % cuando en el 2008 había devaluado un 1.6 %. Además, conto con el apoyo de una caída del real y del dólar frente al euro.
Por el contrario, en el 2010/11 la inflación acumulada fue del 52.5 % y la devaluación del 12.5 %. A ese atraso cambiario se le agregó que el real se devaluó un 32% y el euro un 16% en los últimos 12 meses En consecuencia, en el 2012 el tipo de cambio dejo de ser internacionalmente competitivo. El objetivo actual del gobierno es defender el atraso cambiario y la pérdida de competitividad internacional con el control de cambios y el de importaciones. El resultado de estos controles es una profunda crisis recesiva en la industria. El Índice de producción industrial del INDEC de mayo y junio se contrajo un 4.6% en relación al mismo periodo del año anterior.
Finalmente, el contexto internacional muestra una realidad y un comportamiento que es la antípoda al de la crisis del 2008/09. Estados Unidos y China fueron en el 2009 la locomotora del tren que impulsó la rápida salida de la crisis internacional. En cambio, en la actualidad ni Estados Unidos ni Chima cumplen el mismo papel reactivador que en el 2009. A su vez, la reacción de los países europeos frente a la actual crisis internacional es la opuesta a la de Estados Unidos en el 2008/09.
En efecto, Obama salió muy rápidamente de la crisis del 2008/09 con una explosiva política keynesiana expansiva. La Reserva Federal duplicó la base monetaria en 6 meses (agosto 08/enero 09) y aumento el déficit fiscal del 1.7% del PBI (2007) al 10% en el 2010. Esta política anticíclica condujo a que la crisis fuese muy breve en el tiempo. El PBI en Estados Unidos se contrajo un 2.6% en el 2009 y volvió a crecer un 2.8% en el 2010 y un 3.2% en el 2011.
La Argentina en el 2008/09 siguió el mismo camino que los Estados Unidos. Llevo adelante una política muy expansiva y keynesiana que le permitió salir rápidamente de la crisis. Pasamos de una contracción en los primeros seis meses del 2009 a una expansión económica en los seis meses siguientes. Frente a una contracción en el 2009 del 2.5% del PBI, salimos con una expansión del 8.5 % en el 2010, del 7 % en el 2011 y el 54% de los votos en las elecciones presidenciales.
Estados Unidos en el 2013 ya no cumplirá el mismo rol expansivo que en el 2009, China está más contenida y las perspectivas de la crisis europeas para el 2013 son negativas. Ello amortiguará la recuperación económica en Brasil. Es en este punto en que la crisis internacional nos puede afectar.
En la parte final de su análisis, Brodersohn advierte: “No descartamos que el gobierno anuncie planes expansivos para intentar neutralizar estas tendencias recesivas. Sin embargo, su margen de maniobra para hacerlo es muy limitado por no decir nulo dado que la ausencia de superávit fiscal llevara a que un aumento del gasto público se financie con emisión monetaria del Banco Central. A diferencia de lo ocurrido en el 2009, llevar adelante una política keynesiana expansiva, en el actual contexto de desequilibrios internos, nos conducirá a aumentar la inflación y la brecha cambiaria mucho mas que a reactivar la economía. La combinación de todos estos factores nos lleva a proyectar para el 2013 estancamiento con inflación”.
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