ALMIRANTE BROWN, Marzo 27, (PUNTO CERO-Inforegión) El villaverdismo se aferra a la tesis de una lista de unidad que pregona José María Díaz Bancalari y prefiere soslayar otras hipótesis que rondan el corazón del poder. El kirchnerismo, como siempre, deambula en su desconcierto. Un hecho que al menos tácticamente es aprovechado por el oficialismo local, que ya puso a rodar su propia versión de una oposición acicalada para un acuerdo en vista a las elecciones del mes de octubre. Todos los movimientos giran, igualmente, sobre un único eje: hacerse de la conducción del PJ, convertido a ese efecto en escenario de todas las disputas.
- Si no hacemos la unidad ¿ quién va a crecer electoralmente?. ¿Vamos a beneficiar a López Murphy?.
- No creo que a él, pero sí a Lavagna. Me extraña que ustedes no lo tengan pensado.
- ...Bueno... pero si alguien nos divide el voto, vamos a tener problemas en el Concejo Deliberante.
El jugoso diálogo mantenido con un operador de primera línea del villaverdismo resultó al cabo una síntesis del cambiante estado anímico que domina esa corriente, que no parece sin embargo dispuesta a abandonar la escena política sin presentar pelea. Aún cuando admita que luego del mes de octubre la representación política del Concejo Deliberante tal vez exprese de forma institucional su larga agonía.
El intercambio coloquial permitió también advertir la primera fisura en un discurso en apariencias granítico pero que amagó desmoronarse en su contacto con la realidad política, a la que solo pudo oponer los dos contactos mantenidos por Jorge Villaverde con el presidente Néstor Kirchner. Aunque sin precisar fechas ni circunstancias.
En verdad, el oficialismo sigue entrampado en su propio laberinto y parece caer en esa cuenta cuando enuncia la necesidad de modificar la estrategia de campaña proselitista pero no logra escapar a lo que ha sido su comportamiento convencional: una política asistencialista plasmada en subsidios municipales y un fuerte control del gasto público para lograr reconocimiento puertas afuera del distrito de Almirante Brown, aunque no así entre sus ciudadanos, nominados genéricamente como “la gente y sus necesidades.”
El interlocutor oficialista hizo hincapié en reiteradas oportunidades en que una sola lista electoral será la que exprese los intereses del justicialismo y el kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires, tal como pregona el titular del PJ bonaerense, José María Díaz Bancalari. Un hecho que lo llevó a soslayar la postura en contrario que viene sosteniendo el diputado nacional Carlos Kunkel y que parece ser el centro del debate que domina los encuentros de dirigentes de la Tercera Sección Electoral de ambos sectores. Aunque admitió que esa es una posibilidad, con más voluntad que información persistió en que la lista de unidad terminará por imponerse.
Consintió, no obstante, que la disputa de cargos municipales tiene un efecto movilizador que, al cabo, podría resultar una propuesta superadora de la hipótesis del duhaldismo residual y según la cual el Presidente necesitará de los votos de todos en los comicios nacionales del mes de octubre.
En rigor, la puja de fondo a la que nadie alude pero que todos descuentan es por el Partido Justicialista. Tanto es así que enterado que un sector de afiliados reclamó el pasado 21 de marzo a Díaz Bancalari internas en Almirante Brown para definir la sucesión de las actuales autoridades, cuyos mandatos vencen en el mes de junio, el diputado provincial Darío Giustozzi efectuaría su propia solicitud en ese sentido a través Jorge Calvelo, ex vicepresidente del PJ cuando mantenía vínculos con su titular, Jorge Villaverde.
No será la única movida. Un grupo de consejeros partidarios se disponía a publicar en las próximas horas una solicitada en respaldo del pedido realizado al titular del bloque Peronismo Federal.
La aparición de tres concejales kirchneristas de estrecha relación con la bancada justicialista es parte de la estrategia pergeñada desde allí para resistir las embestidas. Como concedió el operador, la división de la oposición es menester para favorecer sus planes de permanencia en el poder.
Como señaló Info Región la semana que pasó, el comunicado distribuido con la firma de Norma Ruiz, Juan Carlos Neuburguer y Agustín Fernández, apunta en especial a recalcar la necesidad de una concertación plural y a evitar la definición de candidaturas que comprometan ese proceso. Todo un tiro por elevación a la ya lanzada postulación de Giustozzi a la Intendencia Municipal.
La seguidilla de informaciones de esta naturaleza sacudió más de lo que se sospecha a la corriente del legislador provincial. Algunos candidatos a concejales que sienten amenazada esa condición con una única lista, comenzaron a explorar alternativas para mantener vivo su objetivo. Más si esa probabilidad obliga también a compatibilizar intereses con la Mesa Sindical K de Julio Casavelos y Joaquín González.
La tensión reinante en el oficialismo, y que el operador se esmeró en disipar, no pudo ser disimulada en otros ámbitos. Volvieron a registrarse tironeos entre el bloque Frente para la Victoria y el titular del Concejo Deliberante, Alejandro Torres, remiso a reponer el cuerpo de asesores legislativos a los ediles. A excepción, claro, del titular de la bancada, Carlos Carvajal.
En medio de la discusión, Torres tuvo un lapsus que pareció revelar el pensamiento más íntimo que anida en las filas del villaverdismo: - “No se preocupen, si total el año que viene ustedes se pueden vengar”, lanzó, en su fallido intento de azuzar a una oposición, que halló donde menos esperaba un halo de luz y de esperanza.
- Si no hacemos la unidad ¿ quién va a crecer electoralmente?. ¿Vamos a beneficiar a López Murphy?.
- No creo que a él, pero sí a Lavagna. Me extraña que ustedes no lo tengan pensado.
- ...Bueno... pero si alguien nos divide el voto, vamos a tener problemas en el Concejo Deliberante.
El jugoso diálogo mantenido con un operador de primera línea del villaverdismo resultó al cabo una síntesis del cambiante estado anímico que domina esa corriente, que no parece sin embargo dispuesta a abandonar la escena política sin presentar pelea. Aún cuando admita que luego del mes de octubre la representación política del Concejo Deliberante tal vez exprese de forma institucional su larga agonía.
El intercambio coloquial permitió también advertir la primera fisura en un discurso en apariencias granítico pero que amagó desmoronarse en su contacto con la realidad política, a la que solo pudo oponer los dos contactos mantenidos por Jorge Villaverde con el presidente Néstor Kirchner. Aunque sin precisar fechas ni circunstancias.
En verdad, el oficialismo sigue entrampado en su propio laberinto y parece caer en esa cuenta cuando enuncia la necesidad de modificar la estrategia de campaña proselitista pero no logra escapar a lo que ha sido su comportamiento convencional: una política asistencialista plasmada en subsidios municipales y un fuerte control del gasto público para lograr reconocimiento puertas afuera del distrito de Almirante Brown, aunque no así entre sus ciudadanos, nominados genéricamente como “la gente y sus necesidades.”
El interlocutor oficialista hizo hincapié en reiteradas oportunidades en que una sola lista electoral será la que exprese los intereses del justicialismo y el kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires, tal como pregona el titular del PJ bonaerense, José María Díaz Bancalari. Un hecho que lo llevó a soslayar la postura en contrario que viene sosteniendo el diputado nacional Carlos Kunkel y que parece ser el centro del debate que domina los encuentros de dirigentes de la Tercera Sección Electoral de ambos sectores. Aunque admitió que esa es una posibilidad, con más voluntad que información persistió en que la lista de unidad terminará por imponerse.
Consintió, no obstante, que la disputa de cargos municipales tiene un efecto movilizador que, al cabo, podría resultar una propuesta superadora de la hipótesis del duhaldismo residual y según la cual el Presidente necesitará de los votos de todos en los comicios nacionales del mes de octubre.
En rigor, la puja de fondo a la que nadie alude pero que todos descuentan es por el Partido Justicialista. Tanto es así que enterado que un sector de afiliados reclamó el pasado 21 de marzo a Díaz Bancalari internas en Almirante Brown para definir la sucesión de las actuales autoridades, cuyos mandatos vencen en el mes de junio, el diputado provincial Darío Giustozzi efectuaría su propia solicitud en ese sentido a través Jorge Calvelo, ex vicepresidente del PJ cuando mantenía vínculos con su titular, Jorge Villaverde.
No será la única movida. Un grupo de consejeros partidarios se disponía a publicar en las próximas horas una solicitada en respaldo del pedido realizado al titular del bloque Peronismo Federal.
La aparición de tres concejales kirchneristas de estrecha relación con la bancada justicialista es parte de la estrategia pergeñada desde allí para resistir las embestidas. Como concedió el operador, la división de la oposición es menester para favorecer sus planes de permanencia en el poder.
Como señaló Info Región la semana que pasó, el comunicado distribuido con la firma de Norma Ruiz, Juan Carlos Neuburguer y Agustín Fernández, apunta en especial a recalcar la necesidad de una concertación plural y a evitar la definición de candidaturas que comprometan ese proceso. Todo un tiro por elevación a la ya lanzada postulación de Giustozzi a la Intendencia Municipal.
La seguidilla de informaciones de esta naturaleza sacudió más de lo que se sospecha a la corriente del legislador provincial. Algunos candidatos a concejales que sienten amenazada esa condición con una única lista, comenzaron a explorar alternativas para mantener vivo su objetivo. Más si esa probabilidad obliga también a compatibilizar intereses con la Mesa Sindical K de Julio Casavelos y Joaquín González.
La tensión reinante en el oficialismo, y que el operador se esmeró en disipar, no pudo ser disimulada en otros ámbitos. Volvieron a registrarse tironeos entre el bloque Frente para la Victoria y el titular del Concejo Deliberante, Alejandro Torres, remiso a reponer el cuerpo de asesores legislativos a los ediles. A excepción, claro, del titular de la bancada, Carlos Carvajal.
En medio de la discusión, Torres tuvo un lapsus que pareció revelar el pensamiento más íntimo que anida en las filas del villaverdismo: - “No se preocupen, si total el año que viene ustedes se pueden vengar”, lanzó, en su fallido intento de azuzar a una oposición, que halló donde menos esperaba un halo de luz y de esperanza.
Daniel Bilotta (PUNTO CERO-Inforegión).
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