El día a día, siempre va deparando novedades, fichas que en el damero van tomando una nueva ubicación y todo tiene que ver con todo y lo que pasa allá repercute aquí y viceversa.
El Partido Justicialista llevó a cabo sus elecciones internas y dejó varias lecturas.
El Partido Justicialista llevó a cabo sus elecciones internas y dejó varias lecturas.
En Malvinas Argentinas, lista única y Cariglino sigue firme empuñando el timón de la conducción y con un 32 por ciento de votantes, porcentaje alto, para un trámite, lo que habla de la avidez de participación.
En José C. Paz siempre a lo largo de los años, versiones y mil intenciones, pero a la larga la gran sociedad política, más allá de todas las especulaciones y comentarios que se puedan hacer o dejar rodar, que integran Mario Ishii y Juan Carlos Denucchi, se sostiene sin fisuras y sin ningún nubarrón en el horizonte.
San Miguel sin embargo es otra historia y que se mantiene firme a través del tiempo. Desde su nacimiento como partido, viene soportando crisis tras crisis y de la que no logra salir, sino vale recordar, la cantidad de intendentes que han ocupado el sillón y es al día de hoy, que ya lo vive como algo endémico, y no hay base poder real y cierta. Y lo demuestra que Aldo Rico se dio el lujo de retirarse, tomarse su período sabático, decidirse a volver y lograr el inmediato respaldo, para alegría de algunos y tristeza de muchos.
De la Torre que sigue haciendo rememorar, aquella historia de Cámpora al gobierno, Perón al poder... Con la gran diferencia que el no es Cámpora ni por asomo, está a años luz y su Perón, Franco La Porta, es la esperanza joven más desilusionante de los últimos años de la región. Dirigente que políticamente viene de error en error y que logró sostenerse hasta aquí en la palestra, porque tiene la habilidad de rodearse y codearse con dirigentes de peso y así llegó en su momento a la conducción de Lotería bonaerense y con una gran caja construyó una imagen. Pero a la hora de los votos, la gente hasta aquí, siempre le ha dado la espalda.
Marco a quien sería el candidato a intendente por su línea y es el día de hoy, que no se cansa de repetir... Me equivoque. Está interna será acaso el comienzo de su ocaso político? El tiempo tiene la respuesta.
Con bombos y platillos el gobierno bonaerense, anda repartiendo a diestra y siniestra patrulleros nuevos, pero con mucho disimulo y en vos baja, también dice, traemos los nuevos, nos llevamos los viejos. En la imagen colectiva queda la sensación que hay más de todo y a la hora de los reclamos, los intendentes, primer eslabón de la cadena, tendrán que seguir soportando los reclamos de la comunidad ante la falta de seguridad y explicar como tienen más cosas y la inseguridad sigue.
La promesa bonaerense es reparar lo que se llevan y luego devolverlo, pero en está Argentina de tantas palabras y promesas... Ver para creer.
Nación firma y firma obras, pero de a poco la voz cada vez se va alzando con más fuerza, mucha firma y poca realización... Y los barones del conurbano, tienen paciencia y contienen, pero cuando llegue el momento, entre seguir en silencio y quejarse de puertas adentro. No dudarán en hacer pública y explícita las promesas incumplidas.
La lealtad es hasta la puerta del cementerio... Nadie entra.
Y es así como muchos barones, para no entrar en situaciones incómodas y aprovechando que las agendas son bien cargadas y de mucho trabajo, evitan atender al periodismo. No es el tiempo de agitar ninguna bandera.
Mientras tanto, por ejemplo, todos se llaman a silencio y Aldo Rico lo aprovecha y ocupa todos los espacios.
En José C. Paz siempre a lo largo de los años, versiones y mil intenciones, pero a la larga la gran sociedad política, más allá de todas las especulaciones y comentarios que se puedan hacer o dejar rodar, que integran Mario Ishii y Juan Carlos Denucchi, se sostiene sin fisuras y sin ningún nubarrón en el horizonte.
San Miguel sin embargo es otra historia y que se mantiene firme a través del tiempo. Desde su nacimiento como partido, viene soportando crisis tras crisis y de la que no logra salir, sino vale recordar, la cantidad de intendentes que han ocupado el sillón y es al día de hoy, que ya lo vive como algo endémico, y no hay base poder real y cierta. Y lo demuestra que Aldo Rico se dio el lujo de retirarse, tomarse su período sabático, decidirse a volver y lograr el inmediato respaldo, para alegría de algunos y tristeza de muchos.
De la Torre que sigue haciendo rememorar, aquella historia de Cámpora al gobierno, Perón al poder... Con la gran diferencia que el no es Cámpora ni por asomo, está a años luz y su Perón, Franco La Porta, es la esperanza joven más desilusionante de los últimos años de la región. Dirigente que políticamente viene de error en error y que logró sostenerse hasta aquí en la palestra, porque tiene la habilidad de rodearse y codearse con dirigentes de peso y así llegó en su momento a la conducción de Lotería bonaerense y con una gran caja construyó una imagen. Pero a la hora de los votos, la gente hasta aquí, siempre le ha dado la espalda.
Marco a quien sería el candidato a intendente por su línea y es el día de hoy, que no se cansa de repetir... Me equivoque. Está interna será acaso el comienzo de su ocaso político? El tiempo tiene la respuesta.
Con bombos y platillos el gobierno bonaerense, anda repartiendo a diestra y siniestra patrulleros nuevos, pero con mucho disimulo y en vos baja, también dice, traemos los nuevos, nos llevamos los viejos. En la imagen colectiva queda la sensación que hay más de todo y a la hora de los reclamos, los intendentes, primer eslabón de la cadena, tendrán que seguir soportando los reclamos de la comunidad ante la falta de seguridad y explicar como tienen más cosas y la inseguridad sigue.
La promesa bonaerense es reparar lo que se llevan y luego devolverlo, pero en está Argentina de tantas palabras y promesas... Ver para creer.
Nación firma y firma obras, pero de a poco la voz cada vez se va alzando con más fuerza, mucha firma y poca realización... Y los barones del conurbano, tienen paciencia y contienen, pero cuando llegue el momento, entre seguir en silencio y quejarse de puertas adentro. No dudarán en hacer pública y explícita las promesas incumplidas.
La lealtad es hasta la puerta del cementerio... Nadie entra.
Y es así como muchos barones, para no entrar en situaciones incómodas y aprovechando que las agendas son bien cargadas y de mucho trabajo, evitan atender al periodismo. No es el tiempo de agitar ninguna bandera.
Mientras tanto, por ejemplo, todos se llaman a silencio y Aldo Rico lo aprovecha y ocupa todos los espacios.
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