Vecinos de Vicente López se manifestaron contra la construcción que requiere una millonaria inversión en la costa del distrito.
Bastante gente para la hora y día de la convocatoria. El anochecer del lunes posterior a la semana santa, con el otoño que se lleva lo que queda de la tibieza veraniega; un grupo importante de vecinos, algunos con pertenencia partidaria, como los concejales Norberto Antelo y Walter Rojas, militantes de Nuevo Encuentro y Proyecto Sur, pero muchos otros sin simpatías políticas, ambientalistas, nostálgicos de la otrora hermosa costa vicentelopense ahora en peligro.
Se concentraron en orden frente al Palacio Municipal, cortando las manos ascendentes de Maipú, colocaban mensajes en una cartelera ubicada en la puerta de la Muni, en muchos casos mensajes personales al intendente pidiéndole marcha atrás en su decisión de destrozar una obra en beneficio de todos, gestada por él mismo, por otra obra faraónica, en beneficio de muy pocos, yendo a contramano del paradigma mundial post-90.
Miguel Quintabani, uno de los vecinos independientes preocupados por encontrar la manera de que la población, mayoritariamente en contra del proyecto, pueda hallar los caminos para manifestar su descontento, se mostró satisfecho, porque según manifestó, las movilizaciones cuentan cada vez con más participación.
Las movilizaciones y la junta de firmas es prácticamente la única forma de protesta que tienen los ciudadanos, ante el fracaso del sistema de partidos, más preocupados en participar en los pliegues oscuros de la política, que de actuar de cara a la sociedad. Algún edil de Unión-Pro se mostró individualmente en contra del proyecto de García, pero es evidente que existe un entendimiento entre bambalinas entre las dos estructuras políticas.
Y muchos de los manifestantes se preguntaban ¿Dónde están los Radicales?
Como sigue: Continuarán las marchas frente a la Municipalidad y en la propia costa, se seguirá recolectando firmas y difundiendo los ejes que los ciudadanos movilizados cuestionan, que son estos:
Según las ONGs vecinales, "el Vial Costero es una obra innecesaria que perjudica a todos los usuarios del paseo, porque:
> Se generará un intenso tránsito con la polución sonora y de gases consecuente.
> Se perderán hectáreas de uso público en beneficio de emprendimientos comerciales.
> Su finalidad es beneficiar a los emprendedores comerciales e inmobiliarios que realizan negocios y para llegar a sus propiedades necesitan un camino especial que paga el gobierno nacional - $60 millones - con nuestro dinero
> Se pierde la finalidad de región como espacio público y gratuito para uso y goce del concurrente, porque habrá un paso incesante de vehículos.
> Se crea un vial que no conecta con la Ciudad de Buenos Aires ni con San Isidro, constituyéndose en una obra que sólo traslada problemas circulatorios de una zona a otra ubicada a 2.000 metros sin solucionar nada".
Bastante gente para la hora y día de la convocatoria. El anochecer del lunes posterior a la semana santa, con el otoño que se lleva lo que queda de la tibieza veraniega; un grupo importante de vecinos, algunos con pertenencia partidaria, como los concejales Norberto Antelo y Walter Rojas, militantes de Nuevo Encuentro y Proyecto Sur, pero muchos otros sin simpatías políticas, ambientalistas, nostálgicos de la otrora hermosa costa vicentelopense ahora en peligro.
Se concentraron en orden frente al Palacio Municipal, cortando las manos ascendentes de Maipú, colocaban mensajes en una cartelera ubicada en la puerta de la Muni, en muchos casos mensajes personales al intendente pidiéndole marcha atrás en su decisión de destrozar una obra en beneficio de todos, gestada por él mismo, por otra obra faraónica, en beneficio de muy pocos, yendo a contramano del paradigma mundial post-90.
Miguel Quintabani, uno de los vecinos independientes preocupados por encontrar la manera de que la población, mayoritariamente en contra del proyecto, pueda hallar los caminos para manifestar su descontento, se mostró satisfecho, porque según manifestó, las movilizaciones cuentan cada vez con más participación.
Las movilizaciones y la junta de firmas es prácticamente la única forma de protesta que tienen los ciudadanos, ante el fracaso del sistema de partidos, más preocupados en participar en los pliegues oscuros de la política, que de actuar de cara a la sociedad. Algún edil de Unión-Pro se mostró individualmente en contra del proyecto de García, pero es evidente que existe un entendimiento entre bambalinas entre las dos estructuras políticas.
Y muchos de los manifestantes se preguntaban ¿Dónde están los Radicales?
Como sigue: Continuarán las marchas frente a la Municipalidad y en la propia costa, se seguirá recolectando firmas y difundiendo los ejes que los ciudadanos movilizados cuestionan, que son estos:
Según las ONGs vecinales, "el Vial Costero es una obra innecesaria que perjudica a todos los usuarios del paseo, porque:
> Se generará un intenso tránsito con la polución sonora y de gases consecuente.
> Se perderán hectáreas de uso público en beneficio de emprendimientos comerciales.
> Su finalidad es beneficiar a los emprendedores comerciales e inmobiliarios que realizan negocios y para llegar a sus propiedades necesitan un camino especial que paga el gobierno nacional - $60 millones - con nuestro dinero
> Se pierde la finalidad de región como espacio público y gratuito para uso y goce del concurrente, porque habrá un paso incesante de vehículos.
> Se crea un vial que no conecta con la Ciudad de Buenos Aires ni con San Isidro, constituyéndose en una obra que sólo traslada problemas circulatorios de una zona a otra ubicada a 2.000 metros sin solucionar nada".
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