La Biblia, el manual de instrucciones presuntamente de Dios que acompaña la creación del hombre, nos cuenta que al tercer día de su muerte resucitó. ¿Que pasaría si en un nuevo milagro Jesús resucitara al finalizar la primera década del siglo XX? Rápidamente advertiría que los romanos con sus crucifixiones eran casi la madre Teresa de Calcuta al lado de los norteamericanos bombardeando Afganistán o destruyendo Irak. Seguramente no dejaría de repetir “Perdónalos Señor, no saben lo que hacen” cuando le cuenten las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki, Auschwitz, la Esma o los gulags soviéticos. Le preguntaría a Dios desesperado: “ Padre, porque lo has abandonado” Si en el Manual de Instrucciones se afirma que el hombre es la criatura más perfecta de la creación se sentirá más cerca del filósofo Theodor Adorno que reflexionaba que no se podía seguir escribiendo poesía después de Auschwitz. Cuando decidió actuar y movilizar a sus fieles, la mayor parte lo negaron afirmando que era un impostor. El poder mundial lo colocó rápidamente junto a los criminales más buscados del planeta. Vagó por África, y al ver un continente arrasado por el SIDA y el hambre, intentó infructuosamente multiplicar los panes y los peces. En EUROPA, se maravilló con La Plaza de San Pedro, pero al entrar al Vaticano se preguntó si no fue lo suficientemente claro cuando afirmó: “ Bienaventurados los pobres, que de ellos será el reino de los Cielos”. Reflexionó desconsolado que lo entendieron al revés y que lo único seguro es que de ellos será el infierno en la tierra. Cuando se enteró que su aseveración “Que los niños vengan a mí” fue recogida por sus predicadores pedófilos, tuvo que sentarse para tomar aliento. Cuando recorrió Judea, y se internó entre los parias que se presentaron como palestinos, un bombardeo Israelí estuvo a punto de matarlo. Vio a chicos luchando contra tanques arrojando piedras. Vio un muro que se perdía en el horizonte hechos por los israelíes y divisó un muro que construyen los egipcios. Pasó por Irán, y escuchó que se negaba o en el mejor de los casos se minimizaba el holocausto. Y pensó que si hubiera resucitado en la época de los nazis hubiera muerto en un campo de concentración porque más allá de haber fundado una nueva religión, hubiera sido condenado por judío.
Recorrió luego el continente americano, el de la distribución de la riqueza más desigual y quedó perplejo cuando le informaron que Haití, el primer país en independizarse es el más pobre. Que la colonización española hecha con la espada y la cruz, símbolo de su sacrificio, produjo un genocidio de los más importantes de la historia. Algún seguidor le acercó una cuarteta del poeta Pablo Neruda que dice: “ Enarbolando a Cristo con su cruz/ los garrotazos fueron argumentos/ tan poderosos que los indios vivos/ se convirtieron en cristianos muertos.” Pidió un papel y redactó un comunicado: “ Con mucho retraso y por razones obvias, declaro que dicha evangelización es una herejía que haya sido hecha en mi nombre” Sus ojos se nublaron y un destello de furia se percibió en su rostro, cuando observó que los mercaderes que hacía tantos años había expulsado del Templo se habían quedado con la mayor parte de la riqueza del planeta, incluso de los Templos. Eran tan poderosos que habían escriturado la tierra a su nombre. Se maravilló con los restos de la cultura maya y de la Inca. Sintió en Machu Pichu la presencia cercana de Dios. Y llegó a la Argentina. Vio gente con hambre revolviendo tachos de basura y durmiendo en las calles. Pero le informaron que eran mucho menos que hace un lustro. Que después de la hecatombe hay un lento pero persistente proceso de reconstrucción con claroscuros. Vio también shopping colmados, barrios ostentosos, lugares de veraneos repletos, barrios cerrados, incesante compras de autos. Se negó a recibir al Padre Julio César Grassi, ignoró al Cardenal Jorge Bergoglio, hizo una misa por Angelelli y los Curas Palotinos. Recordó y llamó hermano al Padre Mujica, se abrazó con el Padre Pepe y el padre Eduardo de la Serna y llamó al rabino Daniel Goldman “ mi hermano mayor en la fe”. Los que lo reconocieron como Jesús fueron grupos minoritarios, en un país donde más del 80% se asume como cristiano. Paradojalmente, los sectores más fundamentalistas, de misa diaria, lo consideraron un impostor. Algunos medios lo identificaron como piquetero y pidieron que la justicia actuara y cayera sobre él todo el peso de la ley. Visitó la villa 31 y les lavo los pies a los niños y a los enfermos. Macri lo acusó de demagogo y disolvente, integrante de la mafia de los trapitos, y que no respetaba el legítimo derecho de la gente decente a transitar. Carrió afirmó que era otra muestra de clientelismo. Gabriela Michetti se abstuvo de opinar supeditando las mismas a encontrarse con el Cardenal Bergoglio. El presidente de la Sociedad Rural Hugo Biolcatti consultado, fue categórico: “ Es un farsante, como va a ser Jesús si está rodeado de negros y marginales”. El rey de la soja, Gustavo Grobocopatel, manteniendo su habitual bajo perfil, prefirió no emitir declaraciones sobre un tema que sostuvo “escapa a mi competencia”. Desde La Plata, el Monseñor Héctor Aguer, contrariado, afirmó: “ La presencia de este sujeto crispa a la sociedad”
Eduardo Duhalde sostuvo que su mensaje no ayudaba a la unión de los argentinos y que todos, víctimas y victimarios, torturadores y torturados debían abrazarse bajo la bendición de la Santa Madre Iglesia. Marcos Aguinis desde La Nación sostuvo que el farsante era un antisemita y Beatriz Sarlo desde Clarín analizó que era un fenómeno interesante que había que seguir de cerca pero evitando que el gobierno se apropiara de su posible progresismo como había hecho con los derechos humanos. Ari Paluch desde su programa de radio criticó fuertemente al que calificó de marginal, pero insinuó que la calma de su rostro podría atribuirse a que posiblemente “hubiera leído los dos magníficos libros de mi autoría: “El combustible espiritual I y II”. El Ministerio de Economía anunció los índices del costo de la vida para el mes de marzo proporcionados por el Indec : Menos 3% que atribuyo al abaratamiento del pan y del pescado multiplicados por el impostor y al haber convertido el agua en vino. Pepe Eliaschev, desde el programa de Canal 26 “Le doy mi palabra”, manifestó su disconformidad con los problemas de tránsito, la prepotencia de los seguidores del presunto Jesús, y exhortó a que el Cardenal Bergoglio tomara cartas en el asunto y que desenmascarara al impostor, que seguramente era apañado por el gobierno. Mostró su preocupación que el desarrapado terminara concluyendo en una prédica antijudía. Sostuvo que había acudido a dos pruebas duras para comprobar que el predicador no era el Nazareno. Primero no reivindicó a un prócer de la colectividad como Rubén Beraja. En segundo lugar no mencionó en ningún momento haber leído mi último libro “Me lo tenía merecido”. “Quiero suponer- declaró Pepe desconsolado- que no tomó literalmente el título”. El periodista Nelson Castro, al finalizar su programa de televisión, se paró como es habitual frente a las cámaras y con su rostro angustiado rogó: “Señora Presidenta: Ud. debe hacer urgentemente algo, porque sino su gobierno terminará mal”
Magdalena Ruiz Guiñazú, después de afirmar su firme fe cristiana, solicitó que todo el periodismo independiente y puro tomara posición contra quién sumía a su Iglesia en un profundo desprestigio. Cuando Jesús se abrazó con Milagro Sala, Gerardo Morales afirmó que el predicador actuaba bajo el temor que le infundía la líder de movimiento Tupac Amarú. Concurrió luego Jesús al Bajo Flores y proclamó a Margarita Barrientos una auténtica discípula, que interpretó el contenido de su mensaje y no se enamoró del ritualismo de las formas. Se confundió en un conmovedor abrazo con Alberto Morlachetti cuando le mostraron algunos de sus múltiples emprendimientos realmente cristianos. Rezó en la misa para los difuntos por Eva Perón y Mónica Carranza. Algunos de sus seguidores lo llevaron hasta la ESMA, y ahí declaró que los Plaza, Von Wernich, Bonamín y otros curas semejantes eran unos impostores que hablaban en su nombre. Cayó de rodillas exclamando: “ Cuantas veces me seguirán crucificando” cuando se enteró que hubo curas que reconfortaban y justificaban a los verdugos que arrojaban gente viva al mar, a los que consolaban diciendo que era una muerte cristiana. Cuando le relataron los crímenes de Massera, Videla, Camps, Echecolatz, entre tantos otros, afirmó que reconsideraría en términos relativos su concepto sobre Poncio Pilatos. Tuvo que soportar los insultos y denuestos de una manifestación autoproclamada católica que portaban enormes crucifijos y gritaban enfervorizados: “Cristo si, impostores no”. Con una enorme tristeza, le pidió a Dios un único y último milagro. Volver al lado de él. Era imposible soportar ser un intruso en todas las conmemoraciones realizadas en su nombre. Y un amargo sentimiento se hizo sonoro en su boca: “ Cuando nací el mundo no tenía un lugar para mí. Solo me dejaron un establo. 2010 años después, me sigue persiguiendo el mismo destino. Ahora no quieren dejarme un lugar para vivir. Para muchos soy sólo un Dios hecho hombre muerto en la cruz. Para otros un farsante. No quieren escucharme. Sólo ritualizan mi muerte. Mi vida fue una lucha para conseguir un hombre y un mundo mejor. Pero los mercaderes han convencido a millones y millones de personas que lo mejor es embalsamar mi doctrina y resucitar las formas como si fueran el contenido”
Cuando desanimado miró al cielo y exclamó “ Padre, porque me has abandonado” un católico fervoroso le clavo un puñal en la espalda. El suceso fue titulado en TN como “Fue asesinado el impostor K”. Marcelo Bonelli sostuvo que el falso predicador era un delirante que se proclamaba hijo de Dios. Que le resultaba claro, que por eso, no se había pronunciado sobre el desguace del multimedio que paternalmente lo había acogido a él desde adolescente. Estas imágenes serán repetidas en las próximas 120 emisiones de” 6-7-8”, de “Duro de domar” y de “TVR”. La noticia del asesinato del presunto hijo de Dios fue enviado a las páginas de policiales y desplazada rápidamente por las declaraciones cruzadas de las novias de Ricardo Fort, el entredicho escatológico entre Gerardo Sofovich y Jorge Rial, nuevas denuncias de Elisa Carrió y la decisión de Mauricio Macri de ir contra la mafia de los paseadores de perros.
Recorrió luego el continente americano, el de la distribución de la riqueza más desigual y quedó perplejo cuando le informaron que Haití, el primer país en independizarse es el más pobre. Que la colonización española hecha con la espada y la cruz, símbolo de su sacrificio, produjo un genocidio de los más importantes de la historia. Algún seguidor le acercó una cuarteta del poeta Pablo Neruda que dice: “ Enarbolando a Cristo con su cruz/ los garrotazos fueron argumentos/ tan poderosos que los indios vivos/ se convirtieron en cristianos muertos.” Pidió un papel y redactó un comunicado: “ Con mucho retraso y por razones obvias, declaro que dicha evangelización es una herejía que haya sido hecha en mi nombre” Sus ojos se nublaron y un destello de furia se percibió en su rostro, cuando observó que los mercaderes que hacía tantos años había expulsado del Templo se habían quedado con la mayor parte de la riqueza del planeta, incluso de los Templos. Eran tan poderosos que habían escriturado la tierra a su nombre. Se maravilló con los restos de la cultura maya y de la Inca. Sintió en Machu Pichu la presencia cercana de Dios. Y llegó a la Argentina. Vio gente con hambre revolviendo tachos de basura y durmiendo en las calles. Pero le informaron que eran mucho menos que hace un lustro. Que después de la hecatombe hay un lento pero persistente proceso de reconstrucción con claroscuros. Vio también shopping colmados, barrios ostentosos, lugares de veraneos repletos, barrios cerrados, incesante compras de autos. Se negó a recibir al Padre Julio César Grassi, ignoró al Cardenal Jorge Bergoglio, hizo una misa por Angelelli y los Curas Palotinos. Recordó y llamó hermano al Padre Mujica, se abrazó con el Padre Pepe y el padre Eduardo de la Serna y llamó al rabino Daniel Goldman “ mi hermano mayor en la fe”. Los que lo reconocieron como Jesús fueron grupos minoritarios, en un país donde más del 80% se asume como cristiano. Paradojalmente, los sectores más fundamentalistas, de misa diaria, lo consideraron un impostor. Algunos medios lo identificaron como piquetero y pidieron que la justicia actuara y cayera sobre él todo el peso de la ley. Visitó la villa 31 y les lavo los pies a los niños y a los enfermos. Macri lo acusó de demagogo y disolvente, integrante de la mafia de los trapitos, y que no respetaba el legítimo derecho de la gente decente a transitar. Carrió afirmó que era otra muestra de clientelismo. Gabriela Michetti se abstuvo de opinar supeditando las mismas a encontrarse con el Cardenal Bergoglio. El presidente de la Sociedad Rural Hugo Biolcatti consultado, fue categórico: “ Es un farsante, como va a ser Jesús si está rodeado de negros y marginales”. El rey de la soja, Gustavo Grobocopatel, manteniendo su habitual bajo perfil, prefirió no emitir declaraciones sobre un tema que sostuvo “escapa a mi competencia”. Desde La Plata, el Monseñor Héctor Aguer, contrariado, afirmó: “ La presencia de este sujeto crispa a la sociedad”
Eduardo Duhalde sostuvo que su mensaje no ayudaba a la unión de los argentinos y que todos, víctimas y victimarios, torturadores y torturados debían abrazarse bajo la bendición de la Santa Madre Iglesia. Marcos Aguinis desde La Nación sostuvo que el farsante era un antisemita y Beatriz Sarlo desde Clarín analizó que era un fenómeno interesante que había que seguir de cerca pero evitando que el gobierno se apropiara de su posible progresismo como había hecho con los derechos humanos. Ari Paluch desde su programa de radio criticó fuertemente al que calificó de marginal, pero insinuó que la calma de su rostro podría atribuirse a que posiblemente “hubiera leído los dos magníficos libros de mi autoría: “El combustible espiritual I y II”. El Ministerio de Economía anunció los índices del costo de la vida para el mes de marzo proporcionados por el Indec : Menos 3% que atribuyo al abaratamiento del pan y del pescado multiplicados por el impostor y al haber convertido el agua en vino. Pepe Eliaschev, desde el programa de Canal 26 “Le doy mi palabra”, manifestó su disconformidad con los problemas de tránsito, la prepotencia de los seguidores del presunto Jesús, y exhortó a que el Cardenal Bergoglio tomara cartas en el asunto y que desenmascarara al impostor, que seguramente era apañado por el gobierno. Mostró su preocupación que el desarrapado terminara concluyendo en una prédica antijudía. Sostuvo que había acudido a dos pruebas duras para comprobar que el predicador no era el Nazareno. Primero no reivindicó a un prócer de la colectividad como Rubén Beraja. En segundo lugar no mencionó en ningún momento haber leído mi último libro “Me lo tenía merecido”. “Quiero suponer- declaró Pepe desconsolado- que no tomó literalmente el título”. El periodista Nelson Castro, al finalizar su programa de televisión, se paró como es habitual frente a las cámaras y con su rostro angustiado rogó: “Señora Presidenta: Ud. debe hacer urgentemente algo, porque sino su gobierno terminará mal”
Magdalena Ruiz Guiñazú, después de afirmar su firme fe cristiana, solicitó que todo el periodismo independiente y puro tomara posición contra quién sumía a su Iglesia en un profundo desprestigio. Cuando Jesús se abrazó con Milagro Sala, Gerardo Morales afirmó que el predicador actuaba bajo el temor que le infundía la líder de movimiento Tupac Amarú. Concurrió luego Jesús al Bajo Flores y proclamó a Margarita Barrientos una auténtica discípula, que interpretó el contenido de su mensaje y no se enamoró del ritualismo de las formas. Se confundió en un conmovedor abrazo con Alberto Morlachetti cuando le mostraron algunos de sus múltiples emprendimientos realmente cristianos. Rezó en la misa para los difuntos por Eva Perón y Mónica Carranza. Algunos de sus seguidores lo llevaron hasta la ESMA, y ahí declaró que los Plaza, Von Wernich, Bonamín y otros curas semejantes eran unos impostores que hablaban en su nombre. Cayó de rodillas exclamando: “ Cuantas veces me seguirán crucificando” cuando se enteró que hubo curas que reconfortaban y justificaban a los verdugos que arrojaban gente viva al mar, a los que consolaban diciendo que era una muerte cristiana. Cuando le relataron los crímenes de Massera, Videla, Camps, Echecolatz, entre tantos otros, afirmó que reconsideraría en términos relativos su concepto sobre Poncio Pilatos. Tuvo que soportar los insultos y denuestos de una manifestación autoproclamada católica que portaban enormes crucifijos y gritaban enfervorizados: “Cristo si, impostores no”. Con una enorme tristeza, le pidió a Dios un único y último milagro. Volver al lado de él. Era imposible soportar ser un intruso en todas las conmemoraciones realizadas en su nombre. Y un amargo sentimiento se hizo sonoro en su boca: “ Cuando nací el mundo no tenía un lugar para mí. Solo me dejaron un establo. 2010 años después, me sigue persiguiendo el mismo destino. Ahora no quieren dejarme un lugar para vivir. Para muchos soy sólo un Dios hecho hombre muerto en la cruz. Para otros un farsante. No quieren escucharme. Sólo ritualizan mi muerte. Mi vida fue una lucha para conseguir un hombre y un mundo mejor. Pero los mercaderes han convencido a millones y millones de personas que lo mejor es embalsamar mi doctrina y resucitar las formas como si fueran el contenido”
Cuando desanimado miró al cielo y exclamó “ Padre, porque me has abandonado” un católico fervoroso le clavo un puñal en la espalda. El suceso fue titulado en TN como “Fue asesinado el impostor K”. Marcelo Bonelli sostuvo que el falso predicador era un delirante que se proclamaba hijo de Dios. Que le resultaba claro, que por eso, no se había pronunciado sobre el desguace del multimedio que paternalmente lo había acogido a él desde adolescente. Estas imágenes serán repetidas en las próximas 120 emisiones de” 6-7-8”, de “Duro de domar” y de “TVR”. La noticia del asesinato del presunto hijo de Dios fue enviado a las páginas de policiales y desplazada rápidamente por las declaraciones cruzadas de las novias de Ricardo Fort, el entredicho escatológico entre Gerardo Sofovich y Jorge Rial, nuevas denuncias de Elisa Carrió y la decisión de Mauricio Macri de ir contra la mafia de los paseadores de perros.
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