En la Casa Rosada ponen el ojo sobre cuatro pesos pesados del peronismo a quienes acusan de ser quienes lideraron una jugada para impulsar a Daniel Scioli como candidato a presidente. La desconfianza de ellos no es nueva. El pasado de cada uno y la relación que mantuvieron con Kirchner y con el Gobernador.
Son cuatro espadas del peronismo que operaron a para avanzar hacia una candidatura presidencial de Daniel Scioli. Los cuatro son resistidos por el kirchnerismo más duro en la Rosada pero a su vez son fuertes aliados del gobernador bonaerense en su armado político.
El ministro de Desarrollo Social, Baldomero “Cacho” Álvarez; el titular del Senado provincial, Federico Scarabino, el presidente del bloque del FpV, Osvaldo Goicochea y el intendente de Merlo, Raúl Othacehé.
Fuentes de Balcarce 50 no se cansan de señalarlos como el “sciolismo anti K”. Lo cierto es que el malestar con el ellos no es nuevo y desde hace años mantienen una relación resentida.
El ex intendente de Avellaneda llegó al ministerio de Desarrollo Social tras una puja entre Scioli y Kirchner. El ex presidente impulsaba, a mediados de 2009, el ingreso del titular de la FAM e intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra. Sin embargo, el Gobernador logró imponer su candidato y nombró a Alvarez en reemplazo del saliente Daniel Arroyo al frente de esa cartera.
En los últimos meses, sorprendió autopostulándose como candidato a vicegobernador, justo en momentos en que se hablaba de relaciones tensas entre Olivos y el ex motonauta.
Voceros de “Cacho” Álvarez dijeron a LPO que en todos los actos políticos del ministro se manifestó el apoyo a Néstor Kirchner y a Cristina Fernández. Y por supuesto también a Daniel Scioli aunque aclaran que siempre fue como candidato a Gobernador.
Scarabino nunca se mostró alineado con Kirchner, pero si con Scioli. Muchos lo consideran como el cerebro legislativo del oficialismo bonaerense y quien le redacta las leyes más importantes al Ejecutivo.
Es más, después del 28 de junio fue el primero en fogonear el lema “Scioli 2011” y en ese sentido propuso una reforma política que desdoblara las elecciones de la provincia de las nacionales. Pero Kirchner, rápido de reflejos, obligó a Balestrini a que modificara la reforma y que los comicios se mantuvieran unificados.
En Olivos no cayó nada bien que –tras el ACV que sufriera Alberberto Balestrini- sea Scarabino quien asumiera el nuevo rol y quien cumpliera las funciones del gobernador, en su nueva faceta de virtual vice.
Este quilmeño de perfil bajo se aferró desde hace dos años a la gestión de Daniel Scioli y fue quien redactó la reforma política de la provincia que Néstor Kirchner obligó a modificar.
Pero por su posición de vicepresidente primero de la Cámara Alta y por lealtad a Balestrini –un defensor infatigable de Kirchner-, jamás levantó la voz.
En tanto, Osvaldo Goicochea, también fue objeto de la furia kirchnerista. El ex presidente consideraba al Senado bonaerense como la cuna de la traición. Kirchner se enfrentó con el Senador -un experimentado ex intendente de la pequeña población de General Lavalle- cuando Florencio Randazzo le comunicó que se había separado de su “esfera de influencia” y ahora reportaba directamente a Scioli.
Pese a gobernar un pequeño municipio del interior bonaerense de 3.000 habitantes, Goicochea logró construir con un perfil subterráneo un camino de meteórico crecimiento en su carrera política.
En su momento fue uno de los más firmes aliados de Felipe Solá para pelearle al duhaldismo en la quinta sección electoral. Luego cuando ese ministerio lo ocupó Randazzo, el senador logró revalidar títulos y encabezó una batalla contra Juan Garivoto y Alfredo “Tati” Meckievi, por entonces destacados duhaldistas.
“Othacehé va y viene”, en Balcarce 50. El intendente de Merlo ya lleva cinco mandatos al frente de la administración municipal.
El jefe comunal fue ministro de Gobierno bonaerense durante la gobernación de Carlos Ruckauf. Desde esos años mantiene una buena relación con el ex gobernador. Sin embargo, a fines del año pasado, en momentos que se registraba tensión entre la Casa Rosada y Scioli ante la posibilidad de ser el sucesor del modelo, el intendente de Merlo salió a marcar su posición y aseguró que “la mayoritaria del pueblo quiere que Cristina Kirchner sea candidata a la reelección como presidenta y Scioli candidato a la Gobernación". (La Política OnLIne).
El ministro de Desarrollo Social, Baldomero “Cacho” Álvarez; el titular del Senado provincial, Federico Scarabino, el presidente del bloque del FpV, Osvaldo Goicochea y el intendente de Merlo, Raúl Othacehé.
Fuentes de Balcarce 50 no se cansan de señalarlos como el “sciolismo anti K”. Lo cierto es que el malestar con el ellos no es nuevo y desde hace años mantienen una relación resentida.
El ex intendente de Avellaneda llegó al ministerio de Desarrollo Social tras una puja entre Scioli y Kirchner. El ex presidente impulsaba, a mediados de 2009, el ingreso del titular de la FAM e intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra. Sin embargo, el Gobernador logró imponer su candidato y nombró a Alvarez en reemplazo del saliente Daniel Arroyo al frente de esa cartera.
En los últimos meses, sorprendió autopostulándose como candidato a vicegobernador, justo en momentos en que se hablaba de relaciones tensas entre Olivos y el ex motonauta.
Voceros de “Cacho” Álvarez dijeron a LPO que en todos los actos políticos del ministro se manifestó el apoyo a Néstor Kirchner y a Cristina Fernández. Y por supuesto también a Daniel Scioli aunque aclaran que siempre fue como candidato a Gobernador.
Scarabino nunca se mostró alineado con Kirchner, pero si con Scioli. Muchos lo consideran como el cerebro legislativo del oficialismo bonaerense y quien le redacta las leyes más importantes al Ejecutivo.
Es más, después del 28 de junio fue el primero en fogonear el lema “Scioli 2011” y en ese sentido propuso una reforma política que desdoblara las elecciones de la provincia de las nacionales. Pero Kirchner, rápido de reflejos, obligó a Balestrini a que modificara la reforma y que los comicios se mantuvieran unificados.
En Olivos no cayó nada bien que –tras el ACV que sufriera Alberberto Balestrini- sea Scarabino quien asumiera el nuevo rol y quien cumpliera las funciones del gobernador, en su nueva faceta de virtual vice.
Este quilmeño de perfil bajo se aferró desde hace dos años a la gestión de Daniel Scioli y fue quien redactó la reforma política de la provincia que Néstor Kirchner obligó a modificar.
Pero por su posición de vicepresidente primero de la Cámara Alta y por lealtad a Balestrini –un defensor infatigable de Kirchner-, jamás levantó la voz.
En tanto, Osvaldo Goicochea, también fue objeto de la furia kirchnerista. El ex presidente consideraba al Senado bonaerense como la cuna de la traición. Kirchner se enfrentó con el Senador -un experimentado ex intendente de la pequeña población de General Lavalle- cuando Florencio Randazzo le comunicó que se había separado de su “esfera de influencia” y ahora reportaba directamente a Scioli.
Pese a gobernar un pequeño municipio del interior bonaerense de 3.000 habitantes, Goicochea logró construir con un perfil subterráneo un camino de meteórico crecimiento en su carrera política.
En su momento fue uno de los más firmes aliados de Felipe Solá para pelearle al duhaldismo en la quinta sección electoral. Luego cuando ese ministerio lo ocupó Randazzo, el senador logró revalidar títulos y encabezó una batalla contra Juan Garivoto y Alfredo “Tati” Meckievi, por entonces destacados duhaldistas.
“Othacehé va y viene”, en Balcarce 50. El intendente de Merlo ya lleva cinco mandatos al frente de la administración municipal.
El jefe comunal fue ministro de Gobierno bonaerense durante la gobernación de Carlos Ruckauf. Desde esos años mantiene una buena relación con el ex gobernador. Sin embargo, a fines del año pasado, en momentos que se registraba tensión entre la Casa Rosada y Scioli ante la posibilidad de ser el sucesor del modelo, el intendente de Merlo salió a marcar su posición y aseguró que “la mayoritaria del pueblo quiere que Cristina Kirchner sea candidata a la reelección como presidenta y Scioli candidato a la Gobernación". (La Política OnLIne).
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