El jefe de Gobierno mudó sus oficinas al Centro de Información y Formación Ambiental, en Villa Lugano, frente al Parque. Además, la gestión organiza tours con periodistas y líderes de opinión que recorren las obras que el macrismo hizo en el sur de la Ciudad. “Queremos que la sociedad vea la inversión que hacemos”, indicaron voceros del PRO.
La crisis por la toma del Parque Indoamericano caló hondo en el gobierno porteño. El golpe, no sólo se sintió en la gestión misma sino que también afectó el espíritu del macrismo. Con los sangrientos episodios aún frescos, en el PRO todavía están analizando los hechos y haciendo el balance. Según contaron fuentes del macrismo a LPO, Mauricio Macri está convencido que salió fortalecido y que el endurecimiento de su discurso marcó una diferenciación clara con el kirchnerismo que le redundará beneficios en los meses venideros.
Sin embargo, las cuentas no cierran del todo y hasta hay un dejo de vacío cuando se revisan los costos, más allá de las inconcebibles muertes. En el PRO no logran explicarse por qué buena parte de la sociedad tomó a Macri como blanco de las críticas y le dio la espalda cuando hizo públicas sus apreciaciones sobre la inmigración. En privado, hablan de una “introspección” del Jefe de Gobierno y ni quieren escuchar la palabra “xenofobia”.
Con ese panorama, Macri decidió trasladar en enero sus oficinas al Centro de Información y Formación Ambiental (CIFA), un moderno edificio levantado por el macrismo en la entrada del Indoamericano, en Villa Lugano. Allí sentó su base de operaciones para esta parte del verano y atiende a sus ministros y funcionarios que, adaptados a la moda pero sobre todo a las altas temperaturas, ya no calzan exclusivos trajes como en el microcentro sino que visten clásicos pantalones pinzados combinados con camisas de claros colores.
En una oficina de 4 x 3 metros y con un mobiliario algo modesto comparándolo con la suntuosidad de Bolívar 1, Macri encabezó hoy su reunión de Gabinete. Siempre bien custodiado por la Policía Metropolitana, ayer por la mañana supervisó un operativo para la prevención del dengue en la Villa 1-11-14 y por la tarde se lo vio en un festival de rock en el Parque Roca.
“En realidad Mauricio trata de estar en todos los lugares de la Ciudad y salir de las oficinas. Obviamente después de los hechos, Lugano es un lugar que queríamos monitorear. Nunca pensamos que el sur era una zona que dejamos de atender, pero si alguien tiene dudas, puede venir a ver el trabajo que hacemos”, señaló a LPO el secretario General del Gobierno porteño, Marcos Peña.
El objetivo es claro: que buena parte de la prensa y de la opinión pública vea que efectivamente la gestión macrista “se ocupa” de la zona más postergada de la Ciudad. “Estamos hartos que todo el mundo diga que no hacemos nada por el sur. Los que critican muchas veces ni pisaron esta parte pero hablan desde Palermo”, comentaron a este medio operadores del macrismo.
Para ello, el Gobierno porteño está organizando tours con periodistas y líderes de opinión. En una acondicionada combi, funcionarios e invitados recorren las obras hechas y proyectadas por el macrismo. El paseo, por ejemplo, incluye los trabajos de urbanización de la 1 -11- 14 y la villa 20, algunas viviendas construidas por el IVC y la remodelación de la avenida Patricios, en Barracas. También hay menciones al traslado del Banco Ciudad a Parque Patricios. “Queremos mostrar lo que hacemos”, insisten.
No obstante, más allá de la intención de Macri, cierto es también que varios funcionarios todavía no se acostumbraron a hacer el viaje hasta el sur. En los últimos días LPO recorrió el lugar y fue testigo de varias conversaciones un tanto graciosas.
“¿Por dónde agarraste? Yo casi me pierdo”. “Tranquilo, es fácil. Tomás la autopista y desembocás justo en el lugar” es el diálogo que más se escucha en el CIFA por estas horas.
A quien más que feliz se lo ve con la mudanza temporaria es al presidente de la Agencia de Protección Ambiental, Javier Corcuera. Como todo dueño de casa no podía hacer otra cosa que decorar especialmente el edificio para la llegada del jefe y por eso ideó una muestra de iniciativas ecológicas. También ordenó que no falten víveres: dos máquinas expendedoras de gaseosas y café y un kiosquito que vende sándwiches garantizan que nadie pase hambre. (La Política OnLine).
La crisis por la toma del Parque Indoamericano caló hondo en el gobierno porteño. El golpe, no sólo se sintió en la gestión misma sino que también afectó el espíritu del macrismo. Con los sangrientos episodios aún frescos, en el PRO todavía están analizando los hechos y haciendo el balance. Según contaron fuentes del macrismo a LPO, Mauricio Macri está convencido que salió fortalecido y que el endurecimiento de su discurso marcó una diferenciación clara con el kirchnerismo que le redundará beneficios en los meses venideros.
Sin embargo, las cuentas no cierran del todo y hasta hay un dejo de vacío cuando se revisan los costos, más allá de las inconcebibles muertes. En el PRO no logran explicarse por qué buena parte de la sociedad tomó a Macri como blanco de las críticas y le dio la espalda cuando hizo públicas sus apreciaciones sobre la inmigración. En privado, hablan de una “introspección” del Jefe de Gobierno y ni quieren escuchar la palabra “xenofobia”.
Con ese panorama, Macri decidió trasladar en enero sus oficinas al Centro de Información y Formación Ambiental (CIFA), un moderno edificio levantado por el macrismo en la entrada del Indoamericano, en Villa Lugano. Allí sentó su base de operaciones para esta parte del verano y atiende a sus ministros y funcionarios que, adaptados a la moda pero sobre todo a las altas temperaturas, ya no calzan exclusivos trajes como en el microcentro sino que visten clásicos pantalones pinzados combinados con camisas de claros colores.
En una oficina de 4 x 3 metros y con un mobiliario algo modesto comparándolo con la suntuosidad de Bolívar 1, Macri encabezó hoy su reunión de Gabinete. Siempre bien custodiado por la Policía Metropolitana, ayer por la mañana supervisó un operativo para la prevención del dengue en la Villa 1-11-14 y por la tarde se lo vio en un festival de rock en el Parque Roca.
“En realidad Mauricio trata de estar en todos los lugares de la Ciudad y salir de las oficinas. Obviamente después de los hechos, Lugano es un lugar que queríamos monitorear. Nunca pensamos que el sur era una zona que dejamos de atender, pero si alguien tiene dudas, puede venir a ver el trabajo que hacemos”, señaló a LPO el secretario General del Gobierno porteño, Marcos Peña.
El objetivo es claro: que buena parte de la prensa y de la opinión pública vea que efectivamente la gestión macrista “se ocupa” de la zona más postergada de la Ciudad. “Estamos hartos que todo el mundo diga que no hacemos nada por el sur. Los que critican muchas veces ni pisaron esta parte pero hablan desde Palermo”, comentaron a este medio operadores del macrismo.
Para ello, el Gobierno porteño está organizando tours con periodistas y líderes de opinión. En una acondicionada combi, funcionarios e invitados recorren las obras hechas y proyectadas por el macrismo. El paseo, por ejemplo, incluye los trabajos de urbanización de la 1 -11- 14 y la villa 20, algunas viviendas construidas por el IVC y la remodelación de la avenida Patricios, en Barracas. También hay menciones al traslado del Banco Ciudad a Parque Patricios. “Queremos mostrar lo que hacemos”, insisten.
No obstante, más allá de la intención de Macri, cierto es también que varios funcionarios todavía no se acostumbraron a hacer el viaje hasta el sur. En los últimos días LPO recorrió el lugar y fue testigo de varias conversaciones un tanto graciosas.
“¿Por dónde agarraste? Yo casi me pierdo”. “Tranquilo, es fácil. Tomás la autopista y desembocás justo en el lugar” es el diálogo que más se escucha en el CIFA por estas horas.
A quien más que feliz se lo ve con la mudanza temporaria es al presidente de la Agencia de Protección Ambiental, Javier Corcuera. Como todo dueño de casa no podía hacer otra cosa que decorar especialmente el edificio para la llegada del jefe y por eso ideó una muestra de iniciativas ecológicas. También ordenó que no falten víveres: dos máquinas expendedoras de gaseosas y café y un kiosquito que vende sándwiches garantizan que nadie pase hambre. (La Política OnLine).
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