martes, febrero 27, 2007

ALMIRANTE BROWN. Villaverde alista la guerra de unidades básicas.

ALMIRANTE BROWN, Febrero 27, (PUNTO CERO-Inforegión) El caudillo local prepara su propia versión de una guerra de trincheras para resistir los embates del kirchnerismo, aunque ya expresó su predilección por tener como enemigo funcional al sector que lidera el diputado provincial Darío Giustozzi, con quien mantiene una paradojal coincidencia: su falta de línea directa con el gobierno nacional. Una condición que podría resultar clave para el desarrollo de una competencia electoral de indudable color local
Las reuniones que se sucedieron durante la semana que pasó no dejaron dudas sobre un cambio de estrategia en el oficialismo que arroja, no obstante, pocas novedades sobre la sustancia real que se expresa desde hace dos décadas en la corriente que lidera el caudillo Jorge Villaverde.
Por lo pronto, está confirmado que el gobierno municipal y la primera línea del PJ profundizará el asistencialismo desde la gestión de gobierno, encarnado por los funcionarios con presunto mejor know know en el rubro: el titular del área pertinente, Carlos Morelli, y la concejal Adriana Reja, con la misión de restituir la vieja red distrital de manzaneras.
Villaverde resolvió también indultar a los funcionarios a los que pensaba despedir del Municipio, tal como reveló Info Región el pasado 8 de enero. Los directores de Tierras, Tránsito, Inspección General, Deportes y de Cementerios, Haroldo “Cholo” Ponti, Daniel Toneguzzo, Roberto Luciaw, Sergio Barakat y Graciela Abad, al igual que el jefe de la delegación Burzaco y vecino de Rafael Calzada, Daniel Mascayé, no solo fueron confirmados en sus cargos sino que se les comunicó que están en condiciones de convertirse en potenciales candidatos a concejales. A todos les pidió que insistan en la apertura de locales partidarios cuyo funcionamiento supervisará de forma personal.
Una resolución que parece volver cada vez endeble el gesto de vigor que intentó poner en escena el intendente Manuel Rodríguez cuando a comienzos del mes de noviembre solicitó alrededor de un centenar de renuncias entre su equipo político de colaboradores. No solo eso. El jefe comunal suele bromear con los funcionarios a quien se dio por cesanteados acerca del día de su despido para, tras cartón, imputarle la responsabilidad de esas versiones a la prensa.
Esta ristra de decisiones fue anunciada por el propio diputado nacional el miércoles pasado durante la reunión que mantuvo con sus seguidores en un local de la calle Joaquín González al 2.500, casi al límite del vértice territorial entre Burzaco, Claypole y Calzada. Tal vez por eso fueron de la partida Reja y el titular del Concejo Deliberante, Alejandro Torres.
La tenida política prosiguió el jueves por la mañana en la sede de la Municipalidad donde, con la excusa de una de sus tradicionales entrega de subsidios, Villaverde desnudó parte de su estrategia electoral. Frente a la prensa amiga a la que suele convocar para cubrir sus ceremonias, dejó en evidencia su predilección por enfrentar a la lista que presumiblemente confeccionará el sector liderado por el diputado provincial Darío Giustozzi para disputar la Intendencia.
En la especulación oficialista pesa el hecho de lo que parece en la actualidad un dato insoslayable. La dificultad que ambos legisladores tienen por lograr una línea directa de contacto sólido con el gobierno nacional y la certeza que parece surgir de ese dato objetivo: en Almirante Brown, la disputa electoral será eminentemente local.
El anuncio que el PJ conformará un frente con otras fuerzas y la ironía que se permitió dedicar a Giustozzi, sobre su falta de inserción territorial que lo podría llevar a desistir de presentar lista en los comicios de octubre, resultaron más una confirmación de la elección de un terreno para dirimir la disputa que una expresión de fortaleza en la que no confían siquiera algunas históricas espadas del villaverdismo.
Del lado del kirchnerismo, las cosas no prometen ser mejores desde el presente que atraviesan. Los únicos respaldos ciertos que Giustozzi cosecha en el gobierno provincial, lo incluyen dentro del pelotón de seguidores de aquellas corrientes y amenazan desdibujar cualquier sesgo de autonomía en sus desplazamientos políticos. Lo que compromete el lejano parentesco que mantuvo siempre con cualquier expresión semejante a un cambio cualitativo en las prácticas distritales.
Su participación en el acto del Movimiento Evita del 19 de febrero en Lomas de Zamora no pasó, sin embargo desapercibido.
Desde la Mesa Sindical K aseguran que recibieron las disculpas del caso de parte de Fernando Navarro, titular del bloque oficialista en la Cámara Baja bonaerense, y del diputado nacional Carlos Kunkel. Aunque puestos a argumentar sobre ese gesto, resultó más verosímil su comprensión de parte de Kunkel, acaso por la cercanía histórica que mantiene con el titular del ONABE y dirigente del PPP, Fernando Suárez.
Con todo, desde allí insistieron en el compromiso asumido por Navarro de "compensar" con su participación en un acto de la Mesa aquella decisión. Ese grupo tampoco evita sus propios sobresaltos. Para mucho de sus dirigentes no está clara la actitud que seguirá el dirigente mercantil Luis Monteiro, quien faltó a la jornada programática organizada en Burzaco. Desde allí sin embargo minimizan las diferencias entre sus referentes y aseguran que en las elecciones municipales de octubre habrá solo dos listas. “La de Villaverde y la nuestra”, descuentan con optimismo y desconociendo la posibilidad de Giustozzi de convertirse en contendiente de Villaverde.
Aunque no lo digan, confían en que la bendición para un candidato propio llegue “desde arriba” como un maná del cielo kirchnerista.
“Puede que obtengan la bendición pero también les va a hacer falta quien oficie la misa y les llene la iglesia”, acotaron con sorna desde el entorno de Giustozzi.Daniel Bilotta (PUNTO CERO-Inforegión).

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