miércoles, febrero 28, 2007

EL POST-KIRCHNERISMO NACE EN LA CIUDAD. Por Ignacio Fidanza

BUENOS AIRES, Febrero 28, (PUNTO CERO-La Política OnLIne) Mauricio Macri demostró finalente que es un hombre con sentido común e hizo lo que tenía que hacer: postularse a jefe de Gobierno. Para el diván del psicólogo o el asado con amigos, quedarán los lamentos por los valiosos meses desperdiciados en una duda sin sentido.
La decisión venía cantada por dos motivos: su bisoño y todavía gaseoso partido necesita como el aire un aparato de gobierno para ubicar gente y obtener recursos indispensables para la construcción política; la Presidencia de la Nación, todavía le queda grande, necesita pasar la prueba de fuego de una gestión ejecutiva.
Macri puede ganar o perder la Ciudad, así es la vida, pero el proyecto que ha decidido encarar es un plan serio, no una aventura alocada ni una apuesta al golpe de la fortuna. Y tan serio es que el propio Kirchner se encargó con una encantadora sinceridad de revelar el odio que le causó perder el sparring ideal que había imaginado para las presidenciales de octubre.
Con esta elección Macri despejó además los fantasmas de un acuerdo con el gobierno nacional para dividir la oposición -pese a que lo niegue hubo conversaciones con la Casa Rosada y no hay que ser muy sagaz para encontrar bastante despecho en la bronca presidencial con el titular de Boca Juniors-.
El próximo paso lógico ahora sería rechazar la candidatura de Ricardo López Murphy y acordar con Roberto Lavagna, y este último tendría a su vez que aceptar la postulación a gobernador de Juan Carlos Blumberg. No se trata de amistades, ni lealtades, ni gustos personales, se trata de construir una oposición fuerte que dispute el poder.
Sería ese el mejor servicio que este puñado de hombres podría brindar al sistema político argentino, que luego del 2001 quedó claramente desequilibrado. Es tan simple como ponerle manteca a una tostada: toda democracia moderna requiere al menos dos partidos con chances de acceder al poder para atemperar las tendencias hegemónicas naturales en los hombres que buscan el poder.
Si Kirchner se sueña como estadista y quisiera hacer honor a su habitual prédica en favor de la "normalización" de la Argentina, debería ser el primer interesado en la conformación de un polo opositor serio. Si no sólo los intereses venales lo guiaran, vería que en definitiva sería el primer legitimado. Sumaría al éxito del despegue económico, la reconstrucción del sistema político.

La Ciudad
Jorge Telerman ahora si deberá demostrar si tiene lo necesario para acceder por los votos al cargo que hoy ostenta. Ya no se trata de esa parodia de pelea que le planteaba el vuelo bajo de Alberto Fernández con el pobre de Daniel Filmus. Ahora tiene un rival nítido, con historia en la Ciudad y primero en la consideración popular.
Las encuestas, si hacemos un esfuerzo sobrehumano y les damos cierto crédito, dicen que Macri está complicado para la segunda vuelta. Pero en una sociedad con rasgos de histeria como la porteña, tal vez el largo coqueteo que realizó le termine sumando, como esas chicas difíciles que cuanto más se niegan más lindas parecen.
Sin embargo, tal vez lo más interesante de la próxima elección no es quien gane sino la enorme significación de estos comicios, que trasciende a los protagonistas. La Ciudad suele anticipar tendencias nacionales. Allí explotó primero el Frepaso y De la Rúa, allí también Menem conoció el rechazo profundo.
Los contendientes de junio expresan a su manera dos tendencias que intentan erigirse en superadoras del kirchnerismo. Los porteños tendrán así la oportunidad de votar no sólo un jefe de Gobierno, sino el sentido político de la generación que intenta erigirse en relevo del kirchnerismo.
Las propuestas son obvias:
Macri la centroderecha capitalista aggiornada, y con intenciones de eficiencia, que asumió cierto rol social para el Estado -al menos de palabra-; y Telerman la centroizquierda "con gestión", abierta al diálogo y sin esa pátina de corrupción y autoritarismo que impera en el gobierno nacional, es decir kirchnerismo sin Kirchner.
No por nada, en los campamentos de Telerman y Macri saben que el 3 de junio compiten por la jefatura de Gobierno, pero es el 2011 lo que está en juego.
El poder, lo que de verdad importa, en la Argentina siempre fue la Presidencia, el resto -aunque lo nieguen- es apenas el camino. (PUNTO CERO-La Política OnLIne).

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