(Agencia Dib). Pescadores artesanales de Bahía Blanca se reúnen hoy lunes, con autoridades bonaerenses. Su actividad se ve afectada por la falta de pesca en la ría de Ingeniero White y General Rosales.
Representantes de las cámaras de pescadores artesanales de las localidades bonaerenses de Ingeniero White y Coronel Rosales se reúnen con el director del Organismo Provincial de Desarrollo Sostenible (OPDS), José Molina, para resolver la situación laboral ante la falta de pesca en la ría de la zona.
El conflicto involucra a también a los peladores de camarones que no pueden llevar a cabo sus tareas ante la prohibición de la pesca en la región por supuesta contaminación del agua.
La situación de los peladores de camarones involucra a unas 500 familias, que decidieron llevar sus reclamos a las autoridades provinciales para encontrar una salida a la disputa y ya anticiparon que no aceptarán "subsidios ni bolsas con alimentos". "Si tenemos que caminar hasta Bahía Blanca, lo haremos. Somos unas 500 familias las que estamos por quedarnos sin trabajo y, sin entrar en conflictos, iremos a pedir ayuda", señaló Cristina Casariego, empleada de la empresa White Gulf desde hace seis años, en declaraciones al diario Nueva Provincia.
Los manifestantes mantuvieron el viernes un encuentro preliminar con la titular del Centro de Peladores de Ingeniero White, Alicia Campán, a quien expusieron la situación de los empleados.
Los trabajadores decidieron acudir también al Concejo Deliberante, que ya el cuerpo analiza esa problemática.
Además de las tres plantas que se dedican al pelado del camarón, esa actividad se realiza en el marco de emprendimientos familiares, que ahora se ven afectados por el impedimento de la pesca en la región. Casariego explicó al diario La Nueva Provincia que "dependemos de la captura de los pescadores y la actividad está paralizada" y denunció que "si hay contaminación, no lo dirán porque no creo que el gobierno se tire en contra de las empresas".
Respecto de las posibles soluciones, consideró que "el problema no se arregla con planes, ayuda alimentaria o subsidios, sino con certezas sobre el estado de la ría y con la capacitación que permita buscar empleos dignos en caso de que los camarones no vuelvan a la ría o no puedan consumirse".
Los pescadores, por su parte, sostuvieron que "los niveles de plomo superan entre 30 y 40 veces los que fija la Ley 24.051 y entre 70 y 100 lo que toleran los parámetros internacionales".
Representantes de las cámaras de pescadores artesanales de las localidades bonaerenses de Ingeniero White y Coronel Rosales se reúnen con el director del Organismo Provincial de Desarrollo Sostenible (OPDS), José Molina, para resolver la situación laboral ante la falta de pesca en la ría de la zona.
El conflicto involucra a también a los peladores de camarones que no pueden llevar a cabo sus tareas ante la prohibición de la pesca en la región por supuesta contaminación del agua.
La situación de los peladores de camarones involucra a unas 500 familias, que decidieron llevar sus reclamos a las autoridades provinciales para encontrar una salida a la disputa y ya anticiparon que no aceptarán "subsidios ni bolsas con alimentos". "Si tenemos que caminar hasta Bahía Blanca, lo haremos. Somos unas 500 familias las que estamos por quedarnos sin trabajo y, sin entrar en conflictos, iremos a pedir ayuda", señaló Cristina Casariego, empleada de la empresa White Gulf desde hace seis años, en declaraciones al diario Nueva Provincia.
Los manifestantes mantuvieron el viernes un encuentro preliminar con la titular del Centro de Peladores de Ingeniero White, Alicia Campán, a quien expusieron la situación de los empleados.
Los trabajadores decidieron acudir también al Concejo Deliberante, que ya el cuerpo analiza esa problemática.
Además de las tres plantas que se dedican al pelado del camarón, esa actividad se realiza en el marco de emprendimientos familiares, que ahora se ven afectados por el impedimento de la pesca en la región. Casariego explicó al diario La Nueva Provincia que "dependemos de la captura de los pescadores y la actividad está paralizada" y denunció que "si hay contaminación, no lo dirán porque no creo que el gobierno se tire en contra de las empresas".
Respecto de las posibles soluciones, consideró que "el problema no se arregla con planes, ayuda alimentaria o subsidios, sino con certezas sobre el estado de la ría y con la capacitación que permita buscar empleos dignos en caso de que los camarones no vuelvan a la ría o no puedan consumirse".
Los pescadores, por su parte, sostuvieron que "los niveles de plomo superan entre 30 y 40 veces los que fija la Ley 24.051 y entre 70 y 100 lo que toleran los parámetros internacionales".
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