En el mercado se especula si el gobiermo se atreverá luego de las elecciones a realizar un ajuste de las tarifas, que permita aliviar el gasto en subsidios que está desequilibrando el presupuesto. Pero lo cierto es que esa política ya comenzó: en los últimos 12 meses el precio de los combustibles se encareció un 30 por ciento.
Frente al ritmo creciente de la importación de combustibles, que de enero a julio de este año -los últimos datos disponibles en la Secretaría de Energía- se expandió por encima del 40% con relación al mismo período de 2010, el Gobierno sigue adelante con su decisión de permitir retoques graduales, pero constantes, en las pizarras de las estaciones de servicios. Se trata de subas mensuales que ya provocaron, durante los últimos 12 meses, el encarecimiento en un 30% de las naftas y el gasoil.
En los últimos 10 días las petroleras volvieron a retocar los importes en surtidores. Shell elevó sus precios entre 5 y 10 centavos. En la Capital Federal, la nafta súper de esa marca pasó a venderse a un valor de $ 5,149 por litro; la premium, a $ 6,149; el gasoil común, a 589, y el diésel de mayor calidad, a $ 5,559. Son aumentos del 2% para los combustibles premium y del 1% para las variedades estándar de la nafta y el gasoil.
La siguió la empresa Oil, que el empresario Cristóbal López creó luego de adquirir una refinería y unas 300 estaciones de servicio de la brasileña Petrobras. La firma registró aumentos de cerca del 6% para el litro de gasoil y de un 3% para las naftas. Petrobras, su parte, subió un 3,3% la nafta super; la premium, un 0,7%; el gasoil común, un 3%, y la variedad más cara del diésel, un 0,9 por ciento. YPF, que lidera el sector con un market share cercano al 60%, por estos días sufre problemas de abastecimiento en sus estaciones a raíz del bloque de una refinería, pero no remarcó sus combustibles, aunque lo hará, seguramente, dentro de algún tiempo.
La elección del Gobierno de habilitar mejoras en los surtidores persigue equilibrar el mercado de combustibles frente a la escasez de la oferta local. Las refinerías trabajan al máximo de su capacidad y aún así no logran garantizar la demanda del parque automotor. La afiebrada expansión del consumo –que, en promedio, creció un 7% a nivel país en lo que va del año- exige cada más importaciones de derivados del petróleo.
En 2012, según los datos del proyecto de Ley de Presupuesto que envió el Gobierno al Congreso, las compras de diesel en el exterior crecerán un 80 por ciento: el documento solicita fondos para traer hasta 7 millones de metros cúbicos (MMm3) de gasoil, contra los 4 millones de 2011. La cifra representa casi la mitad del gasoil producido en las destilerías locales. En el caso de las naftas la proporción no es mucho menor. La norma habla de importar hasta 800 mil m3, una tercera parte de lo que refinan las plantas nacionales.
“El problema es que los precios internacionales de los combustibles son entre un 30 y 50% más caros que los internos”, explicaron desde una petrolera. Si bien para el gasoil existe un régimen especial para importar un determinado cupo sin impuestos (aún así, cuando el crudo supera los 80 dólares, las petroleras no alcanzan a cubrir los costos), en el caso de las naftas la situación es peor, porque la importación es directamente a pérdida debido a la elevada carga impositiva (cercana al 60% del precio de venta en el mercado interno).
“Está claro que el Gobierno se dio cuenta que si seguía incentivando el consumo en surtidores con precios muy bajos, la situación se le iba a ir de las manos. Hoy sabe que la importación de combustibles va camino a aumentar en los próximos años. Y por eso está permitiendo subas graduales a fin de equilibrar los indicadores locales con los internacionales”, explicó un alto directivo de una petrolera, que pidió reserva de nombre.
En aumento. Como resultante de un mix de factores, que incluyó la faltante de crudo en la refinerías a raíz de las medidas de fuerza gremial que paralizaron la producción en los yacimientos de Santa Cruz, la rápida expansión del parque automotor, y las paradas por mantenimiento de algunas destilerías, la importación de combustibles registró un salto significativo en los primeros siete meses de 2011. Creció, según datos de la Secretaría, más de un 40 por ciento.
Las compras de gasoil del parque refinador –liderado por YPF, Shell, Esso, Petrobras y Oil- sumaron 1,021 MMm3, un 41% más que en el mismo período de 2010 (722.489 m3). “El despacho de diesel representa dos terceras partes del mercado de combustible. Nuestras ventas crecieron poco más de 3%, pero el volúmen es tan alto que la faltante de crudo por los paros en Santa Cruz nos obligó a importar”, explicaron desde otra de las refinadoras líderes.
Según datos de la cartera que dirige Daniel Cameron, entre enero y julio de este año se importaron 131.693 m3 de naftas (fundamentalmente, Premium), mientras que en el mismo segmento de 2010 se trajeron 92.800 m3.
Mientras tanto, las ventas de combustibles en el mercado interno siguieron a buen ritmo: impulsadas por el consumo creciente de súper, que se expandió un 10,8 por ciento, la demanda conjunta de naftas y gasoil aumentó un 5,28% en lo que va del año. Se comercializaron 12,084 MMm3 de combustibles, contra los 11,478 MMm3 de 2010.
Recomposición del precio del crudo. El correlato del alza del precio de los combustibles es la recomposición del valor interno del petróleo, que hasta principios de 2011 estaba preso de un esquema de control de precios establecido por la resolución 394 del Ministerio de Economía (fijaba el importe del barril 42 dólares).
En la actualidad, en cambio, el precio que reciben las productoras llega hasta los 65 dólares, es decir, un 50% más que caro que lo permitido por la polémica norma diseñada por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Esa situación benefició a los grandes productores del hidrocarburo, liderados por YPF, Pan American Energy (PAE), Chevron, Sinopec, Petrobras, Tecpetrol y Pluspetrol, entre otros.
El crudo Medanito, uno de los de mejor calidad, que se extrae en Neuquén, alcanzó en septiembre los U$S 65, mientras que el Hydra, de Tierra del Fuego y el sur de Santa Cruz, llegó a los 63 dólares, y el Escalante, el crudo de tipo más pesado, proveniente del Golfo San Jorge, osciló entre los 58 y los 59 dólares por barril, según pudo constatar LPO en base a consultas a productores, refinadores y funcionarios.
Los números muestran de un alza promedio cercana al 20% en los primeros nueve meses de 2011. La cotización del Medanito, por ejemplo, no superaba en enero los 53 dólares y la del Escalante era inferior a los u$s 49. Eso provocó que la diferencia con la referencia internacional se haya reducido considerablemente. Ayer, el precio WTI –que se aplica en el mercado norteamericano- cerró a U$S 82 dólares, un 25% más que el valor local. A principios de año, en cambio, el margen entre uno y otro era mucho mayor: en enero, por ejemplo, cuando el precio internacional superaba los 100 dólares, el valor promedio local era de U$S 51. (La Política OnLine).
Frente al ritmo creciente de la importación de combustibles, que de enero a julio de este año -los últimos datos disponibles en la Secretaría de Energía- se expandió por encima del 40% con relación al mismo período de 2010, el Gobierno sigue adelante con su decisión de permitir retoques graduales, pero constantes, en las pizarras de las estaciones de servicios. Se trata de subas mensuales que ya provocaron, durante los últimos 12 meses, el encarecimiento en un 30% de las naftas y el gasoil.
En los últimos 10 días las petroleras volvieron a retocar los importes en surtidores. Shell elevó sus precios entre 5 y 10 centavos. En la Capital Federal, la nafta súper de esa marca pasó a venderse a un valor de $ 5,149 por litro; la premium, a $ 6,149; el gasoil común, a 589, y el diésel de mayor calidad, a $ 5,559. Son aumentos del 2% para los combustibles premium y del 1% para las variedades estándar de la nafta y el gasoil.
La siguió la empresa Oil, que el empresario Cristóbal López creó luego de adquirir una refinería y unas 300 estaciones de servicio de la brasileña Petrobras. La firma registró aumentos de cerca del 6% para el litro de gasoil y de un 3% para las naftas. Petrobras, su parte, subió un 3,3% la nafta super; la premium, un 0,7%; el gasoil común, un 3%, y la variedad más cara del diésel, un 0,9 por ciento. YPF, que lidera el sector con un market share cercano al 60%, por estos días sufre problemas de abastecimiento en sus estaciones a raíz del bloque de una refinería, pero no remarcó sus combustibles, aunque lo hará, seguramente, dentro de algún tiempo.
La elección del Gobierno de habilitar mejoras en los surtidores persigue equilibrar el mercado de combustibles frente a la escasez de la oferta local. Las refinerías trabajan al máximo de su capacidad y aún así no logran garantizar la demanda del parque automotor. La afiebrada expansión del consumo –que, en promedio, creció un 7% a nivel país en lo que va del año- exige cada más importaciones de derivados del petróleo.
En 2012, según los datos del proyecto de Ley de Presupuesto que envió el Gobierno al Congreso, las compras de diesel en el exterior crecerán un 80 por ciento: el documento solicita fondos para traer hasta 7 millones de metros cúbicos (MMm3) de gasoil, contra los 4 millones de 2011. La cifra representa casi la mitad del gasoil producido en las destilerías locales. En el caso de las naftas la proporción no es mucho menor. La norma habla de importar hasta 800 mil m3, una tercera parte de lo que refinan las plantas nacionales.
“El problema es que los precios internacionales de los combustibles son entre un 30 y 50% más caros que los internos”, explicaron desde una petrolera. Si bien para el gasoil existe un régimen especial para importar un determinado cupo sin impuestos (aún así, cuando el crudo supera los 80 dólares, las petroleras no alcanzan a cubrir los costos), en el caso de las naftas la situación es peor, porque la importación es directamente a pérdida debido a la elevada carga impositiva (cercana al 60% del precio de venta en el mercado interno).
“Está claro que el Gobierno se dio cuenta que si seguía incentivando el consumo en surtidores con precios muy bajos, la situación se le iba a ir de las manos. Hoy sabe que la importación de combustibles va camino a aumentar en los próximos años. Y por eso está permitiendo subas graduales a fin de equilibrar los indicadores locales con los internacionales”, explicó un alto directivo de una petrolera, que pidió reserva de nombre.
En aumento. Como resultante de un mix de factores, que incluyó la faltante de crudo en la refinerías a raíz de las medidas de fuerza gremial que paralizaron la producción en los yacimientos de Santa Cruz, la rápida expansión del parque automotor, y las paradas por mantenimiento de algunas destilerías, la importación de combustibles registró un salto significativo en los primeros siete meses de 2011. Creció, según datos de la Secretaría, más de un 40 por ciento.
Las compras de gasoil del parque refinador –liderado por YPF, Shell, Esso, Petrobras y Oil- sumaron 1,021 MMm3, un 41% más que en el mismo período de 2010 (722.489 m3). “El despacho de diesel representa dos terceras partes del mercado de combustible. Nuestras ventas crecieron poco más de 3%, pero el volúmen es tan alto que la faltante de crudo por los paros en Santa Cruz nos obligó a importar”, explicaron desde otra de las refinadoras líderes.
Según datos de la cartera que dirige Daniel Cameron, entre enero y julio de este año se importaron 131.693 m3 de naftas (fundamentalmente, Premium), mientras que en el mismo segmento de 2010 se trajeron 92.800 m3.
Mientras tanto, las ventas de combustibles en el mercado interno siguieron a buen ritmo: impulsadas por el consumo creciente de súper, que se expandió un 10,8 por ciento, la demanda conjunta de naftas y gasoil aumentó un 5,28% en lo que va del año. Se comercializaron 12,084 MMm3 de combustibles, contra los 11,478 MMm3 de 2010.
Recomposición del precio del crudo. El correlato del alza del precio de los combustibles es la recomposición del valor interno del petróleo, que hasta principios de 2011 estaba preso de un esquema de control de precios establecido por la resolución 394 del Ministerio de Economía (fijaba el importe del barril 42 dólares).
En la actualidad, en cambio, el precio que reciben las productoras llega hasta los 65 dólares, es decir, un 50% más que caro que lo permitido por la polémica norma diseñada por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Esa situación benefició a los grandes productores del hidrocarburo, liderados por YPF, Pan American Energy (PAE), Chevron, Sinopec, Petrobras, Tecpetrol y Pluspetrol, entre otros.
El crudo Medanito, uno de los de mejor calidad, que se extrae en Neuquén, alcanzó en septiembre los U$S 65, mientras que el Hydra, de Tierra del Fuego y el sur de Santa Cruz, llegó a los 63 dólares, y el Escalante, el crudo de tipo más pesado, proveniente del Golfo San Jorge, osciló entre los 58 y los 59 dólares por barril, según pudo constatar LPO en base a consultas a productores, refinadores y funcionarios.
Los números muestran de un alza promedio cercana al 20% en los primeros nueve meses de 2011. La cotización del Medanito, por ejemplo, no superaba en enero los 53 dólares y la del Escalante era inferior a los u$s 49. Eso provocó que la diferencia con la referencia internacional se haya reducido considerablemente. Ayer, el precio WTI –que se aplica en el mercado norteamericano- cerró a U$S 82 dólares, un 25% más que el valor local. A principios de año, en cambio, el margen entre uno y otro era mucho mayor: en enero, por ejemplo, cuando el precio internacional superaba los 100 dólares, el valor promedio local era de U$S 51. (La Política OnLine).
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