domingo, octubre 15, 2006

TANDIL. Intenta digerir el duro golpe que el propio Kirchner le propinó en la Rosada.

TANDIL, Octubre 15, (PUNTO CERO-El Eco) Concejales del Frente para la Victoria, el justicialismo y los radicales K pretenden olvidar lo más rápido posible el explícito apoyo brindado por el presidente a Miguel Lunghi. Sin embargo, en lo gestual denotan que acusaron el impacto político.
Aunque nadie lo reconozca públicamente, la oposición legislativa lugareña intenta digerir por estas horas el aval, político y financiero, que el presidente Néstor Kirchner entregó al intendente Miguel Lunghi durante el histórico acto del miércoles en la Casa Rosada.
Para eso, los concejales K ensayan una suerte de terapia en la que mencionan la buena acogida que les brindó el mandatario nacional, y especialmente el ministro del Interior, Aníbal Fernández, que les dedicó largos minutos a solas.
Nilda Fernández se mostró gratamente sorprendida por la actitud del funcionario, "que me llamó en persona a mi celular para asegurarse de mi presencia en la reunión", y por la del Presidente, que también le agradeció personalmente el obsequio de un cuchillo made in Tandil.
En realidad, la blonda edil celebró íntimamente haber quedado bien parada por su asiento privilegiado en la ceremonia y por el conocimiento que el clan K tiene de ella y su posicionamiento. Y hasta se la vio fascinada por haber posado en el histórico balcón de la Rosada, a donde fue invitada por altos funcionarios.

Sensaciones encontradas
Sin embargo, en la cuestión gestual, a nadie le escapa que lo del Presidente se pareció mucho más a una bofetada que a la palmada que sus seguidores lugareños intentan vender.
Alguien que estuvo en la reunión con Aníbal Fernández, y que pidió no ser mencionado, reconoció que "le pedimos que no nos dejaran solos, que de vez en cuando se acuerden de nosotros". Y fue más explícito aún para decir que "está bien, que le den a Lunghi, pero nosotros también necesitamos venir con algo y aparecer en alguna foto. Eso es lo que le expresamos".
Fuera de esa confesión, a la prensa sólo se le dijo que el ministro está "plenamente enterado de la problemática de la ciudad y de la situación política en particular".
La titular del cuerpo, lejos de acusar el impacto, insistió con que lo del Presidente "me parece bien, nosotros trabajamos para Tandil. Todo lo que sea para el bien de la ciudad es bienvenido. No somos de poner palos en la rueda, aunque siempre se nos acuse de eso".
Desconcertados y desconcertantes No obstante, algunas actitudes arrojan conclusiones terminantes sobre el desconcierto imperante en el bloque opositor.
La sistemática negativa, mantenida en los últimos días, al proyecto de Lunghi sobre la réplica de la mítica Piedra, se extendió incluso a la sesión del Legislativo del jueves, en la que se intentó reflotar el proyecto de una audiencia pública.
Pero ese mismo día, como si se tratase de un monumento a la incoherencia, el interbloque, junto al PJ, publicitaron en medios gráficos su "agradecimiento" al Presidente.
Esa movida también encontró detractores internos. "No me van a cobrar un peso para ese aviso", le espetaba Javier Levigna a quien quisiera escucharlo en la planta alta de la Municipalidad.
Es que el concejal peronista viene oponiéndose a la iniciativa oficialista, sin importarle incluso los designios del líder patagónico. Fiel a su manera de concebir la política, en la que denuncia que "nadie de arriba debe decidir sobre los asuntos locales", ni se preocupó por el acto de la Rosada.
"Ahora todos hablan loas de Kirchner. Hace poco, cuando el Presidente decía que no había que aumentar los impuestos, hablaban pestes", lanzó con sonrisa socarrona en referencia a los radicales. Con todo, así está hoy la oposición. Sin liderazgo ni contención, obnubilada y con reacción tardía ante un oficialismo que sigue marcando la agenda política. Y que encima cuenta con generosos apoyos, otrora impensados. (PUNTO CERO-El Eco).

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