LA PLATA, Octubre 24, (PUNTO CERO) Según la investigación “Género y Corrupción”, realizada por el estudio Graciela Römer & Asociados a pedido de la Fundación Mujeres en Igualdad, el 60% de los entrevistados opina que las mujeres son igual de corruptas que los hombres. Las mujeres se ven a sí mismas como más proclives a denunciar hechos corruptos, aunque serían menos escuchadas. El machismo, en tanto, es altamente percibido por los entrevistados.
La encuesta, que se basó en 589 entrevistas a hombres y mujeres de entre 18 y 70 años del área Metropolitana de la provincia de Buenos Aires, arrojó un resultado contundente: el 60% de los encuestados opina que las mujeres tienden a ser “igual de corruptas que los hombres” en los puestos de trabajo y cargos públicos, mientras que el 25% cree que lo son menos y sólo un 5% respondió que lo son más. Las opiniones, en tanto, fueron coincidentes entre las mujeres y los hombres, de diferentes edades y niveles educativos o socioeconómicos.
“Nos sorprendió esta coincidencia, porque creíamos en la fuerte existencia del mito de que las mujeres son menos corruptas. Quizás tuvo que ver que, al momento de realizada la encuesta (entre el 4 y el 8 de agosto último y el 11 y 14 del mismo mes), se habían conocido varios casos de corrupción protagonizados por ministras mujeres”, destacó Monique Altschul, Directora Ejecutiva de Mujeres en Igualdad. Esta referencia estaría relacionada con las sospechas surgidas a raíz de los casos que involucraron a la ex Ministra Felisa Miceli y a la actual Secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti, y en menor medida, con la citación a la Ministra de Defensa Nilda Garré.
Pero, a la hora de denunciar hechos de corrupción, ¿lo hacen más las mujeres que los hombres? Un 50% afirma que las mujeres denuncian en igual medida que los hombres y otro 41% que lo hace más frecuentemente que los hombres. Sin embargo, las mujeres tienen de sí mismas una imagen más activa en este aspecto (45%).
Además, si bien la mitad de los entrevistados sostiene que las denuncias realizadas por mujeres en oficinas públicas son tan tenidas en cuenta como los hombres, un importante 34% cree que se las tiene en cuenta comparativamente menos. Más marcada aún es esta apreciación ante una denuncia en una comisaría: un 44% percibe que las mujeres son menos tenidas en cuenta que los hombres y un 39% cree que son tratadas de igual modo.
Otro dato de interés es que no se percibe que la corrupción pública perjudique más a las mujeres que a los hombres. Un 44% sostiene que la corrupción en el uso de los fondos públicos no afecta de modo especial a los programas o políticas que beneficien a la mujer, mientras que un 22% (conformado por el 25% de las mujeres y un 19% de los hombres) cree lo contrario. El 29% restante no emitió opinión al respecto.
Respecto de si la Argentina es un país machista, el 82% de los encuestados considera que sí. Pero las mujeres ven con más gravedad esta problemática. En efecto, la mitad de ellas lo calificaron como un país “muy machista”, mientras que igual proporción de hombres prefiere el término “algo machista”. La percepción de machismo se incrementa con el nivel educativo de los entrevistados. El ámbito laboral es el lugar donde más se percibe las diferencias de género. De hecho, el 36% de los consultados dijeron que ese es el ámbito donde más se manifiesta el machismo, mientras que la vía pública, y el propio hogar y los vínculos familiares ocupan el segundo lugar de las menciones con el 22%.
“En suma: se reconoce que la discriminación dificulta el acceso a los ámbitos tradicionalmente asignados al hombre (paradigmáticamente reflejado en el ámbito laboral) y, se percibe además, una discriminación en la respuesta ofrecida por el espacio público a las demandas femeninas en tanto se consideran menos escuchadas”, señala el informe.
Altschul, por su parte, destacó la interferencia del machismo en los propios partidos políticos: “Venimos analizando si se cumplen o no las disposiciones internas de cada partido, que establecen que las mujeres deben ocupar cierto cupo, y descubrimos que no siempre se cumple. Y no sólo eso, en algunos casos se cumple pero los hombres siguen siendo los que toman las decisiones”. Sucede que la investigación “Género y Corrupción” forma parte de un proyecto más extenso que realiza la Fundación, llamado “Mujeres por la Equidad y la Transparencia, ejecutado con UNIFEM y financiado por el Fondo para la Democracia de Naciones Unidas (UNDEF), que se propone encarar la gobernabilidad y el fortalecimiento institucional desde distintos programas.
La encuesta, que se basó en 589 entrevistas a hombres y mujeres de entre 18 y 70 años del área Metropolitana de la provincia de Buenos Aires, arrojó un resultado contundente: el 60% de los encuestados opina que las mujeres tienden a ser “igual de corruptas que los hombres” en los puestos de trabajo y cargos públicos, mientras que el 25% cree que lo son menos y sólo un 5% respondió que lo son más. Las opiniones, en tanto, fueron coincidentes entre las mujeres y los hombres, de diferentes edades y niveles educativos o socioeconómicos.
“Nos sorprendió esta coincidencia, porque creíamos en la fuerte existencia del mito de que las mujeres son menos corruptas. Quizás tuvo que ver que, al momento de realizada la encuesta (entre el 4 y el 8 de agosto último y el 11 y 14 del mismo mes), se habían conocido varios casos de corrupción protagonizados por ministras mujeres”, destacó Monique Altschul, Directora Ejecutiva de Mujeres en Igualdad. Esta referencia estaría relacionada con las sospechas surgidas a raíz de los casos que involucraron a la ex Ministra Felisa Miceli y a la actual Secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti, y en menor medida, con la citación a la Ministra de Defensa Nilda Garré.
Pero, a la hora de denunciar hechos de corrupción, ¿lo hacen más las mujeres que los hombres? Un 50% afirma que las mujeres denuncian en igual medida que los hombres y otro 41% que lo hace más frecuentemente que los hombres. Sin embargo, las mujeres tienen de sí mismas una imagen más activa en este aspecto (45%).
Además, si bien la mitad de los entrevistados sostiene que las denuncias realizadas por mujeres en oficinas públicas son tan tenidas en cuenta como los hombres, un importante 34% cree que se las tiene en cuenta comparativamente menos. Más marcada aún es esta apreciación ante una denuncia en una comisaría: un 44% percibe que las mujeres son menos tenidas en cuenta que los hombres y un 39% cree que son tratadas de igual modo.
Otro dato de interés es que no se percibe que la corrupción pública perjudique más a las mujeres que a los hombres. Un 44% sostiene que la corrupción en el uso de los fondos públicos no afecta de modo especial a los programas o políticas que beneficien a la mujer, mientras que un 22% (conformado por el 25% de las mujeres y un 19% de los hombres) cree lo contrario. El 29% restante no emitió opinión al respecto.
Respecto de si la Argentina es un país machista, el 82% de los encuestados considera que sí. Pero las mujeres ven con más gravedad esta problemática. En efecto, la mitad de ellas lo calificaron como un país “muy machista”, mientras que igual proporción de hombres prefiere el término “algo machista”. La percepción de machismo se incrementa con el nivel educativo de los entrevistados. El ámbito laboral es el lugar donde más se percibe las diferencias de género. De hecho, el 36% de los consultados dijeron que ese es el ámbito donde más se manifiesta el machismo, mientras que la vía pública, y el propio hogar y los vínculos familiares ocupan el segundo lugar de las menciones con el 22%.
“En suma: se reconoce que la discriminación dificulta el acceso a los ámbitos tradicionalmente asignados al hombre (paradigmáticamente reflejado en el ámbito laboral) y, se percibe además, una discriminación en la respuesta ofrecida por el espacio público a las demandas femeninas en tanto se consideran menos escuchadas”, señala el informe.
Altschul, por su parte, destacó la interferencia del machismo en los propios partidos políticos: “Venimos analizando si se cumplen o no las disposiciones internas de cada partido, que establecen que las mujeres deben ocupar cierto cupo, y descubrimos que no siempre se cumple. Y no sólo eso, en algunos casos se cumple pero los hombres siguen siendo los que toman las decisiones”. Sucede que la investigación “Género y Corrupción” forma parte de un proyecto más extenso que realiza la Fundación, llamado “Mujeres por la Equidad y la Transparencia, ejecutado con UNIFEM y financiado por el Fondo para la Democracia de Naciones Unidas (UNDEF), que se propone encarar la gobernabilidad y el fortalecimiento institucional desde distintos programas.
Entre otros temas, investigan qué porcentaje del dinero destinado a los partidos políticos para campañas electorales o capacitación partidaria llega a las mujeres; analizan las cartas orgánicas de los partidos, para averiguar si se cumplen los derechos de las mujeres; y promueven el acceso a la información para temas relacionados con los derechos de las mujeres. (PUNTO CERO).
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