SAN MIGUEL, Marzo 29, (PUNTO CERO-www.aquilanoticia.com). Un ex directivo de la empresa de colectivos 440, 740 y 315 fue condenado a 32 años de prisión por asesinar a balazos a dos ex socios y herir a otros cuatro, al irrumpir armado en una reunión de directorio, en mayo de 2006 en el partido bonaerense de San Miguel.
La condena fue dictada este mediodía por el Tribunal Oral Criminal (TOC) 4 de San Martín que halló a Eugenio Vilela culpable de homicidio reiterado en dos oportunidades, homicidio en grado de tentativa reiterado en cuatro oportunidades y portación ilegal de arma de guerra.
La condena fue dictada este mediodía por el Tribunal Oral Criminal (TOC) 4 de San Martín que halló a Eugenio Vilela culpable de homicidio reiterado en dos oportunidades, homicidio en grado de tentativa reiterado en cuatro oportunidades y portación ilegal de arma de guerra.
La fiscal Amalia Belauzarán había solicitado al alegar en el juicio una pena de 40 años de prisión para el acusado, aunque el tribunal se la atenuó al considerar a favor de Vilela la falta de antecedentes penales.
La viuda de uno de los directivos asesinados, Graciela Esteban, quien era esposa de Luis Arias López, dijo a Télam no estar conforme con el fallo, ya que esperaba una pena mayor, como la exigida por la fiscal.
"No estamos conformes con este fallo, nos dicen que es una buena pena pero le bajaron ocho años. Este hombre mató a dos personas y dejó a cuarto al filo de la muerte", cuestionó la mujer tras conocer la sentencia.
La condena a Vilela fue dictada este mediodía durante la última audiencia del debate oral y público que se realizó en los tribunales de avenida Balbín 1753, de San Martín.
Durante el juicio, la defensa había solicitado al tribunal que declare inimputable a Vilela, al sostener que el acusado sufrió al momento del hecho un "trastorno mental transitorio" que le impidió comprender la criminalidad de sus actos.
En esa línea, el propio imputado, en sus ultimas palabras durante el proceso dijo a los jueces Adriana Mónica Di Benedetto, Julio César Giorgio y Marta Rodríguez que no sabía "lo que había hecho" y pidió perdón.
Para la viuda de Arias López los dichos de Vilela fueron falsos, ya que lo considera un "hipócrita".
Vilela llegó preso al debate acusado de haber asesinado a balazos a Arias López y Pablo Galazzo, y herido de gravedad a Luis Ruggieri, Jorge Gerón, José Laborde y Juan Rodríguez, todos miembros del directorio de la empresa de colectivos "La Primera Grand Bourg SA", del que el imputado también había formado parte.
En la primera audiencia del debate, Ruggieri y Gerón, por entonces presidente y vice de la firma, respectivamente, contaron ante los jueces que vieron cómo Vilela empezó a disparar en medio de una reunión de directorio. "íPará, no tires más!", recordó Gerón que le dijo al acusado.
Por su parte, Laborde, quien era pro tesorero, y Rodríguez, hijo de uno de los socios, dijeron que no vieron cuando Vilela les disparó porque estaban de espaldas, aunque aseguraron que fue el acusado porque era la única persona armada en la reunión.
Además, Laborde declaró que Vilela le había dicho meses antes del hecho, cuando se fue de la empresa, que a los socios los iba a "hacer cagar".
En otra jornada del debate también declaró una mujer que presenció el momento en que el acusado se entregó a la policía, poco después de los homicidios de Arias López y Galazzo, quienes se desempeñaban como contador y tesorero de la firma, respectivamente.
La testigo contó que vio a Vilela acercarse hasta un efectivo con la pistola en la mano y le dijo: "Me acabo de mandar una gran cagada".
Para las querellas, ese testimonio fue importante, ya que derribó la hipótesis de la defensa de que Vilela no recuerda nada de lo ocurrido.
En ese sentido, salvo los peritos de la defensa, los médicos psicólogos y psiquiatras oficiales y de las querellas, aseguraron que el imputado pudo comprender lo que hizo y, por lo tanto, es imputable, lo que finalmente tomó en cuenta el tribunal al dictar su fallo unánime.
El hecho ocurrió el 3 de mayo de 2006, cuando Vilela ingresó al edificio administrativo de la empresa, situado en Muñoz 2257, en San Miguel.
El ahora condenado, que había sido socio de la empresa de colectivos hasta fines del 2005, cuando se desvinculó de la firma, irrumpió en una reunión de directorio en el primer piso y disparó con una pistola nueve milímetros contra sus ex socios.
Tras el ataque, el agresor huyó pero pocos minutos después fue detenido en la plaza de San Miguel por efectivos de la comisaría primera de esa localidad.
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