La periodista Paula Vega con motivo del concurso literario organizado por Mujeres CAME, que se presentara el pasado 3 de marzo en el marco del foro Empresarias PYMES en el Mundo de las Letras – Capítulo Buenos Aires, presentó el trabajo “Jardín de flores inmensas” y ha recibido la primera mención en el género poesía, convirtiéndose en finalista del citado Concurso.
Durante 2012 se llevará a cabo la selección final junto con los ganadores del Concurso Literario Capítulo Misiones y Capítulo Sur.
PAULA DANIELA VEGA
Durante 2012 se llevará a cabo la selección final junto con los ganadores del Concurso Literario Capítulo Misiones y Capítulo Sur.
Jardín de Flores inmensas:
Flores de variadas especies crecen en el jardín de la economía argentina
haciendo frente a los temporales, y vientos de huracanes.
Lucen los colores más brillantes en cada pétalo, y se sostienen con un fuerte tallo.
Generan grandes lazos formando un abanico de posibilidades.
Es imposible no observarlas desde la tierra fecunda de este gran país,
donde emergen en silencio, y detienen el paso del tiempo con su simpleza.
Cuidan y protegen, cada espacio que ocupan frente a la maleza,
y demuestran gran riqueza, en alimentar las almas que se aproximan.
Son denominadas con distintos nombres, desde margaritas, rosas y azucenas.
Son un millón de variedades, pero guardan la misma savia en su interior.
Son una semilla que germina para dar testimonio de su paso por la vida…
Se nutren del aprendizaje de la naturaleza, para fijar su subsistencia.
El agua, el aire, y cada elemento natural expresa su condición de únicas.
El pigmento de su composición ha sido dado con una sabiduría infinita…
Y ante las hojas que se pierden en otoño, generan la esperanza de una nueva primavera. Y esa es la esencia de aquellas frágiles apariencias, que inundan cada amanecer
Flores que cierran sus pétalos en la noche, protegiéndose de la oscuridad.
Se preparan para un nuevo día y redoblan sus esfuerzos para continuar fortalecidas.
No conocen de descanso, ni de barreras, para alcanzar sus sueños.
Pueblan grandes extensiones, sin distinguir mesetas, ni montañas.
El cielo es su techo y la madre tierra su fértil suelo, rociado por perlas de lluvia.
El dolor las hace fuerte, para sobreponerse en la lucha diaria.
No permiten que se doblen sus tallos y buscan permanecer unidas.
Cada hoja, se sostiene de un diminuto suspiro. Saben que pueden ser arrancarlas de raíz, y frente al daño se convierten en sólidas flores de acero.
Mucha es su hazaña, cuando emergen en las grietas de los asfaltos,
para mostrar el valor de las cosas simples, ante los grandes progresos.
Entienden esa armoniosa combinación de respetar la tradición,
la historia, y la cultura de los pueblos, con el avance de la modernidad.
Siempre atentas a establecer el equilibrio, ante los polos opuestos.
Su presencia hace florecer la imaginación, la dulzura y la firmeza.
El delicado detalle de ser mujer, una flor que engalana con su voz,
que emerge desde la lucha diaria, que habré las puertas con una sonrisa a su paso.
Con la simple convicción de construir entre todos y todas, un mundo mejor.
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