BUENOS AIRES, Julio 15, (PUNTO CERO) “La verdadera victoria no es la que se consigue en una batalla, sino de cómo aprendemos a levantarnos de las batallas perdidas”.
Anónimo.
El que vote contra el campo será repudiado en su pueblo y el que vote a favor del campo será castigado por el gobierno nacional.
El ejemplo ya lo vimos el 6 de julio pasado, cuando el ex gobernador y diputado nacional por el Frente para la Victoria, Felipe Solá votó contra el proyecto de resolución 125/08 del Ministerio de Economía que implementa el sistema de retenciones móviles para las exportaciones agropecuarias.
El legislador tuvo que escuchar de parte de su colega Carlos Kunkel la frase “Traidor hijo de puta”.
Mientras, legisladores oficialistas como el diputado José María Díaz Bancalari fue repudiado en su casa. Vecinos de la localidad de San Nicolás, donde vive, cantaron el Himno Nacional.
Carlos Kunkel, quien se encontraba junto a su esposa, la senadora bonaerense Cristina Fioramontti, en la localidad de Carhué, fue increpado por productores de la zona en la puerta de un hotel, en tanto la diputada nacional vicepresidenta de la Cámara baja, Patricia Vaca Narvaja (FPV), también sufrió un ataque en la localidad bonaerense de Roberts. El presidente de la comisión de Agricultura en Diputados, Alberto Cantero, estaba en su casa de la ciudad cordobesa de Río Cuarto, cuando un grupo de personas arrojó pintura blanca sobre la fachada de la vivienda. Unos días antes, Mabel, la esposa de Cantero recibió un llamado telefónico amenazante. El legislador tucumano Gerónimo Vargas Aignasse fue repudiado en su casa del country Yerba Buena, de su provincia. Por su parte, el dirigente Raúl “Tato” Romero Feris le aseguró o ¿amenazó? a la senadora nacional correntina Isabel Viudes, con sacarla del partido si no vota contra la Resolución 125.
Tampoco se salvaron los productores agropecuarios, como le sucedió al presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi que fue insultado por jóvenes de agrupaciones estudiantiles vinculadas al kirchnerismo.
La guerra de escraches se trasladó a la vía pública y la avenida Santa Fe, aparecieron distintos afiches con las caras de los legisladores nacionales que votaron el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo.
Fueron muchas las agresiones, amenazas e insultos que se vieron y escucharon estas últimas semanas. El pasado sábado una mujer denunció al Secretario de Comercio, Guillermo Moreno y a su esposa quien le habría pegado una cachetada.
Si todo esto no es demasiado, hoy podrán volver a calentase los ánimos frente a las dos marchas, por un lado la del gobierno, encabezada por el ex presidente Néstor Kirchner en Congreso; la otra del campo, en el Monumento de los Españoles.
Si la idea era meter presión a los senadores, lo han conseguido, tal vez no de la mejor manera y con todas las herramientas de la democracia, pero si las que saben utilizar los patoteros de siempre.
Anónimo.
El que vote contra el campo será repudiado en su pueblo y el que vote a favor del campo será castigado por el gobierno nacional.
El ejemplo ya lo vimos el 6 de julio pasado, cuando el ex gobernador y diputado nacional por el Frente para la Victoria, Felipe Solá votó contra el proyecto de resolución 125/08 del Ministerio de Economía que implementa el sistema de retenciones móviles para las exportaciones agropecuarias.
El legislador tuvo que escuchar de parte de su colega Carlos Kunkel la frase “Traidor hijo de puta”.
Mientras, legisladores oficialistas como el diputado José María Díaz Bancalari fue repudiado en su casa. Vecinos de la localidad de San Nicolás, donde vive, cantaron el Himno Nacional.
Carlos Kunkel, quien se encontraba junto a su esposa, la senadora bonaerense Cristina Fioramontti, en la localidad de Carhué, fue increpado por productores de la zona en la puerta de un hotel, en tanto la diputada nacional vicepresidenta de la Cámara baja, Patricia Vaca Narvaja (FPV), también sufrió un ataque en la localidad bonaerense de Roberts. El presidente de la comisión de Agricultura en Diputados, Alberto Cantero, estaba en su casa de la ciudad cordobesa de Río Cuarto, cuando un grupo de personas arrojó pintura blanca sobre la fachada de la vivienda. Unos días antes, Mabel, la esposa de Cantero recibió un llamado telefónico amenazante. El legislador tucumano Gerónimo Vargas Aignasse fue repudiado en su casa del country Yerba Buena, de su provincia. Por su parte, el dirigente Raúl “Tato” Romero Feris le aseguró o ¿amenazó? a la senadora nacional correntina Isabel Viudes, con sacarla del partido si no vota contra la Resolución 125.
Tampoco se salvaron los productores agropecuarios, como le sucedió al presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi que fue insultado por jóvenes de agrupaciones estudiantiles vinculadas al kirchnerismo.
La guerra de escraches se trasladó a la vía pública y la avenida Santa Fe, aparecieron distintos afiches con las caras de los legisladores nacionales que votaron el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo.
Fueron muchas las agresiones, amenazas e insultos que se vieron y escucharon estas últimas semanas. El pasado sábado una mujer denunció al Secretario de Comercio, Guillermo Moreno y a su esposa quien le habría pegado una cachetada.
Si todo esto no es demasiado, hoy podrán volver a calentase los ánimos frente a las dos marchas, por un lado la del gobierno, encabezada por el ex presidente Néstor Kirchner en Congreso; la otra del campo, en el Monumento de los Españoles.
Si la idea era meter presión a los senadores, lo han conseguido, tal vez no de la mejor manera y con todas las herramientas de la democracia, pero si las que saben utilizar los patoteros de siempre.
Si los senadores dicen no al proyecto de retenciones el abismo se asoma, de lo contrario, el gobierno habrá ganado su primera batalla, aunque de nada servirá, si no han aprendido el largo camino que se transitó por el conflicto o error. (PUNTO CERO).
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