VICENTE LOPEZ, Julio 25, (PUNTO CERO) La economía se desbloqueó con la liberalización de consumos pendientes;
La política resurgió en cuanto a la revalorización del rol de las cámaras;
El campo demostró que es un sector valorizado por la sociedad, aunque no se compartan algunas posiciones;
La oposición demostró que, lamentablemente, solo puede tener protagonismo con los desaciertos del gobierno, y no con meritos propios;
El gobierno tomó conciencia de dos elementos importantes: que el acuerdo denominado “la concertación” solo era una oportunidad, para el devaluado radicalismo K, de preservar una porción de la centenaria estructura de poder que a lo largo y ancho del país aún mantiene y de que el poder no se ejerce solamente mediante el ejercicio del mismo sino mediante la persuasión y la comunicación de los actos de gobierno a la sociedad.
Ante esta situación la Presidenta Cristina Fernández demostró una gran sensatez al dejar rápidamente sin efecto la resolución 125 a la vez que decidió impulsar la gestión gubernamental cambiando algunos funcionarios del gabinete nacional responsables en gran medida del conflicto que paralizó al país durante casi cuatro meses, cual es el caso del “mentor político” de la resolución conflictiva, el ex jefe de gabinete Alberto Fernández.
Se abre así un nuevo y expectante escenario político con la asunción de un joven dirigente del justicialismo bonaerense, Sergio Massa, al frente de la administración pública nacional. Massa tiene ahora la responsabilidad de marcar el camino del cambio con la inserción de la gestión en el ámbito público, una visión estratégica del desarrollo nacional, la planificación de los recursos y la transparencia en los actos de gobierno.
La política resurgió en cuanto a la revalorización del rol de las cámaras;
El campo demostró que es un sector valorizado por la sociedad, aunque no se compartan algunas posiciones;
La oposición demostró que, lamentablemente, solo puede tener protagonismo con los desaciertos del gobierno, y no con meritos propios;
El gobierno tomó conciencia de dos elementos importantes: que el acuerdo denominado “la concertación” solo era una oportunidad, para el devaluado radicalismo K, de preservar una porción de la centenaria estructura de poder que a lo largo y ancho del país aún mantiene y de que el poder no se ejerce solamente mediante el ejercicio del mismo sino mediante la persuasión y la comunicación de los actos de gobierno a la sociedad.
Ante esta situación la Presidenta Cristina Fernández demostró una gran sensatez al dejar rápidamente sin efecto la resolución 125 a la vez que decidió impulsar la gestión gubernamental cambiando algunos funcionarios del gabinete nacional responsables en gran medida del conflicto que paralizó al país durante casi cuatro meses, cual es el caso del “mentor político” de la resolución conflictiva, el ex jefe de gabinete Alberto Fernández.
Se abre así un nuevo y expectante escenario político con la asunción de un joven dirigente del justicialismo bonaerense, Sergio Massa, al frente de la administración pública nacional. Massa tiene ahora la responsabilidad de marcar el camino del cambio con la inserción de la gestión en el ámbito público, una visión estratégica del desarrollo nacional, la planificación de los recursos y la transparencia en los actos de gobierno.
Quienes aspiramos a vivir en una Argentina mejor, en donde la dirigencia (política, empresarial y sindical) sea una ejemplo a seguir por las futuras generaciones saludamos con esperanza el nuevo rumbo adoptado por el gobierno nacional que fortaleció con sus decisiones a la democracia argentina que día a día debemos construir para lograr una Argentina justa, libre y soberana. (PUNTO CERO).
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