BUENOS AIRES, Julio 23, (PUNTO CERO) El Jefe porteño sugirió a la Presidenta Cristina Fernández, la necesidad de la autocrítica “por considerarla necesaria para recuperar el liderazgo que la sociedad le dio”. Abriéndose paso por un tortuoso camino, tras el conflicto que también salpicó a la Ciudad, Mauricio implementa su estrategia de Gobierno sobre tres ejes principales: La reconstrucción del Estado, la del tejido social y la del espacio público.
Desde el momento mismo en que la Argentina viviera la espectacular votación del Senado que se tradujo en un No al conflictivo proyecto de las Retenciones Móviles, catalogado por sectores de la oposición como una derrota para Cristina Fernández, el Ingeniero Mauricio Macri, también sorprendido por los resultados, irrumpió en la opinión pública con un discurso sugerente con enfoque positivo.
El esquema comunicativo que ha utilizado Macri, cuya mentalidad de empresario aflora a cada paso, es el que le ha permitido, por ejemplo, subrayar la “oportunidad que ahora tiene la Presidenta, de cambiar el eje y buscar alternativas para resolver el conflicto con el campo, aumentar las exportaciones y generar más riqueza. El sabe lo indispensable que ello resulta para garantizar que en el bicentenario, la Capital Federal, haya recuperado el carácter de ciudad próspera, segura, sana e integrada.
Conciliador, mediador o apaciguador, como se le quiera llamar, lo cierto es que el empresario y político que hoy está a cargo del Gobierno porteño se ha diferenciado desde su línea de centroderecha, de las expresiones que han utilizado otros opositores, tal es el caso de Francisco De Narváez, y del propio Federico Pinedo Jefe de la Bancada macrista en Diputados de la Nación, quienes no han escatimado adjetivos para referirse al fracaso legislativo y tildar al gobierno de autoritario y centralizador.
En los festejos por los 80 años del barrio de Caballito, Macri, quien ya había afirmado que el Senado alivió la tensión social del país, reclamó ahora una autocrítica a Cristina, y un giro en su política por considerar que el país “vive otro clima”.
No se ha vanagloriado de la ausencia de la Mandataria en el acto por los 14 años del atentado a la Mutual Judía de la AMIA, pero uno que otro Medio, destacó el hecho que sin dudas favorece la imagen de Macri.
A él, como a ningún Gobernador argentino, no le conviene que le vaya mal al país, ni que se repita la historia de los largos 120 días que estuvo virtualmente paralizado.
Mucho trabajo tiene el Jefe porteño y muchas metas ambiciosas que demandan un país estable: Basten citar el proyecto de la “Red Nuevas Líneas” y la prolongación de las líneas H, B y A, que significará ampliar en 48 Kilómetros la red de subterráneos durante su mandato, a lo que se suma la reparación de 15.000 baches que serán remozados junto con parques, clubes de barrio y polideportivos.
Pero el conflicto con el campo tuvo su impacto negativo en tal sentido, por el nivel de destrucción que dejaron las carpas sobre algo más de 300 metros cuadrados de veredas en la Plaza de los Dos Congresos que ahora tendrá que asumir el Gobierno local.
La recuperación del Jardín Botánico y su reciente reapertura para los visitantes es un logro incuestionable de su gestión, así también en el plano cultural, la positiva acogida a la edición de “Mis Buenos Aires Querible”, que sugiere con sentido lúdico 500 lugares para disfrutar de la ciudad, el reposicionamiento del barrio de San Telmo, como Distrito Artístico y la Fiesta de los Libros infantiles.
Pero a Macri le quedan también algunos temas pendientes por resolver, como es retomar con el gobierno nacional el tema del traspaso de la Policía, llegar a un acuerdo con los artesanos que dicen sentirse perseguidos por vender sus obras en el Microcentro, conciliar con los taxistas el tema del Carril exclusivo, fortalecer las nuevas Agencias que ha creado y encaminar una labor confiable hacia los preparativos de las elecciones comunales, pospuestas por decisión de su jefatura, para que se lleven a cabo en el 2008 junto con las legislativas de la ciudad, por solo citar algunas.
Desde el momento mismo en que la Argentina viviera la espectacular votación del Senado que se tradujo en un No al conflictivo proyecto de las Retenciones Móviles, catalogado por sectores de la oposición como una derrota para Cristina Fernández, el Ingeniero Mauricio Macri, también sorprendido por los resultados, irrumpió en la opinión pública con un discurso sugerente con enfoque positivo.
El esquema comunicativo que ha utilizado Macri, cuya mentalidad de empresario aflora a cada paso, es el que le ha permitido, por ejemplo, subrayar la “oportunidad que ahora tiene la Presidenta, de cambiar el eje y buscar alternativas para resolver el conflicto con el campo, aumentar las exportaciones y generar más riqueza. El sabe lo indispensable que ello resulta para garantizar que en el bicentenario, la Capital Federal, haya recuperado el carácter de ciudad próspera, segura, sana e integrada.
Conciliador, mediador o apaciguador, como se le quiera llamar, lo cierto es que el empresario y político que hoy está a cargo del Gobierno porteño se ha diferenciado desde su línea de centroderecha, de las expresiones que han utilizado otros opositores, tal es el caso de Francisco De Narváez, y del propio Federico Pinedo Jefe de la Bancada macrista en Diputados de la Nación, quienes no han escatimado adjetivos para referirse al fracaso legislativo y tildar al gobierno de autoritario y centralizador.
En los festejos por los 80 años del barrio de Caballito, Macri, quien ya había afirmado que el Senado alivió la tensión social del país, reclamó ahora una autocrítica a Cristina, y un giro en su política por considerar que el país “vive otro clima”.
No se ha vanagloriado de la ausencia de la Mandataria en el acto por los 14 años del atentado a la Mutual Judía de la AMIA, pero uno que otro Medio, destacó el hecho que sin dudas favorece la imagen de Macri.
A él, como a ningún Gobernador argentino, no le conviene que le vaya mal al país, ni que se repita la historia de los largos 120 días que estuvo virtualmente paralizado.
Mucho trabajo tiene el Jefe porteño y muchas metas ambiciosas que demandan un país estable: Basten citar el proyecto de la “Red Nuevas Líneas” y la prolongación de las líneas H, B y A, que significará ampliar en 48 Kilómetros la red de subterráneos durante su mandato, a lo que se suma la reparación de 15.000 baches que serán remozados junto con parques, clubes de barrio y polideportivos.
Pero el conflicto con el campo tuvo su impacto negativo en tal sentido, por el nivel de destrucción que dejaron las carpas sobre algo más de 300 metros cuadrados de veredas en la Plaza de los Dos Congresos que ahora tendrá que asumir el Gobierno local.
La recuperación del Jardín Botánico y su reciente reapertura para los visitantes es un logro incuestionable de su gestión, así también en el plano cultural, la positiva acogida a la edición de “Mis Buenos Aires Querible”, que sugiere con sentido lúdico 500 lugares para disfrutar de la ciudad, el reposicionamiento del barrio de San Telmo, como Distrito Artístico y la Fiesta de los Libros infantiles.
Pero a Macri le quedan también algunos temas pendientes por resolver, como es retomar con el gobierno nacional el tema del traspaso de la Policía, llegar a un acuerdo con los artesanos que dicen sentirse perseguidos por vender sus obras en el Microcentro, conciliar con los taxistas el tema del Carril exclusivo, fortalecer las nuevas Agencias que ha creado y encaminar una labor confiable hacia los preparativos de las elecciones comunales, pospuestas por decisión de su jefatura, para que se lleven a cabo en el 2008 junto con las legislativas de la ciudad, por solo citar algunas.
Si el país se estabiliza, como todos queremos, Macri tendría asegurado el éxito de su gestión, porque empeño e iniciativas no le faltan y eso los porteños lo saben reconocer en cada obra terminada. (PUNTO CERO).
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