martes, julio 15, 2008

Se viene el 2001. Por Gabriel Russo.

BUENOS AIRES, Julio 15, (PUNTO CERO) Inflación en alza, falta de inversión, enfriamiento de la economía, falta de autoridad, caos callejero y la oposición unida sin un líder concreto configuran la escenografia del invierno del 2008. Cristina Fernández gobierna acompañada de la soledad del poder mientras observa como las hojas del almanaque van cayendo esperando el día que abandone Olivos.
La situación económica – política es en extremo similar al 2001. En ese entonces Fernando De La Rúa no podía entender ni el programa de Marcelo Tinelli y para colmo de males no tenía un gremialismo protector. De esta manera Fernando solo esperaba en el balcón de la Rosada el gris helicóptero que lo alejó de la vida.
Hoy parte de los sindicatos apoyan al gobierno. En las últimas horas Luis Barrionuevo enojado con Moyano recortó poder al oficialismo cuando conformó con 56 gremios la Azul y Blanca, una nueva central obrera.
Claro que Luis no sería el de siempre sino diera curso a su incontinencia verbal. “La azul y blanca estará hasta el 2011 cuando se vaya Kirchner o antes”, espetó el gastronómico dejando que su inconciente se edite.
El panorama político es poco alentador. En la calle se vive igual. En la mayoría de los municipios del GBA cayó la recaudación en un 30 por ciento. La inversión es casi nula y comenzaron a cerrar comercios y medios de comunicación. Todo como consecuencia de un conflicto mal manejado. Gracias Losteau.

TODO TIENE UN FINAL
El 11 de marzo comenzó el principio del fin para el gobierno. Ese día estalló el campo y lo que en principio era un huelga más con los días terminó llevándose puesto al ministro de economía y el poder k
La escasa noción democrática en el matrimonio presidencial demoró la resolución del tema en el lugar exacto: el parlamento. En esos 100 días de tardanza la opinión pública comenzó a descreer de su gobierno y una imagen del 56 al 60 por ciento de Cristina en diciembre del 2007 llegó al 23 por ciento hace una semana.
Para cuando el tema se debatía en diputados, el campo estrechó filas, secretamente, con Eduardo Duhalde y la Iglesia. Por otro extremo y siempre funcional al caos Elisa Carriò y sus muchachos hablando de la moral y las buenas costumbres. En el medio Julio Cobos armando su defensa para que no lo destituyan.
Alfredo de Angeli había conseguido su objetivo: vaciar de poder al gobierno.
El miércoles sesionará el senado y dará o no razón a la Cámara Baja. En la previa y a pesar de la mayoría justicialista solo dos votos separan a la victoria de la derrota.
El futuro de Cristina está atado a esta ley. Una derrota será el tiro de gracia para este gobierno que todavía no comenzó.El escenario económico no es alentador. La desocupación comenzó a aumentar al igual que la inflación, la recesión y la pobreza. Todo al mismo tiempo gracias a la desconfianza popular.
El aspecto político es similar. La Iglesia, los medios de comunicación y parte del peronismo y de la CGT se integran a la oposición con lo cual el margen de movilización k es escaso. Ya el grupo D’elia, Kunkel y Moyano no basta. La esperanza que todavía maneja la gente es poder llegar a las elecciones parlamentarias del 2009, pero el proyecto Kirchner de llegar al 2019 ya quedó enterrado. Hoy piden la hora y estamos en tiempo de descuento. (PUNTO CERO).

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