En una nueva jornada del juicio por la desaparición de Marita Verón, ayer continuó con su declaración Susana Trimarco, madre de la joven, que aseguró que su hija estuvo cautiva en prostíbulos de La Rioja y denunció que uno de los imputados, “Chenga” Gómez, es padre de un hijo a raíz de una violación a la joven durante el cautiverio. El hombre negó las acusaciones y adelantó que con sus abogados van a solicitar careos. El juicio continuará el miércoles.
Susana Trimarco, madre de Marita Verón, desaparecida hace diez años en Tucumán, aseguró ayer en el juicio en el que se busca dilucidar los responsables de ese delito, que su hija estuvo cautiva en prostíbulos de La Rioja y denunció que uno de los acusados, "Chenga" Gómez, es padre de un hijo producto de la violación a la joven durante el cautiverio.
Trimarco contó la historia de Andrea, una mujer que también fue raptada y llevada a los prostíbulos de La Rioja donde vio a Marita Verón con un bebe en brazos y que se prometieron mutuamente que la primera que lograra escapar iba a avisar a la madre de la otra en donde estaba.
La madre volvió a involucrar a Ernesto Baaclini, secretario de la fiscalía de Tucumán encargado de investigar la desaparición de Marita, al juez Moreno de La Rioja y al ex gobernador de esa provincia Ángel Mazza, como cómplices que encubrieron la mafia de la trata de personas que estaba en esa provincia
El relato de Trimarco se extendió por cinco horas y contó las vivencias de mujeres, muchas de ellas menores de edad, que conoció durante la búsqueda de su hija.
"En los relatos me cuentan detalles físicos específicos, como un lunar que tenía Marita, y eso demuestra que realmente estuvieron con ella", insistió la madre de la joven desaparecida.
También señaló que a su hija y a otras mujeres "les daban cocaína para que trabajen más", y que una de las chicas, Blanca Vides, le contó que "por día pasaban 40 hombres por su cuerpo".
Además, indicó que en los prostíbulos "las hacían hacer pases, eso es tener relaciones sin recibir dinero" y que no podían darles teléfonos de amigos o familiares para que las ayuden porque "los clientes eran amigos de ellos y cuando eso sucedía las demandaban para que las castiguen".
Contó la historia de Andrea, una menor oriunda de Buenos Aires que viajó a La Pampa de vacaciones y fue secuestra junto a una amiga y llevada al prostíbulo Candy, donde fue violada por uno de los hermanos Gómez y obligada a prostituirse.
"Ella vio a Marita con un niño en brazos, me dijo que la llamaban ‘Doña’ porque el padre de su hijo era el ‘Chenga’ y que le dio algunos consejos para que hiciera lo que le pidieran porque de lo contario podían matarla, como sucedió con una brasileña", aseveró.
A raíz de la relación que entablaron, Andrea y Marita acordaron que la primera que lograra escapar se iba a comunicar con la madre de la otra para pedir ayuda.
"Andrea logró salir y fue llevada a Buenos Aires, desde donde me envió una carta. Yo viajé para hablar con ella en septiembre de 2003 y se ofreció a venir a Tucumán para contar todo lo que sabía, pero Baaclini siempre puso trabas y frenó la búsqueda de mi hija", expresó.
También narró la experiencia de otra chica que se negó a declarar ante un juez de La Rioja, una vez rescatada, porque estaba involucrado en la causa.
"Cómo voy a declarar ante el juez Moreno si yo me acostaba con él", destacó antes de contar que las chicas eran llevadas a fiestas con funcionarios y jueces donde las hacían poner en filas para que los invitados las elijan.
Al principio de su relato y tal como sucedió el miércoles, Trimarco apuntó contra Lidia Irma Medina y sus hijos José "Chenga" y Gonzalo Gómez, con los que volvió a tener fuertes cruces al punto que los jueces pidieron al primero que abandone la sala luego del cuarto intermedio.
"Chenga" Gómez, quien según Trimarco es padre de un hijo de Marita a raíz de una violación, negó las acusaciones y se defendió al hablar con los periodistas que siguen las alternativas del juicio.
"Trimarco toca todo de oído y sólo cuenta lo que le dijeron otras mujeres", sostuvo el imputado, quien negó haber violado a Marita.
"Con esta acusación va más allá de la cuenta. No pueden decir esto porque tengo cuatro hijos y no puedo permitir que ellos escuchen todas estas mentiras", afirmó Gómez.
El hijo de Lidia Medina adelantó que con sus abogados van a solicitar careos, pero aclaró: "No lo haremos con Trimarco porque ella no sabe nada. Queremos hablar cara a cara con las mujeres que nos acusan".
Trimarco no pudo completar su testimonio ya que el tribunal decidió pasar a un cuarto intermedio hasta el miércoles 22, cuando se reanude el juicio. Ese día se fijó porque el martes es feriado y está previsto que no hayan audiencias ni lunes ni viernes.
Una vez que Trimarco complete su declaración se permitirá a los abogados de los imputados formular preguntas y luego seguirán los testimonios de los otros testigos.
El abogado de la querella, Carlos Hugo Varela Álvarez, resaltó que "esta es una etapa importante del juicio porque Trimarco, a través del relato de las testigos, pudo acreditar que sin dudas Marita estuvo en La Rioja, en la casa de Lidia Medina".
"Lo que se está tratando de establecer es que había un modus operandi y que estamos en presencia de una red de prostitución", agregó el letrado.
Según Varela Álvarez, el testimonio de Trimarco "demuestra como la movieron a Marita Verón de un lugar a otro con la complicidad de la Policía y de un juez de la Rioja, además del silencio cómplice del gobierno de esa provincia, en el caso del ex gobernador (Ángel) Mazza". (Inforegión).
Susana Trimarco, madre de Marita Verón, desaparecida hace diez años en Tucumán, aseguró ayer en el juicio en el que se busca dilucidar los responsables de ese delito, que su hija estuvo cautiva en prostíbulos de La Rioja y denunció que uno de los acusados, "Chenga" Gómez, es padre de un hijo producto de la violación a la joven durante el cautiverio.
Trimarco contó la historia de Andrea, una mujer que también fue raptada y llevada a los prostíbulos de La Rioja donde vio a Marita Verón con un bebe en brazos y que se prometieron mutuamente que la primera que lograra escapar iba a avisar a la madre de la otra en donde estaba.
La madre volvió a involucrar a Ernesto Baaclini, secretario de la fiscalía de Tucumán encargado de investigar la desaparición de Marita, al juez Moreno de La Rioja y al ex gobernador de esa provincia Ángel Mazza, como cómplices que encubrieron la mafia de la trata de personas que estaba en esa provincia
El relato de Trimarco se extendió por cinco horas y contó las vivencias de mujeres, muchas de ellas menores de edad, que conoció durante la búsqueda de su hija.
"En los relatos me cuentan detalles físicos específicos, como un lunar que tenía Marita, y eso demuestra que realmente estuvieron con ella", insistió la madre de la joven desaparecida.
También señaló que a su hija y a otras mujeres "les daban cocaína para que trabajen más", y que una de las chicas, Blanca Vides, le contó que "por día pasaban 40 hombres por su cuerpo".
Además, indicó que en los prostíbulos "las hacían hacer pases, eso es tener relaciones sin recibir dinero" y que no podían darles teléfonos de amigos o familiares para que las ayuden porque "los clientes eran amigos de ellos y cuando eso sucedía las demandaban para que las castiguen".
Contó la historia de Andrea, una menor oriunda de Buenos Aires que viajó a La Pampa de vacaciones y fue secuestra junto a una amiga y llevada al prostíbulo Candy, donde fue violada por uno de los hermanos Gómez y obligada a prostituirse.
"Ella vio a Marita con un niño en brazos, me dijo que la llamaban ‘Doña’ porque el padre de su hijo era el ‘Chenga’ y que le dio algunos consejos para que hiciera lo que le pidieran porque de lo contario podían matarla, como sucedió con una brasileña", aseveró.
A raíz de la relación que entablaron, Andrea y Marita acordaron que la primera que lograra escapar se iba a comunicar con la madre de la otra para pedir ayuda.
"Andrea logró salir y fue llevada a Buenos Aires, desde donde me envió una carta. Yo viajé para hablar con ella en septiembre de 2003 y se ofreció a venir a Tucumán para contar todo lo que sabía, pero Baaclini siempre puso trabas y frenó la búsqueda de mi hija", expresó.
También narró la experiencia de otra chica que se negó a declarar ante un juez de La Rioja, una vez rescatada, porque estaba involucrado en la causa.
"Cómo voy a declarar ante el juez Moreno si yo me acostaba con él", destacó antes de contar que las chicas eran llevadas a fiestas con funcionarios y jueces donde las hacían poner en filas para que los invitados las elijan.
Al principio de su relato y tal como sucedió el miércoles, Trimarco apuntó contra Lidia Irma Medina y sus hijos José "Chenga" y Gonzalo Gómez, con los que volvió a tener fuertes cruces al punto que los jueces pidieron al primero que abandone la sala luego del cuarto intermedio.
"Chenga" Gómez, quien según Trimarco es padre de un hijo de Marita a raíz de una violación, negó las acusaciones y se defendió al hablar con los periodistas que siguen las alternativas del juicio.
"Trimarco toca todo de oído y sólo cuenta lo que le dijeron otras mujeres", sostuvo el imputado, quien negó haber violado a Marita.
"Con esta acusación va más allá de la cuenta. No pueden decir esto porque tengo cuatro hijos y no puedo permitir que ellos escuchen todas estas mentiras", afirmó Gómez.
El hijo de Lidia Medina adelantó que con sus abogados van a solicitar careos, pero aclaró: "No lo haremos con Trimarco porque ella no sabe nada. Queremos hablar cara a cara con las mujeres que nos acusan".
Trimarco no pudo completar su testimonio ya que el tribunal decidió pasar a un cuarto intermedio hasta el miércoles 22, cuando se reanude el juicio. Ese día se fijó porque el martes es feriado y está previsto que no hayan audiencias ni lunes ni viernes.
Una vez que Trimarco complete su declaración se permitirá a los abogados de los imputados formular preguntas y luego seguirán los testimonios de los otros testigos.
El abogado de la querella, Carlos Hugo Varela Álvarez, resaltó que "esta es una etapa importante del juicio porque Trimarco, a través del relato de las testigos, pudo acreditar que sin dudas Marita estuvo en La Rioja, en la casa de Lidia Medina".
"Lo que se está tratando de establecer es que había un modus operandi y que estamos en presencia de una red de prostitución", agregó el letrado.
Según Varela Álvarez, el testimonio de Trimarco "demuestra como la movieron a Marita Verón de un lugar a otro con la complicidad de la Policía y de un juez de la Rioja, además del silencio cómplice del gobierno de esa provincia, en el caso del ex gobernador (Ángel) Mazza". (Inforegión).
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