Con motivo de la presentación del disco “La Moda 1838”, la Municipalidad de San Isidro, a través de su Dirección General de Cultura, organiza un concierto de pianoforte.
Con entrada libre y gratuita, el recital se llevará a cabo el próximo sábado 30, a las 16, en las instalaciones del Museo Histórico Municipal “Brigadier General Juan Martín de Pueyrredon”, sito en Rivera Indarte 48, Acassuso.
El espectáculo estará a cargo del pianista José Luis Juri, quien ejecutará algunas de las piezas musicales -que grabó con el pianoforte- que se publicaron junto a los 23 números que se editaron de “La Moda”, gacetín semanal de Música, de Poesía, de Literatura, de Costumbres”. El músico será secundado por el actor Edgardo Nieva. “Reglas de urbanidad para una visita” y “El carnaval”, de Juan Bautista Alberdi; y “Ventaja de las feas”, son algunos de los textos seleccionados que fueron editados en la referida publicación que leerá Nieva y que también fueron grabados por el sonidista que masterizó la obra.
“La Moda” se publicó entre noviembre de 1937 y abril de 1838. Entre sus redactores se destacan jóvenes intelectuales de la denominada Generación del 37, tales como Gutiérrez y Alberdi, quien también fue músico de las obras que se interpretarán el 30.
Editado por el sello Tradition, la música del disco fue “destinada a ser interpretada por músicos no profesionales en las tertulias y salones de la época, lugares de esparcimiento e intercambio de ideas, y los artículos cuyos textos figuran en el librito que acompaña el disco, contituyen una auténtica ventana que nos permite asomarnos a las costumbres y al arte que existía en la époa fundacional de la Argentina”.
José Luis Juri
El eximio pianista nació en Buenos Aires, inició sus estudios musicales a la edad de 4 años con Irene Saralegui, prosiguiéndolos más tarde con Elsa Berner y en el conservatorio municipal “Manuel de Falla”. Muy joven se radicó en Italia, donde participó en los cursos de la Accademia Chigiana di Siena, con los maestros Rudolf Buchbinder y Paul Badura-Skoda. Finalmente cursó estudios en Suiza con Edith Fischer, durante cuatro años.
En la actualidad reside en desarrolla su actividad concertística en Italia, España, Suiza, Francia, México, Cuba, Brasil, Uruguay y Argentina, tanto en recitales como en grupos camarísticos o como solista con orquesta. Se presentó en el Festival de Blonay (Suiza), Festival Cervantino (México), Festival de Chiavari (Italia), Festival Llao-Llao (Argentina), Gran Teatro de La Habana (Cuba), Memorial de América Latina (San Pablo-Brasil ), Ridotto del Teatro Alla Scala di Milano (Italia), Radio de la Suisse Romande (Suiza) y Teatro de las Bellas Artes (México), entre otros.
En nuestro país actuó para el Mozarteum argentino, Teatro Colón, Teatro Argentino de La Plata, Ciclos Banco Nación, Ars Nobilis y los más importantes teatros del interior del país.
Desde 2008 es director musical del Festival de Música Clásica en San Isidro, “El camino del Santo”. En 2006 recibió del gobierno italiano, la condecoración de Cavaliere de la Orden al mérito de la República Italiana. Desempeña asimismo, una amplia labor docente.
Edgardo Nieva
Dueño de una vasta experiencia actoral dramática que cultivó en el teatro local –donde actuó en más de 20 obras-, debutó en la pantalla grande en “Gatica, el mono”. Asimismo, colaboró en otros largometrajes y actualmente trabaja en su próximo proyecto que tiene que ver con temas históricos argentinos. También ha participado en varios programas y ciclos de la televisión local. Instituciones del cine del país y del exterior lo han distinguido.
El pianoforte y la colección del Museo Pueyrredon
El Museo Pueyrredon se inauguró en septiembre de 1944; el presbítero Francisco C. Actis fue su primer director. La colección del Museo se fue formando desde entonces gracias a las donaciones y adquisiciones que se fueron sucediendo.
Las piezas que componen este patrimonio pertenecen al siglo XIX y se centran en los periodos en que Juan Martín de Pueyrredon (1776-1850) y su hijo Prilidiano Pueyrredon (1823-1870), propietarios de la casa, desarrollan sus actividades.
Merecen destacarse los catorce retratos al óleo de Prilidiano Pueyrredon, como también retratos de pintores extranjeros que forman parte del periodo más primigenio de nuestra historia del arte.
La colección de tallas e imágenes de vestir del siglo XVIII y XIX también guarda un valor patrimonial importante; algunas de ellas fueron producidas en el Alto Perú y en las misiones jesuíticas y franciscanas del litoral de nuestro país.
Se suman a estos grupos una serie considerable de muebles y objetos, entre ellos este pianoforte, que nos hablan de la evolución del gusto y de las prácticas burguesas, y objetos que nos cuentan la vida del trabajo en la propiedad.
Completan la colección objetos y documentos que se refieren principalmente a la figura de Juan Martín de Pueyrredon y su familia.
Valor patrimonial del pianoforte
Recientemente restaurado, el pianoforte representa el típico instrumento cuadrangular y fue construido en 1820 por la empresa inglesa Gunther & Horwood, Piano Makers.
Este tipo de square piano ocupó un lugar central en las prácticas sociales y culturales del siglo XIX. Sin los medios de reproducción fonográfica que poseemos en la actualidad, estos instrumentos solían ser centrales en la articulación familiar y social.
Los square pianos eran muy comunes en los hogares, por su precio accesible y pequeño tamaño. En todas las familias se alentaba el estudio y la práctica de instrumentos, principalmente del piano, ya que era la base funcional para que en la casa hubiese música. Mejor o peor tocada, todos festejaban que alguien se animara y dedicara parte de su tiempo a aprenderla y compartirla con los demás.
Por lo tanto, cada square piano tuvo un importante protagonismo en la vida de la familia que lo poseyó. En el caso de los inmigrantes, sirvió para mantener viva las culturas de sus grupos étnicos y de sus colectividades, a través de su música y sus canciones ancestrales.
Hoy podemos volver a la vida estos instrumentos para que, en manos de artistas como el Maestro José Luis Juri, se conviertan en una nave que nos permita viajar en el tiempo y recrear la atmósfera, la sonoridad y la música del siglo XIX.
Con entrada libre y gratuita, el recital se llevará a cabo el próximo sábado 30, a las 16, en las instalaciones del Museo Histórico Municipal “Brigadier General Juan Martín de Pueyrredon”, sito en Rivera Indarte 48, Acassuso.
El espectáculo estará a cargo del pianista José Luis Juri, quien ejecutará algunas de las piezas musicales -que grabó con el pianoforte- que se publicaron junto a los 23 números que se editaron de “La Moda”, gacetín semanal de Música, de Poesía, de Literatura, de Costumbres”. El músico será secundado por el actor Edgardo Nieva. “Reglas de urbanidad para una visita” y “El carnaval”, de Juan Bautista Alberdi; y “Ventaja de las feas”, son algunos de los textos seleccionados que fueron editados en la referida publicación que leerá Nieva y que también fueron grabados por el sonidista que masterizó la obra.
“La Moda” se publicó entre noviembre de 1937 y abril de 1838. Entre sus redactores se destacan jóvenes intelectuales de la denominada Generación del 37, tales como Gutiérrez y Alberdi, quien también fue músico de las obras que se interpretarán el 30.
Editado por el sello Tradition, la música del disco fue “destinada a ser interpretada por músicos no profesionales en las tertulias y salones de la época, lugares de esparcimiento e intercambio de ideas, y los artículos cuyos textos figuran en el librito que acompaña el disco, contituyen una auténtica ventana que nos permite asomarnos a las costumbres y al arte que existía en la époa fundacional de la Argentina”.
José Luis Juri
El eximio pianista nació en Buenos Aires, inició sus estudios musicales a la edad de 4 años con Irene Saralegui, prosiguiéndolos más tarde con Elsa Berner y en el conservatorio municipal “Manuel de Falla”. Muy joven se radicó en Italia, donde participó en los cursos de la Accademia Chigiana di Siena, con los maestros Rudolf Buchbinder y Paul Badura-Skoda. Finalmente cursó estudios en Suiza con Edith Fischer, durante cuatro años.
En la actualidad reside en desarrolla su actividad concertística en Italia, España, Suiza, Francia, México, Cuba, Brasil, Uruguay y Argentina, tanto en recitales como en grupos camarísticos o como solista con orquesta. Se presentó en el Festival de Blonay (Suiza), Festival Cervantino (México), Festival de Chiavari (Italia), Festival Llao-Llao (Argentina), Gran Teatro de La Habana (Cuba), Memorial de América Latina (San Pablo-Brasil ), Ridotto del Teatro Alla Scala di Milano (Italia), Radio de la Suisse Romande (Suiza) y Teatro de las Bellas Artes (México), entre otros.
En nuestro país actuó para el Mozarteum argentino, Teatro Colón, Teatro Argentino de La Plata, Ciclos Banco Nación, Ars Nobilis y los más importantes teatros del interior del país.
Desde 2008 es director musical del Festival de Música Clásica en San Isidro, “El camino del Santo”. En 2006 recibió del gobierno italiano, la condecoración de Cavaliere de la Orden al mérito de la República Italiana. Desempeña asimismo, una amplia labor docente.
Edgardo Nieva
Dueño de una vasta experiencia actoral dramática que cultivó en el teatro local –donde actuó en más de 20 obras-, debutó en la pantalla grande en “Gatica, el mono”. Asimismo, colaboró en otros largometrajes y actualmente trabaja en su próximo proyecto que tiene que ver con temas históricos argentinos. También ha participado en varios programas y ciclos de la televisión local. Instituciones del cine del país y del exterior lo han distinguido.
El pianoforte y la colección del Museo Pueyrredon
El Museo Pueyrredon se inauguró en septiembre de 1944; el presbítero Francisco C. Actis fue su primer director. La colección del Museo se fue formando desde entonces gracias a las donaciones y adquisiciones que se fueron sucediendo.
Las piezas que componen este patrimonio pertenecen al siglo XIX y se centran en los periodos en que Juan Martín de Pueyrredon (1776-1850) y su hijo Prilidiano Pueyrredon (1823-1870), propietarios de la casa, desarrollan sus actividades.
Merecen destacarse los catorce retratos al óleo de Prilidiano Pueyrredon, como también retratos de pintores extranjeros que forman parte del periodo más primigenio de nuestra historia del arte.
La colección de tallas e imágenes de vestir del siglo XVIII y XIX también guarda un valor patrimonial importante; algunas de ellas fueron producidas en el Alto Perú y en las misiones jesuíticas y franciscanas del litoral de nuestro país.
Se suman a estos grupos una serie considerable de muebles y objetos, entre ellos este pianoforte, que nos hablan de la evolución del gusto y de las prácticas burguesas, y objetos que nos cuentan la vida del trabajo en la propiedad.
Completan la colección objetos y documentos que se refieren principalmente a la figura de Juan Martín de Pueyrredon y su familia.
Valor patrimonial del pianoforte
Recientemente restaurado, el pianoforte representa el típico instrumento cuadrangular y fue construido en 1820 por la empresa inglesa Gunther & Horwood, Piano Makers.
Este tipo de square piano ocupó un lugar central en las prácticas sociales y culturales del siglo XIX. Sin los medios de reproducción fonográfica que poseemos en la actualidad, estos instrumentos solían ser centrales en la articulación familiar y social.
Los square pianos eran muy comunes en los hogares, por su precio accesible y pequeño tamaño. En todas las familias se alentaba el estudio y la práctica de instrumentos, principalmente del piano, ya que era la base funcional para que en la casa hubiese música. Mejor o peor tocada, todos festejaban que alguien se animara y dedicara parte de su tiempo a aprenderla y compartirla con los demás.
Por lo tanto, cada square piano tuvo un importante protagonismo en la vida de la familia que lo poseyó. En el caso de los inmigrantes, sirvió para mantener viva las culturas de sus grupos étnicos y de sus colectividades, a través de su música y sus canciones ancestrales.
Hoy podemos volver a la vida estos instrumentos para que, en manos de artistas como el Maestro José Luis Juri, se conviertan en una nave que nos permita viajar en el tiempo y recrear la atmósfera, la sonoridad y la música del siglo XIX.
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