La obesidad y la diabetes gestacional están íntimamente relacionadas en pacientes obesas embarazadas que además con más proclives a partos prematuros, abortos espontáneos, y presentan mayor riesgo de hipertensión arterial, preeclampsia, e insuficiencia renal y hepática, informó la doctora María Cristina Faingold, médica especialista en endocrinología, durante la última jornada del XVIII Congreso Argentino de Nutrición.
Faingold recordó que según la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud más del 50% de las mujeres de entre 18 y 42 años, o sea en edad reproductiva, tienen sobrepeso y un tercio de ellas presentan obesidad.
Además resaltó que las embarazadas con obesidad tienden a tener mayores complicaciones en el parto, como trombosis venosa profunda, tromboembolismo pulmonar, hemorragias post parto, infecciones urinarias, incontinencia y depresión post parto.
“También la tasa de partos por cesárea es mayor que en las mujeres delgadas (14.3% en delgadas y 46.2% en obesas), al igual que la tasa de complicaciones post quirúrgicas por la presencia de infecciones, sangrados, dificultad de cicatrización y riesgo de eventraciones, sumada a las dificultades en la aplicación de la anestesia”, señaló la profesional.
“La obesidad materna –dijo- expone al feto a complicaciones tales como, muerte fetal, parto prematuro, y aumenta el riesgo de malformaciones congénitas. Pero sin lugar a dudas, lo que más nos interesa es el aumento de insulinorresistencia que se ha visto en los hijos de madres obesas. La obesidad materna implica riesgo metabólico en el feto”.
Finalmente, resaltó que con la prevención de la obesidad materna “se evitaría el riesgo de que los hijos e hijas padezcan enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión”.
Faingold recordó que según la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud más del 50% de las mujeres de entre 18 y 42 años, o sea en edad reproductiva, tienen sobrepeso y un tercio de ellas presentan obesidad.
Además resaltó que las embarazadas con obesidad tienden a tener mayores complicaciones en el parto, como trombosis venosa profunda, tromboembolismo pulmonar, hemorragias post parto, infecciones urinarias, incontinencia y depresión post parto.
“También la tasa de partos por cesárea es mayor que en las mujeres delgadas (14.3% en delgadas y 46.2% en obesas), al igual que la tasa de complicaciones post quirúrgicas por la presencia de infecciones, sangrados, dificultad de cicatrización y riesgo de eventraciones, sumada a las dificultades en la aplicación de la anestesia”, señaló la profesional.
“La obesidad materna –dijo- expone al feto a complicaciones tales como, muerte fetal, parto prematuro, y aumenta el riesgo de malformaciones congénitas. Pero sin lugar a dudas, lo que más nos interesa es el aumento de insulinorresistencia que se ha visto en los hijos de madres obesas. La obesidad materna implica riesgo metabólico en el feto”.
Finalmente, resaltó que con la prevención de la obesidad materna “se evitaría el riesgo de que los hijos e hijas padezcan enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión”.
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