El ex presidente reaccionó ante la idea de Ricardo Alfonsín y Elisa Carrió de dar por perdida la presidencial y pedir el voto para sus listas de legisladores. Sobre el filo de la noche Duhalde percibió el riesgo de esta jugada, que podría disparar el voto a Cristina a porcentajes aún más altos y posicionar a Binner como gran opositor.
Eduardo Duhalde fue el primero en darse cuenta del enorme disparate que entrañaba la idea de Ricardo Alfonsín y Elisa Carrió, que él inicialmente pareció apoyar, de “convertir” la elección presidencial de octubre en una parlamentaria. Fue la que insinuaron estos candidatos en las últimas horas, seguramente desde la depresión del mazazo recibido en las primarias.
Tanto Alfonsín como Carrió pidieron concentrar los esfuerzos en reclamar votos para sus listas de diputados, con el módico objetivo de evitar que el kirchnerismo consiga mayoría propia en la cámara baja.
Este default de sus candidaturas presidenciables abre riesgos aún más graves para la deteriorada oposición. Es que ante la abdicación de su propio proyecto presidencial, la gente bien podría tomarles el consejo al pie de la letra y cortar boleta por quienes demuestran interés en mantener sus candidaturas, Cristina Kirchner, Hermes Binner y Alberto Rodríguez Saá.
Duhalde, con más reflejos que los otros candidatos opositores, convocó esta noche de urgencia a una conferencia de prensa para anunciar lo que en otro contexto sería una obviedad: su intención de disputar a fondo las presidenciales de octubre.
"Quiero enfatizar y que no queden dudas: voy por la segunda vuelta. Voy a representar a más de la mitad de los argentinos que no está de acuerdo con el Gobierno. Voy a competir, es un compromiso ético", afirmó.
Duhalde habló menos de cinco minutos en la sede del Movimiento Productivo Argentino en el barrio del Congreso, junto a sus candidatos Eduardo Amadeo, Claudia Rucci, Graciela Camaño, Carlos Ruckauf, Carlos Brown y Martín Redrado, pero sin la presencia del compañero de fórmula Mario Das Neves, que se fue a Rawson, Chubut.
Duhalde se vio forzado a explicitar su cambio de rumbo, luego de una extensa reunión con los suyos en la que seguramente hubo pases de facturas cruzados.
Es que por la mañana y a tono con el discurso demoralizante de Carrió y Alfonsín, había afirmado en una entrevista por radio 10 que "el radicalismo y nosotros hicimos una elección muy pobre. Si se da este resultado, con una diferencia de más de 35 puntos, ya no hay doble vuelta. No sé si esta situación se revertirá en octubre, yo no sé... “.
Esta noche, el volantazo quedó muy claro ante una frase de la diputada Graciela Camaño, una de las dirigentes más valiosas que acompañan a Duhalde: "La del 23 de octubre no es una elección parlamentaria nacional, es una elección por cargos Ejecutivos y nosotros vamos a trabajar para eso".
Eduardo Duhalde fue el primero en darse cuenta del enorme disparate que entrañaba la idea de Ricardo Alfonsín y Elisa Carrió, que él inicialmente pareció apoyar, de “convertir” la elección presidencial de octubre en una parlamentaria. Fue la que insinuaron estos candidatos en las últimas horas, seguramente desde la depresión del mazazo recibido en las primarias.
Tanto Alfonsín como Carrió pidieron concentrar los esfuerzos en reclamar votos para sus listas de diputados, con el módico objetivo de evitar que el kirchnerismo consiga mayoría propia en la cámara baja.
Este default de sus candidaturas presidenciables abre riesgos aún más graves para la deteriorada oposición. Es que ante la abdicación de su propio proyecto presidencial, la gente bien podría tomarles el consejo al pie de la letra y cortar boleta por quienes demuestran interés en mantener sus candidaturas, Cristina Kirchner, Hermes Binner y Alberto Rodríguez Saá.
Duhalde, con más reflejos que los otros candidatos opositores, convocó esta noche de urgencia a una conferencia de prensa para anunciar lo que en otro contexto sería una obviedad: su intención de disputar a fondo las presidenciales de octubre.
"Quiero enfatizar y que no queden dudas: voy por la segunda vuelta. Voy a representar a más de la mitad de los argentinos que no está de acuerdo con el Gobierno. Voy a competir, es un compromiso ético", afirmó.
Duhalde habló menos de cinco minutos en la sede del Movimiento Productivo Argentino en el barrio del Congreso, junto a sus candidatos Eduardo Amadeo, Claudia Rucci, Graciela Camaño, Carlos Ruckauf, Carlos Brown y Martín Redrado, pero sin la presencia del compañero de fórmula Mario Das Neves, que se fue a Rawson, Chubut.
Duhalde se vio forzado a explicitar su cambio de rumbo, luego de una extensa reunión con los suyos en la que seguramente hubo pases de facturas cruzados.
Es que por la mañana y a tono con el discurso demoralizante de Carrió y Alfonsín, había afirmado en una entrevista por radio 10 que "el radicalismo y nosotros hicimos una elección muy pobre. Si se da este resultado, con una diferencia de más de 35 puntos, ya no hay doble vuelta. No sé si esta situación se revertirá en octubre, yo no sé... “.
Esta noche, el volantazo quedó muy claro ante una frase de la diputada Graciela Camaño, una de las dirigentes más valiosas que acompañan a Duhalde: "La del 23 de octubre no es una elección parlamentaria nacional, es una elección por cargos Ejecutivos y nosotros vamos a trabajar para eso".
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