miércoles, agosto 17, 2011

"Una nueva mayoría kirchnerista en el Congreso puede lanzar el proyecto de reforma constitucional"

En una entrevista con LPO, el analista político Marcos Novaro cosideró que de repetirse el resultado de las primarias, el oficialismo podría aprovechar una mayoría "homogénea y consolidada" en el Congreso para lanzar una reforma constitucional. "La idea de un sistema parlamentarista que recorte el poder del Ejecutivo sería la cobertura perfecta. ¿Qué podría decir gran parte de la oposición, que viene pidiendo más parlamentarismo?", opinó.

Luego de la realización -por primera vez en la historia- de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, que dejaron un arrasador triunfo de Cristina Kirchner, la oposición debió cambiar su estrategia de cara a las nacionales. En las últimas horas, varios dirigentes del arco opositor salieron a plantear que los comicios de octubre deben ser vistos como elecciones parlamentarias. Un giro llamativo, pero que manifiesta la preocupación frente a la posibilidad de que el Gobierno recupere la mayoría en el Congreso Nacional. Estos y otros temas analizó el socióligo Marcos Novaro, en diálogo con La Política Online.


En términos institucionales, ¿qué implicaría una victoria tan rotunda de la Presidenta sobre la oposición?

Por suerte para la oposición, todavía no hay ningún impacto institucional de la victoria del oficialismo en las primarias. Pero si el resultado del domingo se traslada a los comicios de octubre sin dudas veremos un Congreso bajo dominio del kirchnerismo. Más allá de que hay que analizar una ingeniería muy compleja para ver cuántos legisladores finalmente conseguirán, no sólo tendrían -o quedarían a las puertas de tener- una mayoría sino que ahora sí gozarían de un bloque más homogéneo y consolidado. No hay que olvidarse que la mayoría que consiguieron durante los primeros años era débil, muy heterogénea. Eso se vio claramente en la disputa con el campo, durante el tratamiento de la Resolución 125. En ese momento, contaban con representantes de un peronismo más federal. Ahora es más centralizado, más alineado, más concentrado. Por eso, si se repiten los números, y no se produce un corte de boleta, la mayoría kirchnerista puede ser más fuerte.

Y se encontraría con una oposición debilitada.

Exactamente. Con el agregado de que va a tener una oposición mucho más débil y más fragmentaria. La UCR va camino a debilitarse. Ellos habían hecho una buena elección gracias a Lavagna en 2007. Pero lo más probable que eso no se repita. Con la Coalición Cívica sucede lo mismo. Y esos dos partidos fueron un poco la base de la oposición más dura en el Congreso. El único que podría crecer es el Frente Progresista, con el socialismo al frente.

El Partido Socialista acompañó al oficialismo en la sanción de algunas leyes importantes, como la Ley de Medios. Aunque no es un aliado, tampoco forma parte de ese núcleo duro opositor, ¿no?

No. Pero habrá que ver cómo reaccionan frente a un kirchnerismo exaltado o ambicioso. Esa reacción puede ser planteada como una incógnica, en parte por haber sido aliados en la sanción de algunos proyecto, pero sobre todo por haber votado la Ley de Medios, que les generó muchas discusiones internas. Hubo un debate acalorado entre los propios socialistas. Esa experiencia es bastante dificil de digerir. Por eso habrá que ver qué hacen frente a nuevas iniciativas de ese tipo. Tras las primarias, por ejemplo, ya se observa que quieren volver a la carga por el artículo frenado por la Justicia.

¿La conformación de una nueva mayoría kirchnerista puede repercutir, también, en el lanzamiento de una reforma constitución para buscar un tercer período?

Por supuesto. La Presidenta rechazó la posibilidad de buscar una reforma constitucional, preguntando a quién se lo podía ocurrir tal cosa, si ni siquiera había logrado aprobar el presupuesto en el Congreso. Sus palabras fueron autoincrimanatorias. Como si hubiese dicho: "Estoy tratando de hacerlo, sólo que no tengo los números". Se sabe que ha habido conversaciones sobre este tema con el radicalismo. Con una nueva mayoría, eventualmente pueden lanzarla. La idea de un sistema parlamentarista que recorte el poder del Poder Ejecutivo sería la cobertura perfecta para lanzar este proyecto. ¿Qué podría decir gran parte de la oposición, que viene pidiendo más parlamentarismo?

¿La UCR no saldría perjudicada?

Hay una tesis balbinista, muy cuestionada, que busca recrear una convivencia con el justicialismo y tratar de rescatar a la UCR al menos como oposición. Quizás cierto sector del radicalismo esté buscando ir en ese sentido. Por eso, si pierden posiciones electorales, no tiene de dónde agarrarse que de un nuevo diseño que le de un poco de representación.

Casualmente, varios dirigentes del arco opositor -entre ellos Ricardo Alfonsín- ya hablan de convertir a los comicios de octubre en una suerte de elecciones legislativas. ¿No es un planteo que atenta contra la propia oposición a la Presidenta?

En principio, la votación simultánea de legisladores y presidente puede ser un problema. No siempre hubo acompañamiento fiel de los votantes a las listas de diputados del candidato a jefe de Estado. No pasó con Raúl Alfonsín en 1983, por ejemplo. Él sacó más votos que sus listas, y eso explica en gran parte alguno de los problemas que tuvo luego para gobernar. Pero eso no parece que vaya a suceder octubre. Hay que entender el razonamiento de Alfonsin y Duhalde. Que quedaron muy devaluados. No con la gravedad de Carrió. Pero frente a un resultado pobre, dicen: "No me consideren a mí, consideren que hace falta mantener una oposición al menos en el Congreso".

Pero sin un contrapeso de Cristina, ¿no se podría generar el efecto contrario? ¿No podría ser aún más amplio el triunfo de la Presidenta y, por tanto, arrastrar más votos hacia las listas de diputados kirchneristas?

En verdad es dificil saberlo. Podría suceder que frente a esa ausencia, si aparece un candidato que realmente insista con su campaña, que confronte con Cristina Kirchner, muestra su programa, sus proyectos, pueda crecer. Ese lugar lo podría ocupar Hermes Binner, por ejemplo, que no está en retroceso sino en crecimiento. En ese caso, la propuesta de Alfonsin podría ser contraproducente. Pero insisto: es difícil de saber. Porque insistir tercamente con candidaturas presidenciales cuando quedaron tan lejos de la pelea también puede sonar hasta ridículo y repercutir negativamente. Hay que comprender que tanto Duhalde como Alfonsín están tomando decisiones en la desesperación. Tiene que elegir entre lo malo y lo pésimo. Cómo lideres han quedado muy devaluados. Tienen que tratar de mantener algo de sus respectivos barcos. Y la defensa de las bancas implican eso.

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