BAHIA BLANCA, Noviembre 05, (PUNTO CERO) El Instituto de Obra Médico Asistencial de la provincia de Buenos Aires, autorizó –casi sin demoras- a un paciente de Bahía Blanca de 62 años de edad, la colocación de un corazón artificial, cuyo alquiler asciende a 110 mil pesos.
Carlos estaba aparentemente sano, cuando repentinamente sufrió un infarto de corazón. Para su supervivencia, necesitaba con urgencia la colocación de un sistema de asistencia ventricular de sangre, más conocido como “corazón artificial”, esta operación es sumamente compleja y costosa.
Tras el infarto fue internado en el Hospital Privado del Sur de Bahía Blanca, de donde es oriundo el paciente, los médicos realizaron todos los intentos de recuperación, sin embargo este continuó en estado de shock.
Según el diagnóstico, debía realizarse una cirugía de by pass, pero su cuadro hemodinámico indicaba que no podría ser liberado de la bomba de circulación extracorpórea que le habían colocado para mantenerlo con vida.
Ante este cuadro, la mejor y casi única alternativa era la colocación de un sistema de asistencia ventricular de sangre (también llamado corazón artificial).
Debido al alto costo del alquiler de este aparato -que asciende a $ 110 mil- sus familiares solicitaron la autorización a IOMA, la obra social provincial, donde fue aprobado inmediatamente y el paciente pudo realizarse la cirugía. Hoy Carlos evoluciona favorablemente.
El “corazón artificial”
Este tipo de equipamiento debido a su alto costo, se alquila. El paciente lo utiliza y luego lo retorna a la casa proveedora. No es común que se solicite ya que se indica en pacientes con alta gravedad, los cuales en su mayoría están en lista de emergencia de transplante.
El corazón artificial extracorpóreo es conectado al paciente a través de tubos que se insertan en el sistema circulatorio.
La función es asistir al corazón enfermo hasta su recuperación, pero sólo puede utilizarse hasta un año. En caso de que no se evidencien mejoras, se le quita el sistema y el paciente debe realizarse el transplante.
El dispositivo, es una bomba que ayuda al corazón que está fallando a suministrar sangre al resto del cuerpo.
Carlos estaba aparentemente sano, cuando repentinamente sufrió un infarto de corazón. Para su supervivencia, necesitaba con urgencia la colocación de un sistema de asistencia ventricular de sangre, más conocido como “corazón artificial”, esta operación es sumamente compleja y costosa.
Tras el infarto fue internado en el Hospital Privado del Sur de Bahía Blanca, de donde es oriundo el paciente, los médicos realizaron todos los intentos de recuperación, sin embargo este continuó en estado de shock.
Según el diagnóstico, debía realizarse una cirugía de by pass, pero su cuadro hemodinámico indicaba que no podría ser liberado de la bomba de circulación extracorpórea que le habían colocado para mantenerlo con vida.
Ante este cuadro, la mejor y casi única alternativa era la colocación de un sistema de asistencia ventricular de sangre (también llamado corazón artificial).
Debido al alto costo del alquiler de este aparato -que asciende a $ 110 mil- sus familiares solicitaron la autorización a IOMA, la obra social provincial, donde fue aprobado inmediatamente y el paciente pudo realizarse la cirugía. Hoy Carlos evoluciona favorablemente.
El “corazón artificial”
Este tipo de equipamiento debido a su alto costo, se alquila. El paciente lo utiliza y luego lo retorna a la casa proveedora. No es común que se solicite ya que se indica en pacientes con alta gravedad, los cuales en su mayoría están en lista de emergencia de transplante.
El corazón artificial extracorpóreo es conectado al paciente a través de tubos que se insertan en el sistema circulatorio.
La función es asistir al corazón enfermo hasta su recuperación, pero sólo puede utilizarse hasta un año. En caso de que no se evidencien mejoras, se le quita el sistema y el paciente debe realizarse el transplante.
El dispositivo, es una bomba que ayuda al corazón que está fallando a suministrar sangre al resto del cuerpo.
Generalmente es una solución a corto plazo y se utiliza con mayor frecuencia si el corazón está débil, debido a una cirugía cardíaca reciente o si la persona está esperando que le implanten una bomba más permanente. (PUNTO CERO).
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