La frase ayer resonó fuerte en el Palacio Municipal, cuando el intendente al abandonar su despacho se dirigió a la prensa reunida en el lugar.
La frase ayer resonó fuerte en el Palacio Municipal, cuando el intendente al abandonar su despacho se dirigió a la prensa reunida en el lugar.
La frase ayer resonó fuerte en el Palacio Municipal, cuando el intendente al abandonar su despacho se dirigió a la prensa reunida en el lugar.
“Ojalá se pueda dar marcha atrás con el aumento de la luz”, comenzó Humberto Zúccaro y así se refirió públicamente por primera vez a uno de los temas que más le preocupa: el creciente malhumor de la gente luego de la suba de las tarifas eléctricas.
Tal como lo señalara Pilar de Todos en su edición gráfica del sábado 24 de enero, el aumento de la luz se ha convertido en un artefacto explosivo que amenaza con estallar en cualquier momento en las manos de los jefes comunales del conurbano. Y es ese costo político el que Zúccaro, junto con otros intendentes de la provincia, no está dispuesto a pagar.Incluso, fue Zúccaro el que habría gestionado la reunión entre el ENRE y la Defensoría del Pueblo de Pilar que se concretó ayer por la tarde.
El último fin de semana, la espada política de Zúccaro en la provincia de Buenos Aires, el Senador José Molina, había señalado que Pilar no era un gobierno “autista” y que escuchaba los reclamos de la gente.
En ese contexto, Molina había adelantado que se estaban gestionando algunas medidas ante las autoridades competentes para aplacar el monto de las subas, como “replantear el PUREE (Plan de Uso Racional de la Energía Eléctrica)”, un mecanismo que prevé castigos tarifarios para los que se exceden en el consumo eléctrico en base al mismo período del año anterior.
Ayer, cerca del intendente, insistían en que la suba en la tarifa eléctrica era un parámetro que no tenían en cuenta, por lo “descomunal del incremento”.
“Nadie iba a imaginar algo así, se debe rever”, señalaban.
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