Un operativo en Florencio Varela detectó que 138 trabajadores de una fábrica de ladrillos estaban sin registrar, los sueldos más bajos eran de 1.000 pesos, algunos cumplían jornadas de 16 horas, había 6 menores y les descontaban 23 pesos mensuales por usar luz. El empresario se movía en helicóptero.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) realizó un imponente operativo de control de empleo en un predio dedicado a la fabricación de ladrillos en la localidad bonaerense de Florencio Varela, donde detectó que el 100% de los trabajadores relevados no se encontraban debidamente registrados por su empleador.
En total, se relevaron a 138 empleados contratados en forma irregular y en condiciones laborales de extrema precariedad. Además, había seis menores de edad trabajando.
Los trabajadores relataron que cumplían jornadas laborales de 16 y 12 horas, con dos horas de descanso y que el sueldo mínimo era de $1000. Además, les descontaban $ 23 al mes por el uso de la luz.
De acuerdo con los datos obtenidos por los agentes fiscales, cada empleado produce 2.800 ladrillos por día, que luego son vendidos al corralón a $1, y éste a su vez lo comercializa a $3.
Los agentes de la AFIP visitaron 3 hornos. En uno de ellos, se encontraron ladrillos por un valor estimado de $ 20 millones, además de 10 tractores valuados, aproximadamente, en $300.000 cada uno. Cabe destacar que, se considera esta época como temporada baja de elaboración de ladrillos. En tanto entre septiembre a marzo, se duplica la cantidad de empleados en los hornos porque es la temporada alta de producción.
Según las investigaciones de los agentes fiscales, el responsable de los hornos donde se llevó a cabo el procedimiento, se moviliza en helicóptero y en una camioneta 4x4. Además posee una avioneta. Por su parte, los trabajadores vivían hacinados en casillas, donde dormían en grupos de a cinco y seis personas. No tenían baños, ni les proveían los materiales e instrumentos necesarios y adecuados para la realización del trabajo.
La mayoría de los trabajadores eran de nacionalidad boliviana. Durante el operativo, los inspectores de la AFIP pudieron constatar como el capataz mandó a esconder a los empleados, mientras que, aproximadamente 60 trabajadores se escaparon al momento del procedimiento.
Al no estar registrados, los trabajadores no gozan de ninguna protección en caso de accidente de trabajo o frente a la posibilidad del desempleo. Tampoco reciben las asignaciones familiares correspondientes y no podrán acceder a una jubilación en el futuro.
Los responsables del establecimiento se encuentran bajo fiscalización del organismo quien determinará deuda por capital, intereses y multas, que podrían derivar en acciones penales.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) realizó un imponente operativo de control de empleo en un predio dedicado a la fabricación de ladrillos en la localidad bonaerense de Florencio Varela, donde detectó que el 100% de los trabajadores relevados no se encontraban debidamente registrados por su empleador.
En total, se relevaron a 138 empleados contratados en forma irregular y en condiciones laborales de extrema precariedad. Además, había seis menores de edad trabajando.
Los trabajadores relataron que cumplían jornadas laborales de 16 y 12 horas, con dos horas de descanso y que el sueldo mínimo era de $1000. Además, les descontaban $ 23 al mes por el uso de la luz.
De acuerdo con los datos obtenidos por los agentes fiscales, cada empleado produce 2.800 ladrillos por día, que luego son vendidos al corralón a $1, y éste a su vez lo comercializa a $3.
Los agentes de la AFIP visitaron 3 hornos. En uno de ellos, se encontraron ladrillos por un valor estimado de $ 20 millones, además de 10 tractores valuados, aproximadamente, en $300.000 cada uno. Cabe destacar que, se considera esta época como temporada baja de elaboración de ladrillos. En tanto entre septiembre a marzo, se duplica la cantidad de empleados en los hornos porque es la temporada alta de producción.
Según las investigaciones de los agentes fiscales, el responsable de los hornos donde se llevó a cabo el procedimiento, se moviliza en helicóptero y en una camioneta 4x4. Además posee una avioneta. Por su parte, los trabajadores vivían hacinados en casillas, donde dormían en grupos de a cinco y seis personas. No tenían baños, ni les proveían los materiales e instrumentos necesarios y adecuados para la realización del trabajo.
La mayoría de los trabajadores eran de nacionalidad boliviana. Durante el operativo, los inspectores de la AFIP pudieron constatar como el capataz mandó a esconder a los empleados, mientras que, aproximadamente 60 trabajadores se escaparon al momento del procedimiento.
Al no estar registrados, los trabajadores no gozan de ninguna protección en caso de accidente de trabajo o frente a la posibilidad del desempleo. Tampoco reciben las asignaciones familiares correspondientes y no podrán acceder a una jubilación en el futuro.
Los responsables del establecimiento se encuentran bajo fiscalización del organismo quien determinará deuda por capital, intereses y multas, que podrían derivar en acciones penales.
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