Un reconocido centro de salud quedó al borde de la quiebra por desmanejos financieros. A pesar de que el Municipio aportaba el personal, nunca realizó una auditoría sobre las cuentas de la cooperadora de la institución. Ahora, el intendente habría ofrecido salvar al centro médico a cambio de la sede que está valuada en cinco millones de dólares.
Con más de 40 años de trayectoria, el Centro de Medicina Física y Rehabilitación (CEMEFIR) de San Justo es una de las instituciones emblemáticas del partido de La Matanza. A fuerza del trabajo y la ayuda de distintos sectores de la sociedad es un referente de la salud en la zona oeste pero el descalabro dejado por las últimas autoridades lo dejó al borde del cierre mientras que desde la oposición aseguran que el intendente, Fernando Espinoza, busca apropiarse de la millonaria sede de la calle Perú.
Al momento de su nacimiento, la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos donó el terreno para que una cooperadora se encargue del levantamiento de la sede. Así se fue levantando el centro con empleados y profesionales pagados por el Municipio.
Sin embargo, en los últimos años el CEMEFIR entró en una debacle financiera que lo tiene al borde de la desaparición. Según los pacientes y profesionales el culpable es el último director, Diego Viola, que vació a la institución, puso el cartelito de “No va más” en marzo y casi deja sin atención a unos 5 mil pacientes de toda la región.
Hoy nadie conoce su paradero, a pesar de que sobre la cooperadora pesan denuncias sobre estafas y desmanejos de las suculentas donaciones. De hecho, en septiembre del año pasado hubo un allanamiento por la desaparición de 200 mil pesos amén del call center que funciona en el cuarto piso.
Lo extraño es que a pesar de la estrecha relación y la presencia oficial a través del personal, el Municipio no articuló en los últimos años ningún tipo de pedido de informes a la cooperadora.
“Las cooperadores dependen de Persona Jurídica pero así como pasa con cooperadores de las escuelas, el Municipio tiene responsabilidad. La Comuna no hizo ningún control, nunca prestó atención al accionar”, planteó a LPO la concejala de Libres del Sur Sandra Oviedo.
En ese sentido, la semana pasada ingresó al Concejo Deliberante una comunicación para que el Ejecutivo haga público qué información tiene sobre el tema auque desde el oficialismo insisten que no pueden actuar porque se trata de una institución “privada”.
¿Ayuda o apropiación?
Con todo, la reacción del Municipio fue la de colocar un nexo entre la cooperadora y el gobierno local para “normalizar” la situación. En un primer momento, Espinoza designó al dirigente de ATE y asesor Miguel Federico. Pero luego decidió reemplazarlo por un allegado al ex secretario de Medio Ambiente, Raúl Magario.
Con el correr de los días, comenzaron a circular las versiones sobre las decisiones de Espinoza. Una de ellas es que el Intendente habría ofrecido a la cooperadora la continuidad del funcionamiento del centro a cambio de que el millonario edificio ubicado en pleno centro de San Justo (con una cotización cercana a 5 millones de dólares) pase a propiedad de la Comuna.
Desde la oposición critican que “no hay transparencia” en las negociaciones porque, entre otros puntos, nadie conoce la cifra del embargo que pesa sobre la sede que está ubicada a pocas cuadras del Palacio Municipal. De todos modos, la operación está en marcha: de acuerdo a fuentes de la Comuna, Espinoza ya organizó en el tercer piso la conformación de la secretaría de Salud. (La Política Online).
Con más de 40 años de trayectoria, el Centro de Medicina Física y Rehabilitación (CEMEFIR) de San Justo es una de las instituciones emblemáticas del partido de La Matanza. A fuerza del trabajo y la ayuda de distintos sectores de la sociedad es un referente de la salud en la zona oeste pero el descalabro dejado por las últimas autoridades lo dejó al borde del cierre mientras que desde la oposición aseguran que el intendente, Fernando Espinoza, busca apropiarse de la millonaria sede de la calle Perú.
Al momento de su nacimiento, la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos donó el terreno para que una cooperadora se encargue del levantamiento de la sede. Así se fue levantando el centro con empleados y profesionales pagados por el Municipio.
Sin embargo, en los últimos años el CEMEFIR entró en una debacle financiera que lo tiene al borde de la desaparición. Según los pacientes y profesionales el culpable es el último director, Diego Viola, que vació a la institución, puso el cartelito de “No va más” en marzo y casi deja sin atención a unos 5 mil pacientes de toda la región.
Hoy nadie conoce su paradero, a pesar de que sobre la cooperadora pesan denuncias sobre estafas y desmanejos de las suculentas donaciones. De hecho, en septiembre del año pasado hubo un allanamiento por la desaparición de 200 mil pesos amén del call center que funciona en el cuarto piso.
Lo extraño es que a pesar de la estrecha relación y la presencia oficial a través del personal, el Municipio no articuló en los últimos años ningún tipo de pedido de informes a la cooperadora.
“Las cooperadores dependen de Persona Jurídica pero así como pasa con cooperadores de las escuelas, el Municipio tiene responsabilidad. La Comuna no hizo ningún control, nunca prestó atención al accionar”, planteó a LPO la concejala de Libres del Sur Sandra Oviedo.
En ese sentido, la semana pasada ingresó al Concejo Deliberante una comunicación para que el Ejecutivo haga público qué información tiene sobre el tema auque desde el oficialismo insisten que no pueden actuar porque se trata de una institución “privada”.
¿Ayuda o apropiación?
Con todo, la reacción del Municipio fue la de colocar un nexo entre la cooperadora y el gobierno local para “normalizar” la situación. En un primer momento, Espinoza designó al dirigente de ATE y asesor Miguel Federico. Pero luego decidió reemplazarlo por un allegado al ex secretario de Medio Ambiente, Raúl Magario.
Con el correr de los días, comenzaron a circular las versiones sobre las decisiones de Espinoza. Una de ellas es que el Intendente habría ofrecido a la cooperadora la continuidad del funcionamiento del centro a cambio de que el millonario edificio ubicado en pleno centro de San Justo (con una cotización cercana a 5 millones de dólares) pase a propiedad de la Comuna.
Desde la oposición critican que “no hay transparencia” en las negociaciones porque, entre otros puntos, nadie conoce la cifra del embargo que pesa sobre la sede que está ubicada a pocas cuadras del Palacio Municipal. De todos modos, la operación está en marcha: de acuerdo a fuentes de la Comuna, Espinoza ya organizó en el tercer piso la conformación de la secretaría de Salud. (La Política Online).
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