En un enero en el que políticamente poco pasa, los radicales son los que agitaron el avispero al confirmar la interna para dentro de cuatro meses. Peronistas disidentes y el PRO avanzan en negociaciones que, por ahora, se circunscriben al ámbito bonaerense.
Con temperaturas igual de tórridas, contrasta fuertemente este enero con el muy caliente de 2009, cuando la temperatura política estuvo marcada por la polémica sobre el uso de reservas para pagar deuda. Un tema que consumió completo el primer tercio de ese año, manteniendo activo a un Parlamento poco afecto a trabajar en enero, y al Poder Judicial incluso en época de feria, diluyéndose luego y sólo repetido de vez en cuando por voceros kirchneristas o la propia mandataria, a fin de remarcar que a pesar del uso de ese dinero, terminamos el año con más reservas. Un argumento que siempre encuentra réplica, pero que no viene al caso ahora.
Es así que a diferencia del anterior, este verano los políticos parecen haberse tomado en serio las vacaciones. Oficialistas y opositores se han llamado a retiro, mas no como para prepararse para el año agitado que vendrá -como corresponde por ser electoral-, sino en el caso de la oposición como esperando que la realidad por sí sola imponga cambios en un estado de situación al que, como está, no le encuentran la vuelta. Esperan que como sucedió con los episodios de las tomas de terrenos, los incidentes de Constitución o los cortes de luz, la recomposición de la imagen presidencial siga revirtiéndose. Encuestas conocidas los últimos días dan cuenta de cierta baja de Cristina, aunque como contraste la intención de voto de las figuras de la oposición sigue todavía sin tomar vuelo.
El descanso también se lo tomó la presidenta, sin participar en lo que va del año de actividades oficiales, sólo haciéndose notar con el desplazamiento del brigadier Daniel Rodríguez de la Primera Brigada Aérea de El Palomar, tras conocerse el robo de más de 30 mil municiones de un depósito de esa unidad militar. Un episodio tan oscuro como el intento de minimizarlo argumentando puerilmente que el material había quedado inutilizado al ser afectado por una inundación. En realidad, cualquier conocedor aclara que esas balas aun así podrían usarse en prácticas de tiro, pero la imprevisión parece ser doble: por el robo y por no haber evitado que semejante cantidad de pertrechos quedaran bajo el agua.
Así es que son contadas las figuras políticas que se hicieron escuchar por estos días, dándole la razón a una que sí se quedó en Buenos Aires y que en consecuencia tuvo presencia permanente en los medios. En diálogo con este medio, no le encontraba justificativo al bajo perfil estival de sus colegas en un año de elecciones presidenciales, como tampoco a los candidatos que deciden ir a hacer campaña a la costa. “El turista lo que menos tiene es ganas de escuchar a los políticos cuando está de vacaciones; y si quiere hacerlo, enciende la tele o los lee en el diario”, razonaba nuestra fuente.
Sí anduvo muy activo el jefe del radicalismo, al que buena falta le hace no perder ni un minuto, habida cuenta del contraste entre sus aspiraciones presidenciales y el desconocimiento que de él tiene el gran público. Los que promueven a Ernesto Sanz resaltan que el senador mendocino tiene cien por ciento de imagen positiva entre los que lo conocen… que son pocos, limitados al ámbito político. Es al menos un buen comienzo; se verá si le alcanza para encaramarse como el candidato presidencial de su partido.
Por lo pronto, si bien se ganó el enojo de Ricardo Alfonsín, que lo imaginaba apoyándolo, le ha hecho un favor al hijo del fallecido ex presidente. Es que con su precandidatura le garantizó al menos una interna a la que Julio Cobos se resistía. Con el instinto de supervivencia que habrá que reconocerle, el vicepresidente sabe que sus posibilidades de ganar una interna radical son ínfimas, por eso apostaba a las primarias de agosto. El resto del partido reclamaba una interna para entablar con tiempo acuerdos con quienes serán sus socios electorales. Pero hacen falta dos para bailar el tango; con Sanz, Alfonsín tendrá su interna.
De hecho, ambas partes prácticamente arreglaron ya que el último domingo de abril se haría esa interna, no abierta, sino que participarán sólo afiliados, para evitar “picardías” de otros partidos. De vacaciones en Brasil, Julio Cobos no se ha expresado al respecto, pero se da por descontado que él no tomará parte de la interna. Si lo hiciera y perdiera, su imagen quedaría muy golpeada y cumpliría a la fuerza -no del modo que imaginaba cuando la expresó- la promesa de terminar su mandato como vicepresidente el 10 de diciembre. Por el contrario, fuentes cobistas consultadas deslizaron que a pesar de no haber hablado estos días con su líder, seguramente él se reservará para agosto. Aunque no es seguro tampoco que en esa época se postule. Con el tiempo, el efecto del voto “no positivo” parece diluirse irremediablemente.
En caso de que sí se aliste para agosto, deberá confrontar con el ganador de la interna Alfonsín-Sanz, que estará reforzado con Hermes Binner como vice. Es que las elecciones primarias son “cerradas”, de modo tal que confrontan directamente fórmulas completas. Si Cobos no participa en la interna radical, deberá aceptar que el ganador cierre el acuerdo con el socialismo, y él tendrá que buscar en otra fuerza a quien complete su binomio. Un problema no menor para el mendocino.
Si bien parece todo muy resuelto en el radicalismo, les apareció un problema inesperado: la fecha. Hemos dicho que quieren votar el último domingo de abril, pero es Pascua… ¿Y el domingo siguiente? Peor, 1° de Mayo, Día del Trabajo. Apurados como están, probablemente no quieran aguardar al 8 y se queden con el 24 de abril, a pesar de la Semana Santa.
Y mientras una parte del radicalismo se pone de acuerdo, en eso andan los duhaldistas con el macrismo bonaerense. A mediados de diciembre pasado, referentes de ambos sectores almorzaron en un restaurante porteño y establecieron que el próximo jueves reúnan en el Hotel Sasso de Mar del Plata a sus equipos técnicos para elaborar el borrador de un plan de seguridad para la provincia de Buenos Aires. Cada sector tiene su candidato; el duhaldismo a Graciela Camaño y el PRO a Jorge Macri, pero los emparenta un acuerdo de unidad que establece en primer término que ninguno ha desistido aún de su candidatura.
Aunque si bien no han hablado por el momento de una fórmula conjunta, no habrá que descartarla. Los acuerdos podrían extenderse a la Ciudad de Buenos Aires y a nivel nacional, aunque todavía hay mucha tela para cortar. Pero ese primer arreglo en territorio bonaerense podría ser el puntapié inicial para los que podrían desarrollarse en otros distritos.
Ese mismo 13 de enero, el esposo de Graciela Camaño, el sindicalista Luis Barrionuevo, le pondrá fecha al tradicional encuentro de sindicalistas que todos los años se realiza en su casa de Mar del Plata. Obviamente la jornada no contará -como viene sucediendo los últimos años- con la presencia de integrantes de la CGT que encabeza Hugo Moyano, sino que las presencias estarán limitadas a los miembros de la CGT Azul y Blanco. Pero fuentes gremiales comentaron a este medio que prometió concurrir al menos uno de los integrantes de los gremios “gordos” que está buscando abrir nuevos caminos. En efecto, los “gordos” están hoy por hoy alejados de la CGT y no concurren a las reuniones de la central sindical, aunque tampoco se han mostrado con Barrionuevo.
Se verá si esta vez alguno lo hace -¿tal vez Carlos West Ocampo?-, y el tradicional asado, matizado por campeonatos de truco y de sapo, como así también concursos de “clavados” en la pileta semiolímpica del líder gastronómico -todo bien regado por vinos de primera línea- cobra esta vez más significado político. En una de esas, tal vez hasta cuente también con la visita de un precandidato presidencial que está decidido a tirarse a la pileta. (Parlamentario).
Con temperaturas igual de tórridas, contrasta fuertemente este enero con el muy caliente de 2009, cuando la temperatura política estuvo marcada por la polémica sobre el uso de reservas para pagar deuda. Un tema que consumió completo el primer tercio de ese año, manteniendo activo a un Parlamento poco afecto a trabajar en enero, y al Poder Judicial incluso en época de feria, diluyéndose luego y sólo repetido de vez en cuando por voceros kirchneristas o la propia mandataria, a fin de remarcar que a pesar del uso de ese dinero, terminamos el año con más reservas. Un argumento que siempre encuentra réplica, pero que no viene al caso ahora.
Es así que a diferencia del anterior, este verano los políticos parecen haberse tomado en serio las vacaciones. Oficialistas y opositores se han llamado a retiro, mas no como para prepararse para el año agitado que vendrá -como corresponde por ser electoral-, sino en el caso de la oposición como esperando que la realidad por sí sola imponga cambios en un estado de situación al que, como está, no le encuentran la vuelta. Esperan que como sucedió con los episodios de las tomas de terrenos, los incidentes de Constitución o los cortes de luz, la recomposición de la imagen presidencial siga revirtiéndose. Encuestas conocidas los últimos días dan cuenta de cierta baja de Cristina, aunque como contraste la intención de voto de las figuras de la oposición sigue todavía sin tomar vuelo.
El descanso también se lo tomó la presidenta, sin participar en lo que va del año de actividades oficiales, sólo haciéndose notar con el desplazamiento del brigadier Daniel Rodríguez de la Primera Brigada Aérea de El Palomar, tras conocerse el robo de más de 30 mil municiones de un depósito de esa unidad militar. Un episodio tan oscuro como el intento de minimizarlo argumentando puerilmente que el material había quedado inutilizado al ser afectado por una inundación. En realidad, cualquier conocedor aclara que esas balas aun así podrían usarse en prácticas de tiro, pero la imprevisión parece ser doble: por el robo y por no haber evitado que semejante cantidad de pertrechos quedaran bajo el agua.
Así es que son contadas las figuras políticas que se hicieron escuchar por estos días, dándole la razón a una que sí se quedó en Buenos Aires y que en consecuencia tuvo presencia permanente en los medios. En diálogo con este medio, no le encontraba justificativo al bajo perfil estival de sus colegas en un año de elecciones presidenciales, como tampoco a los candidatos que deciden ir a hacer campaña a la costa. “El turista lo que menos tiene es ganas de escuchar a los políticos cuando está de vacaciones; y si quiere hacerlo, enciende la tele o los lee en el diario”, razonaba nuestra fuente.
Sí anduvo muy activo el jefe del radicalismo, al que buena falta le hace no perder ni un minuto, habida cuenta del contraste entre sus aspiraciones presidenciales y el desconocimiento que de él tiene el gran público. Los que promueven a Ernesto Sanz resaltan que el senador mendocino tiene cien por ciento de imagen positiva entre los que lo conocen… que son pocos, limitados al ámbito político. Es al menos un buen comienzo; se verá si le alcanza para encaramarse como el candidato presidencial de su partido.
Por lo pronto, si bien se ganó el enojo de Ricardo Alfonsín, que lo imaginaba apoyándolo, le ha hecho un favor al hijo del fallecido ex presidente. Es que con su precandidatura le garantizó al menos una interna a la que Julio Cobos se resistía. Con el instinto de supervivencia que habrá que reconocerle, el vicepresidente sabe que sus posibilidades de ganar una interna radical son ínfimas, por eso apostaba a las primarias de agosto. El resto del partido reclamaba una interna para entablar con tiempo acuerdos con quienes serán sus socios electorales. Pero hacen falta dos para bailar el tango; con Sanz, Alfonsín tendrá su interna.
De hecho, ambas partes prácticamente arreglaron ya que el último domingo de abril se haría esa interna, no abierta, sino que participarán sólo afiliados, para evitar “picardías” de otros partidos. De vacaciones en Brasil, Julio Cobos no se ha expresado al respecto, pero se da por descontado que él no tomará parte de la interna. Si lo hiciera y perdiera, su imagen quedaría muy golpeada y cumpliría a la fuerza -no del modo que imaginaba cuando la expresó- la promesa de terminar su mandato como vicepresidente el 10 de diciembre. Por el contrario, fuentes cobistas consultadas deslizaron que a pesar de no haber hablado estos días con su líder, seguramente él se reservará para agosto. Aunque no es seguro tampoco que en esa época se postule. Con el tiempo, el efecto del voto “no positivo” parece diluirse irremediablemente.
En caso de que sí se aliste para agosto, deberá confrontar con el ganador de la interna Alfonsín-Sanz, que estará reforzado con Hermes Binner como vice. Es que las elecciones primarias son “cerradas”, de modo tal que confrontan directamente fórmulas completas. Si Cobos no participa en la interna radical, deberá aceptar que el ganador cierre el acuerdo con el socialismo, y él tendrá que buscar en otra fuerza a quien complete su binomio. Un problema no menor para el mendocino.
Si bien parece todo muy resuelto en el radicalismo, les apareció un problema inesperado: la fecha. Hemos dicho que quieren votar el último domingo de abril, pero es Pascua… ¿Y el domingo siguiente? Peor, 1° de Mayo, Día del Trabajo. Apurados como están, probablemente no quieran aguardar al 8 y se queden con el 24 de abril, a pesar de la Semana Santa.
Y mientras una parte del radicalismo se pone de acuerdo, en eso andan los duhaldistas con el macrismo bonaerense. A mediados de diciembre pasado, referentes de ambos sectores almorzaron en un restaurante porteño y establecieron que el próximo jueves reúnan en el Hotel Sasso de Mar del Plata a sus equipos técnicos para elaborar el borrador de un plan de seguridad para la provincia de Buenos Aires. Cada sector tiene su candidato; el duhaldismo a Graciela Camaño y el PRO a Jorge Macri, pero los emparenta un acuerdo de unidad que establece en primer término que ninguno ha desistido aún de su candidatura.
Aunque si bien no han hablado por el momento de una fórmula conjunta, no habrá que descartarla. Los acuerdos podrían extenderse a la Ciudad de Buenos Aires y a nivel nacional, aunque todavía hay mucha tela para cortar. Pero ese primer arreglo en territorio bonaerense podría ser el puntapié inicial para los que podrían desarrollarse en otros distritos.
Ese mismo 13 de enero, el esposo de Graciela Camaño, el sindicalista Luis Barrionuevo, le pondrá fecha al tradicional encuentro de sindicalistas que todos los años se realiza en su casa de Mar del Plata. Obviamente la jornada no contará -como viene sucediendo los últimos años- con la presencia de integrantes de la CGT que encabeza Hugo Moyano, sino que las presencias estarán limitadas a los miembros de la CGT Azul y Blanco. Pero fuentes gremiales comentaron a este medio que prometió concurrir al menos uno de los integrantes de los gremios “gordos” que está buscando abrir nuevos caminos. En efecto, los “gordos” están hoy por hoy alejados de la CGT y no concurren a las reuniones de la central sindical, aunque tampoco se han mostrado con Barrionuevo.
Se verá si esta vez alguno lo hace -¿tal vez Carlos West Ocampo?-, y el tradicional asado, matizado por campeonatos de truco y de sapo, como así también concursos de “clavados” en la pileta semiolímpica del líder gastronómico -todo bien regado por vinos de primera línea- cobra esta vez más significado político. En una de esas, tal vez hasta cuente también con la visita de un precandidato presidencial que está decidido a tirarse a la pileta. (Parlamentario).
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