domingo, junio 10, 2012

San Miguel. Se realizó la Maratón por la Concientización de la Ceguera.

Más de 400 personas, muchos de ellos adolescentes, se reunieron en el Corredor Aeróbico Municipal con el fin de participar de la 1° Maratón de Concientización por la Ceguera. La misma fue organizada por la Fundación Nano, con la colaboración de la Municipalidad de San Miguel. Participaron, no sólo personas no videntes, sino también estudiantes de diferentes escuelas medias del distrito, junto a instituciones especiales  como la Fundación Nueva Imagen, la Escuela Especial 505 de Moreno, la Fundación Suzuki, los centros de  día y 14 instituciones escolares.
La tarde preparaba su mejor marco. El sol hacía cálida una jornada que era antecedida por gélidos días. La luz brillaba y el arco de “largada” nos anticipaba lo que sería una jornada repleta de emociones y alegría. Allí, alrededor de 400 jóvenes inscriptos se aglutinaron esperando el comienzo de la maratón. “La ceguera es parte de la oftalmología, no se puede dejar de lado. Les va a llamar la atención una cosa que yo veo todos los días: ciegos contentos. Porque en la fundación están contentos. Sea cual sea su discapacidad, todavía tienen fuerza y uno les hace ver esa fuerza. Ese es uno de nuestros objetivos”, aseguró el doctor Hugo Nano, antes de comenzar la maratón.
Minutos antes de la largada, sonaron las melodías del Himno Nacional Argentino, interpretado por un grupo del Instituto Inmaculada al que asiste Alberto Cretton Salas, quien concurre a la Fundación Nano a talleres de música e informática. Luego el Dr. Nano abrió la jornada junto al intendente de San Miguel, Joaquín de la Torre quien, después de felicitar a los colegios que participaron de la maratón, dijo: “Frente a una situación que el hombre no puede resolver, lo que hay que hacer es ver cómo se le mejora la vida a esas personas. Esa es una idea que sintetiza lo que hace la Fundación Nano. Nosotros lo que hacemos es acompañarlos y ayudar en lo que se pueda”.
María Bayá Casal, directora de la fundación, sostuvo que uno de los objetivos del evento fue “salir a la calle, disfrutar de una jornada de recreación, y convocar estudiantes de escuelas medias para que tomen conciencia sobre la realidad de la discapacidad en un ambiente de diversión. Una maratón acompañando a una persona ciega o con cualquier otra discapacidad, para un chico de 16 o 17 años es un momento agradable, enriquecedor para ambos, es una forma de celebrar la vida”. Y así fue. Cientos de chicos vendaron sus ojos y corrieron junto a algún compañero que los guiaba a lo largo del corredor aeróbico desde la calle Sourdeaux hasta Tucumán, o en un trayecto más corto hasta la avenida San Martín.
“Preparamos todo para 150 personas, pero tuvimos más de 400 inscriptos. Esto es síntoma de que hay conciencia de que es necesario generar una sociedad donde todos tengamos un lugar”, manifestó Bayá Casal.
Como cierre tocó la banda “La Polilla”, que prolongó el clima festivo de la jornada, una vez que los maratonistas alcanzaron la meta, obtuvieron sus medallas y recibieron unos diplomas.

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