El macrismo bonaerense había cerrado con el duhaldismo y el felipismo una bancada unificada en la Cámara de Diputados bonaerense y un cambio autoridades en el Congreso. Invitaron a sumarse a los diputados de De Narváez, quien los detuvo, disconforme con el poder que debía ceder en la provincia que aspira gobernar. Ahora sólo negocia con los diputados de Solá.
Francisco De Narváez comenzó la semana con una sorpresa: sus ocho diputados provinciales, mayoría en el bloque de quince de Unión Pro, quedaron acorralados por una ampliación de la bancada gestionada por macristas, duhaldistas y felipistas.
El acuerdo, con documento escrito y todo, consistía en sumar a los cuatro diputados de Solá, que hoy tiene bloque propio, con los cinco macristas, los dos duhaldistas y Emilio Monzó (ahora con Macri pero con monobloque hace tiempo).
Con ese paquete, aceptaban agregar a los denarvaístas, pero arrebatándole la jefatura de bloque, que hoy tiene Ramiro Gutiérrez.
A los dos duhalidstas (Gustavo Ferri y Carlos Acuña) se los sumaban con la promesa de dejar la conducción del bloque peronista federal de la Nación en manos de Eduardo Amadeo o de Graciela Camaño.
Pero De Narváez puso el freno cuando entendió que sólo debía ceder. Así lo confirmaron a LPO fuentes cercanas al diputado-empresario, que, agregaron, supieron de la movida por parte de Jorge Macri, quien como premio continuaría como vicepresidente de la Cámara, donde ostenta un abultado presupuesto.
“No puede ser que midamos 20 puntos y no tengamos representación”, se indignan los denarvaístas, quienes, ahora, sólo aceptan negociar con los diputados de Solá.
Mudado a La Plata, el propio De Narváez comenzó el día con esa tarea. Se reunió con Marcelo Di Pascuale, diputado felipista que iba a presidir la bancada unificada. Podría aceptar su conducción pero, al menos, quieren un lugar de poder.
“Tendrá que ceder, porque sino, con doce diputados podremos negociar otras cosas. Además, él es el candidato a gobernador del peronismo federal. No puede quedar en minoría”, interpretan algunos felipistas. La historia seguirá con idas y vueltas entre esas partes.
En la pelea se mezcla la rosca de la Ciudad de Buenos Aires, donde Mauricio Macri busca 16 aliados en la Legislatura porteña que le permitan unificar las elecciones y a De Narváez reportan allí Mónica Lubertino y Daniel Amoroso. (La Política OnLine).
Francisco De Narváez comenzó la semana con una sorpresa: sus ocho diputados provinciales, mayoría en el bloque de quince de Unión Pro, quedaron acorralados por una ampliación de la bancada gestionada por macristas, duhaldistas y felipistas.
El acuerdo, con documento escrito y todo, consistía en sumar a los cuatro diputados de Solá, que hoy tiene bloque propio, con los cinco macristas, los dos duhaldistas y Emilio Monzó (ahora con Macri pero con monobloque hace tiempo).
Con ese paquete, aceptaban agregar a los denarvaístas, pero arrebatándole la jefatura de bloque, que hoy tiene Ramiro Gutiérrez.
A los dos duhalidstas (Gustavo Ferri y Carlos Acuña) se los sumaban con la promesa de dejar la conducción del bloque peronista federal de la Nación en manos de Eduardo Amadeo o de Graciela Camaño.
Pero De Narváez puso el freno cuando entendió que sólo debía ceder. Así lo confirmaron a LPO fuentes cercanas al diputado-empresario, que, agregaron, supieron de la movida por parte de Jorge Macri, quien como premio continuaría como vicepresidente de la Cámara, donde ostenta un abultado presupuesto.
“No puede ser que midamos 20 puntos y no tengamos representación”, se indignan los denarvaístas, quienes, ahora, sólo aceptan negociar con los diputados de Solá.
Mudado a La Plata, el propio De Narváez comenzó el día con esa tarea. Se reunió con Marcelo Di Pascuale, diputado felipista que iba a presidir la bancada unificada. Podría aceptar su conducción pero, al menos, quieren un lugar de poder.
“Tendrá que ceder, porque sino, con doce diputados podremos negociar otras cosas. Además, él es el candidato a gobernador del peronismo federal. No puede quedar en minoría”, interpretan algunos felipistas. La historia seguirá con idas y vueltas entre esas partes.
En la pelea se mezcla la rosca de la Ciudad de Buenos Aires, donde Mauricio Macri busca 16 aliados en la Legislatura porteña que le permitan unificar las elecciones y a De Narváez reportan allí Mónica Lubertino y Daniel Amoroso. (La Política OnLine).
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